Ciencia y socialismo
Por Ángel Chávez Mancilla
Director de El Comunista
En la entrega anterior expusimos que la ciencia está determinada por la base material de la sociedad, y adelantábamos que el estudio de la ciencia implica considerar la relación que guarda con el sistema económico y político en el que actualmente se desenvuelve, lo que pensado para la ciencia bajo el socialismo implica atender a la base material de la sociedad socialista cuyas características eran: la socialización de los medios de producción, la planificación socialista que implicaba la acumulación socialista que daba prioridad al sector I de la economía (producción de medios de producción) sobre el sector II (producción de bienes de consumo), lo que implicaba destinar grandes cantidades de recursos para el desarrollo científico.
La transformación de las relaciones sociales de producción fue una de las grandes aportaciones derivadas de la Revolución Socialista de Octubre, fue la contribución más radical al desarrollo científico. Esto permitió romper el marco estrecho en que la ciencia estaba por las relaciones de producción capitalistas, es decir por la existencia de la propiedad privada de medios de producción, y esto se dio por medio de la implantación de relaciones sociales de producción socialista que incluyen la planificación económica y la socialización de los medios de producción. Esto significó modificar el marco de las condiciones socio-económicas en que se desarrolla la ciencia dentro del capitalismo, es decir implica terminar con la anarquía de la producción y la influencia del interés privado de los dueños de los medios de producción. Este fue el mayor aporte, pues se eliminaron las relaciones de producción capitalistas que hoy día son una traba para el desarrollo de la ciencia y de las demás fuerzas productivas.
Imagen: Internet. Cartel propagandístico de carácter industrial. URSS, 1948.
La planificación de la producción se expresó en la URSS en la creación de los planes quinquenales; los cuales, contrario a lo que se ha difundido al respecto, permite que la ciencia se desarrolle en libertad. Al respecto atendamos lo que menciona Mario Bunge:
“Ahora se conoce que la planificación no es solo condición de libertad real de la actividad científica (al sustraerla a los intereses privados), sino también de su eficacia como palanca máxima del progreso en una sociedad sin clases. […]”[1]
Es decir, la ciencia no está atada al interés privado de los monopolios y empresarios, no está atada a la anarquía de la producción, de esta forma la ciencia se libera. Respecto a la posible objeción de que al estar sujeta a la planificación económica la ciencia perdería libertad, hay que aclarar el concepto de libertad, sobre esto Bunge explica que:
“La libertad no es contingencia, azar, anarquía, sino dominio de la necesidad, mediante su comprensión teórica primero y finalmente en la práctica […] La planificación al eliminar gran parte de la imprevisión, al fundarse sobre el conocimiento de la necesidad, al servir a su vez de fundamento a la organización, y al no tener por objetivo el lucro ni la competencia privados en detrimento del conjunto de la sociedad, se torna condición y no traba de la libertad”. [2]
Pero al científico y su quehacer el socialismo no solo le ofrecía la libertad desde la concepción marxista de libertad como conciencia de la necesidad, sino que además los científicos eran partícipes de la elaboración de los planes quinquenales, como menciona John Bernal:
Los diversos planes de las Academias de Ciencias, que culminan en el gran plan quinquenal de postguerra de 1946, revelan la forma de relación entre ciencia fundamental y las necesidades del país. El plan, elaborado por los mismos científicos, quienes determinan las necesidades internas de las diferentes disciplinas científicas y las vinculan con la industria, la agricultura y la medicina. [3]
Sumado a esto, como bien retrata Bunge al hablar del desarrollo de la ciencia en la URSS:
La organización y planificación de la actividad científica no tiene, pues, solamente ventajas de fondo como poner efectiva y no declamatoriamente la ciencia al servicio de la humanidad, y asegurarle una vida tan estable y tranquila y agitada como un amable rendimiento ; sino también ventajas de detalle –pero que inciden en la vida cotidiana de la ciencia– como son las centralizaciones de las publicaciones, la movilidad de los investigadores o la uniformidad y abaratamiento de los aparatos (y de los libros científicos, que son los más baratos del mundo) [4].
La expropiación de los medios de producción y la planificación de la economía son los elementos base y determinantes del desarrollo científico traído por la revolución socialista de octubre, que junto al poder obrero del Estado, mostraron que “el objetivo de la edificación comunista no es desarrollar la producción por desarrollarla, sino asegurar la completa evolución del individuo partiendo del progreso científico y técnico”[5]
Pasemos pues a retratar ejemplos concretos de algunos de los avances de la ciencia vinculados al triunfo de la revolución socialista y la consolidación de la URSS.
Empecemos por decir que “Las grandes tareas de la economía nacional después de 1917 fueron formuladas por Lenin en su Esbozo para la planificación de los trabajos científico-técnicos (1918)” [6]. En este texto plantaba la necesidad de prever una ubicación racional de la industria en el territorio del país, el plan de electrificación de la economía nacional en cuanto a producción y acceso para la población y el desarrollo de cuadros científicos, tanto más importante en los primeros años posteriores a la revolución cuando una parte de los científicos formados durante el zarismo se oponían a contribuir con la construcción del estado socialista.
Imagen: Internet. “Vamos a cumplir con el Plan Quinquenal en cuatro años”, URSS, 1928.
Este llamado que es hecho por Lenin se concretará cabalmente luego de salir de la NEP, con la planificación económica iniciada en 1928 con el primer plan quinquenal, de forma que para la década de 1930 la URSS contará con su propia industria de aeronáutica y automovilística.
La vinculación entre ciencia y producción dará por resultado la necesidad del desarrollo científico en un doble sentido: 1. La ciencia como una determinante del desarrollo de las fuerzas productivas era contemplada dentro de los planes quinquenales; 2. La ciencia como una fuerza productiva era privilegiada pues la URSS durante las primeras décadas apoyó mayoritariamente la producción de medios de producción antes que la producción de los medios de consumo. Por tanto la ciencia era requerida como medio de producción y como elemento necesario para desarrollar los medios de producción de los cuales ella misma forma parte.
El creciente apoyo al desarrollo de la ciencia se refleja en que “El carácter planificado de la economía soviética socialista permitió realizar en gran escala la estandarización de la producción de aparatos e instrumentos científicos. […] El rápido desarrollo de los laboratorios y de las fábricas es un rasgo característico de la íntima relación existente entre la ciencia y la producción” [7]
Es decir, en el socialismo se fomentó la “tendencia a la reducción de los retardos entre los descubrimientos teóricos y su aplicación práctica” [8] lo cual genera que “El progreso técnico acelera la integración de los resultados científicos obtenidos y por eso mismo reduce los plazos de aplicación de los incesantes descubrimientos”[9]
Pero el desarrollo de la ciencia y por tanto de instituciones científicas no esperó a la instauración de la planificación económica con base en los planes quinquenales, sino que aún durante la guerra civil se le prestó atención al desarrollo científico, muestra de esto es que:
“En 1918 se fundó el Instituto de Física y el Instituto central de Aereohidrodinámica en Moscú, el Instituto Físico-Técnico y el Instituto de óptica de Leningrado. Desde 1918 a 1920 fue organizado el laboratorio químico central del Consejo Superior de la Economía nacional, convertido posteriormente en u instituto de físico-química. En 1921 por iniciativa del académico V.A. Sleklov, distinguido matemático, se fundó en Leningrado el Instituto Físico Matemático de la Academia de las Ciencias” [10].
También se tiene registro de que en los años veinte se celebraron en el país varios congresos científicos que contribuyeron con sus resultados a tener una aproximación más exacta de la las necesidades que implicaría la labor de investigación científica para atender los problemas de construcción del socialismo [11].
Pero no sólo los institutos de investigación fueron fomentados, de igual forma la creación de Universidades e institutos de enseñanza superior fue una prioridad desde los primeros años para cumplir con la formación de cuadros científicos. Algunas cifras que ilustran son que en 1915 había 106 institutos de enseñanza superior y para 1961 llegaron a ser 739 y los estudiantes alcanzaron la cifra de 2,396,000.
Para apoyar la ubicación racional de la industria los institutos científicos fueron creados en regiones mineras, centros industriales, regiones agrícolas, etc. “Hasta 1932 la mayor parte de las instituciones de la Academia de las Ciencias de la URSS se concentraban en Moscú y Leningrado, pero luego de esa fecha la Academia empezó a crear filiales en distintas regiones del país”[12]. Esto coincide con el desarrollo del segundo plan quinquenal iniciado en 1933, en el que se tuvo como objetivo, entre otras cosas, desarrollar la autosuficiencia de la URSS y la industria pesada.
Algunas de las filiales de la Academia de las Ciencias se establecieron en Bielorrusia 1929, Lituania 1942, Georgia 1941, Armenia 1941, Uzbekistán 1943, Azerbaiyán 1945, Letonia 1946, Kazakstán 1946. Cada una de estas academias tenía múltiples establecimientos. Varias de estas filiales están comprendidas entre el tercer plan y otras en el cuarto.
Una vez desarrollada una amplia red de universidades e instituciones científicas, una vez que la población tuvo acceso gratuito a la educación y se elevó el número de personas con estudios universitarios, las instituciones de educación e investigación también contemplaron desarrollar estudios de posgrado, se tiene registro que entre 1925 y 1934 hicieron estudios de posgrado hasta 7 mil personas. [13]
También es destacable que dentro de la democratización del conocimiento científico se contempló a la mujer desde fechas tempranas, pues “entre los cuadros científicos de todas las repúblicas de la URSS fue aumentando sin cesar el número de mujeres, llegando para 1937 a más de 10mil y para esa misma década había mujeres que ocupaban cargos como directoras de centros de investigación.”[14]
Para la década de 1960 la URSS contaba con 4200 establecimientos científicos, de los cuales 1830 eran dedicados a la investigación, y más de 400,000 científicos [15]. Además de las universidades, se adaptaron, sobre todo en los primeros años posteriores a la Revolución, complejos de enseñanza en las fábricas creando un sistema de cursos y escuelas. Estos datos comprueban la aseveración de Bernal. “En el lapso de una generación, una nación de analfabetos se está convirtiendo en una nación de científicos, y esto se ha comprobado en la guerra y la paz” [16].
Sumado a todo esto la ciencia bajo el socialismo, debido a la planificación económica, permitió que se diera el cuidado del ambiente. Esto contrasta con la irracional forma en que son consumidos los recursos naturales bajo el capitalismo. Al respecto Kedrov y Spirkin mencionan que: “Es inadmisible observar respecto a las riquezas naturales una actitud irracional que conduzca al derroche. Ello podría engendrar graves penurias de ciertos recursos naturales e injustificadas desproporciones en el desarrollo de la producción y, en definitiva, a frenar considerablemente el desarrollo de la economía nacional y del progreso científico y técnico”. [17]
La relación entre la ciencia y el desarrollo científico-tecnológico bajo el socialismo lo analizaremos en una próxima entrega. [18]
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[1] Mario Bunge (traductor). La ciencia soviética vista por los sabios británicos. La Plata, Calomino, 1947. p. 25.
[2] Ibíd. pp. 14-15.
[3] J. Bernal. La libertad de la necesidad. UNAM. pp. 619-629.
[4] Bunge, op. cit., p. 25.
[5] M. Kedrov y A. Spirkin. La ciencia. México, Grijalbo, 1967.
[6] A.P. Youschkevitch y V. P. Zoubov. “La ciencia y la vida en la URSS” en René Taton. Historia general de las ciencias. Barcelona, Ediciones Destino, 1975. p. 978.
[7] Ibíd. p. 978.
[8] M. Kedrov y A. Spirkin op. cit., p. 138.
[9] Ibíd. p. 139
[10] Ibíd. p. 979.
[11] Historia de la URSS. Desde la gran revolución socialista hasta la gran guerra patria. Moscú, Progreso, 1972. p. 306.
[12] A.P. Youschkevitch y V. P. Zoubov. op. cit., p. 980.
[13] Historia de la URSS…. p. 306.
[14] Ibíd. 306.
[15] A.P. Youschkevitch y V. P. Zoubov. op. cit. p. 983.
[16] Bernal. op.cit. p. 619.
[17] Kedrov y Spirkin. op.cit. p. 156.
[18] Recordamos al lector que una aproximación a la relación entre el hombre y la naturaleza a través del desarrollo histórico social la presentamos en el texto: “La conservación de la biodiversidad ante la contradicción de las fuerzas productivas y las relaciones de producción”
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