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Enseñanzas y vigencia de El Machete (1924-1935). Un ejemplo de prensa leninista

Imagen. Internet*

 

Enseñanzas y vigencia de El Machete (1924-1935). Un ejemplo de prensa leninista**

 

 

Por Ángel Chávez Mancilla,
Director de El Comunista

 

Introducción

El estudio de la realidad desde la metodología marxista pasa por categorizar los fenómenos de la realidad, apreciar lo necesario y lo casual, el fenómeno y la esencia, la forma y el contenido, lo que es determinante y lo que está determinado. Estas categorías nos permiten comprender que si bien en la realidad todo cuenta, no todos los fenómenos tienen la misma importancia y ésta varía en determinados momentos.

Al aproximarnos al estudio de El Machete encontraremos elementos que son necesarios pero contingentes. Por ejemplo, la información concreta sobre tal o cual lucha obrera así como elementos necesarios pero determinantes como es la concepción leninista de la prensa. Este elemento es el que concede la perennidad de El Machete y de todo periódico comunista, es lo que hace del periódico del Partido Comunista de México (PCM) –posteriormente Partido Comunista Mexicano– en los años 20 y 30 del siglo pasado un material con plena vigencia para los comunistas de hoy.

Los comunistas nos formamos políticamente e ideológicamente leyendo, además de estudiar textos de gran importancia como El Capital, La ideología alemana, el Anti Dühring, Materialismo y empiriocriticismo, El Estado y la revolución o  El imperialismo fase superior del capitalismo, los artículos que Lenin publicó en la prensa de los bolcheviques también se vuelven imprescindibles para la formación de un militante.

A partir de la situación concreta y específica que motivó a Lenin a escribir (la polémica con los populistas, con los mencheviques, con la podrida Segunda Internacional, con Kautsky, para analizar la situación política, la valoración de la situación entre la revolución de febrero y la de octubre, etc.) podemos extraer enseñanzas generales de cómo proceder para un viraje táctico, los elementos políticos o económicos que debemos contemplar y evaluar, las orientaciones políticas que se deben tomar. Aunque ningún elemento de la realidad, ya sea natural o social, se repite con todas sus múltiples determinaciones, esto no niega que las determinaciones esenciales y generales si se mantengan y por tanto la revolución observe siempre leyes generales. De los textos periodísticos de Lenin se pueden retomar las determinaciones esenciales y generales para sacar lecciones de utilidad para la actualidad.

 

I. Concepción leninista de la prensa

La prensa elaborada bajo la concepción marxista-leninista mantiene su vigencia por las enseñanzas políticas que da a los comunistas, porque presenta un análisis clasista que recoge las determinaciones esenciales y generales y permite dar un seguimiento al desarrollo de la lucha de clases. Por tanto, El Machete, que es un ejemplo de prensa leninista, no se le debe ver solo como material para la labor histórica, sino como material vivo que sigue dando enseñanzas sobre cómo construir el partido, como enfrentar a la burguesía, sobre las formas de lucha, los virajes tácticos, etcétera.

Como ejemplo de prensa marxista-leninista las páginas de El Machete deben ser entendidas como la voz del Partido, y siendo que éste formaba parte de la Internacional Comunista (concebida bajo la idea de un partido mundial que requiere la misma disciplina que existe al interior de la estructura de un Partido Comunista), esto se comprende porque además de temas de carácter nacional El Machete contiene datos del movimiento comunista internacional, congresos y plenos de la IC, del Socorro rojo, de la Internacional Sindical Roja y demás organismos de carácter mundial como los destinados a la labor entre los campesinos, la mujer trabajadora, entre otros. Es decir, como prensa leninista El Machete expresa los quehaceres del movimiento comunista internacional.

El académico Ricardo Melgar Bao (1946-2020) cuestionaba que El Machete expresara una posición política clara. Afirmaba que “careció de una línea política sin variaciones, considerando sus diversos y recurrentes matices, disensos y virajes”[1], esta idea deriva de su concepción crítica ante la IC posterior a la muerte de Lenin, por lo que muestra sesgos al partir de una visión trotskista de la Revolución Socialista de Octubre y del movimiento comunista internacional. No obstante, donde él ve confusión nosotros debemos ver la estrecha vinculación entre la política de la IC y el PCM, la unidad teórica y política del movimiento comunista internacional, la aplicación de virajes tácticos, la expresión de las contradicciones y cambios al interior del partido, el avance en el afianzamiento del marxismo-leninismo.

Donde este autor ve heterogeneidad del leninismo, afirmación que implicaría, como él reconoce, un cotejo doctrinario y político de los textos que aparecen en El Machete, nosotros vemos una prensa militante que responde a los pasos dados por el Partido; un periódico que manifiesta la concepción de la prensa leninista expresada por Lenin en textos como ¿Por dónde empezar?, Qué hacer  y La organización del Partido y la literatura del partido, es decir, una prensa que es columna de la organización del Partido, el medio para llevar la conciencia al movimiento obrero y potenciarlo, un periódico que responda a la unidad teórica, política y práctica.

A nuestro juicio, el punto de partida de nuestra actividad, el primer paso práctico hacia la creación de la organización deseada y, por último, el hilo fundamental del cual podríamos asirnos para desarrollar, ahondar y ampliar incesantemente ésta organización debe ser la fundación de un periódico político para toda Rusia. Necesitamos ante todo un periódico […]

La misión del periódico no se limita, sin embargo, a difundir ideas, a educar políticamente y a conquistar aliados políticos. El periódico no es sólo un propagandista colectivo y un agitador colectivo, sino también un organizador colectivo.[2] 

El Machete como prensa leninista fue instrumento para organizar al partido; siendo la voz oficial de éste expresaba las valoraciones políticas sobre cada momento de la lucha de clases; expresaba las orientaciones para desarrollar la labor práctica; daba a conocer las consignas que el Partido debía llevar a la clase obrera. Además, su redacción, impresión y distribución implicaba un ejercicio organizativo que requiere de elementos de seguridad, compartimentación, vigilancia revolucionaria, centralismo democrático, es decir, una labor que contribuyó a mantener la organización del Partido. Una vez impreso viene la reunión de la célula para leerlo y estudiarlo, luego la planificación de su distribución entre los trabajadores y el estudio o intercambio de opiniones con éstos.

 

II. ¿Hasta dónde El Machete es reflejo de la política y desarrollo del Partido?

Por las características específicas, propias de la prensa leninista, El Machete da una visión más completa, más concreta, entendiendo lo concreto como la síntesis de múltiples determinaciones. Nos da determinaciones sobre la política aplicada por el PCM, pero al exponer los textos de la IC también nos da las valoraciones políticas de la situación general que motivan la política aplicada en México. Da cuenta del desarrollo de la estructura del Partido al registrar trabajos en distintos estados del país, los datos de la cantidad de ejemplares que se distribuían del periódico permite rastrear el nivel de difusión de la política del Partido y estimar la cantidad de militantes.

El dato del número de militantes del Partido que se presenta en otras fuentes es de gran utilidad, pero no es suficiente para un correcto análisis del partido pues esto deja de lado la cuestión de la calidad de los militantes. Recordemos que el PCM, como los demás partido de la IC, eran un partido de cuadros y no de masas, lo que no implica que tenga que ser un partido reducido. Es decir, la valoración cuantitativa de los militantes del Partido es insuficiente y se requiere considerar el elemento cualitativo, y El Machete arroja ciertos datos al respecto. Los que pueden derivarse de conocer el tipo de centros de trabajo donde se desplegaba la labor política (qué tipo de industria minera: petrolera, ferrocarrilera, etcétera); el tipo de acciones que se efectuaban (huelgas, paros, mítines u otras formas de lucha); la intervención en el campo y la forma de lucha implementada (armada, ocupación de tierras, etc.).

No obstante, para poder evaluar la fuerza del Partido Comunista aún no se tienen todas las determinaciones. Así como la historia de un Partido Comunista debe ser estudiada en relación con la marcha de la lucha de la clase obrera, la fuerza del Partido se comprende atendiendo a la interdependencia entre éste y la clase. Nuevamente El Machete aborda este elemento, pues no sólo registraba los choques de clase de los lugares donde el Partido contaba con militantes, sino que también los ascensos y repliegues de la lucha de clases.

La prensa y demás literatura partidaria requiere, como decía Lenin, “su sumisión al control del Partido” ya que:

Cada uno es libre de escribir o decir lo que quiera, sin restricción alguna. Pero toda asociación libre (incluido el Partido) es libre también de expulsar a los miembros que utilizan el nombre del Partido para propagar ideas contrarias al Partido. La libertad de palabra y la libertad de prensa han de ser completas. Pero es necesario que también la libertad de asociación sea completa.[3]

Este es un aspecto leninista de la prensa que consideramos se mantiene en El Machete y en todo caso, como se ha dicho, los cambios políticos responden al proceso del Partido y su vínculo con la IC.

 

III. El Machete ¿Prensa doctrinal o de información?

La prensa comunista implica una vinculación de ambos elementos, pero, más aún, no existe prensa neutral. Aún en una nota informativa se evidencia el carácter de clase.[4] Basta ver como los periódicos trataron el caso de la lucha de miles de obreros y obreras de las maquiladoras de Tamaulipas. El carácter de clase de la prensa y la situación de la lucha de clases determinan en gran parte algunas particularidades de su elaboración, por ejemplo la existencia de la prensa legal y clandestina (en momentos de represión o dictadura).

Cuando existía la diferencia entre prensa legal y clandestina, la cuestión de una prensa del Partido y otra que no era del Partido tenía una solución simple, aunque fuera falsa y absurda. Toda la prensa ilegal era prensa del Partido, y era editada por organizaciones y dirigida por grupos que de uno u otro modo estaban ligados a grupos de militantes del Partido dedicados al trabajo práctico. Toda la prensa legal carecía de partido puesto que estaba prohibido pertenecer al Partido, aunque se “inclinasen hacia tal o cual Partido”.

Hay una serie de elementos que los estudios de la prensa comunista ignoran, y esto en muchas ocasiones les impide tener una idea más completa de las implicaciones de la prensa comunista. Uno de estos elementos es que el periódico es la voz del Partico Comunista, no puede ser evaluado con los simples criterios de la prensa burguesa como el número de tiraje, tampoco responde a los gustos livianos del lector que por morbo decide comprar un periódico por su contenido atractivo (que lleva a la prensa burguesa a llenar las páginas de contenido pornográfico, amarillismo y nota roja).

(…) no queremos aceptar, y no aceptaremos, las cadenas de las relaciones literarias burguesas y mercantiles. Queremos crear, y crearemos, una prensa libre, y libre no sólo en el sentido policiaco del término, sino libre también de arribismos y, aún más, libre del individualismo anárquico burgués.[5]

El Periódico de un Partido Comunista está hecho para organizar a los trabajadores, la lectura del periódico debe ayudar a elevar la conciencia de clase, la asimilación del contenido por parte de la clase obrera debe ser llevada de la mano de los comunistas que le hacen llegar la prensa. Es decir, que un trabajador reciba la presa es apenas el primer paso de la labor del militante.

Por este motivo El Machete tenía columnas dedicadas a la formación política, no sólo de los militantes, sino de los trabajadores que estaban en contacto con la prensa del Partido. Ejemplo de esto es la columna Construyendo Partido[6] que trataba temas de la vida orgánica del Partido: sobre las organizaciones regionales, las células, el funcionamiento del centralismo democrático, los Comités Regionales, la relación del Partido con su juventud (FJC), el funcionamiento de una conferencia política y muchos otros temas de carácter organizativo. Citemos un ejemplo:

“El reclutamiento es una de las tareas cotidianas más importantes de la célula. El reclutamiento debe ser cuidadosamente organizado en la fábrica, taller, mina, hacienda, pueblo o barrio. Pero no basta con reclutar nuevos miembros; hay que saber conservarlos y hacer de ellos militantes conscientes y activos. Para ello es indispensable:

1.- Explicar a los nuevos miembros lo que es el partido, sus fines y sus métodos, las obligaciones y responsabilidades de un miembro del Partido.

2.- Asignar a cada nuevo miembro tareas concretas que debe realizar diariamente bajo la dirección de la célula.

3.- Hacer participar a los nuevos miembros en todas las discusiones de la célula, lo mismo sobre trabajo práctico que sobre cuestiones políticas generales.

Al asignar tareas a los nuevos miembros hay que tener cuidado de no abrumarlos con comisiones excesivas, superiores a sus fuerzas o su preparación, pues esto no hace más que desmoralizarlos. El nuevo miembro debe irse familiarizando con el trabajo del Partido (…).”[7]

La columna Construyendo Partido del 30 de Junio de 1934, no. 295, está dedicada al periódico del Partido y se menciona que sirve para hacer labor de agitación, propagada y organización del Partido, además: “El periódico es también el mejor instrumento en manos de la dirección del Partido para coordinar el trabajo en las regiones, transmitir las experiencias del trabajo de cada región a todo el Partido y asegurar la unidad de dirección y de acción”.

El Machete es un ejemplo de prensa leninista y cabe destacar, cosa que se puede ver en la última cita, que la redacción del periódico y la dirección del Partido eran conscientes de esto.[8]

En la columna Campaña Pro-Machete la estructura del Partido informaba sobre las regiones en las que había deudas del pago, en qué lugares se vendían más ejemplares, en qué sitios se distribuía el periódico. Lo que a primera visita aparece como una campaña financiera para continuar la publicación del periódico, con constantes llamados a aportar el dinero que se adeuda y hacer donaciones, tiene de trasfondo una campaña política que busca hacer conciencia entre la militancia del Partido sobre la utilidad de El Machete. Es decir, se refiere al periódico como una herramienta de la cual se debe echar mano, a la que deben mandar sus reportajes, denuncias y los partes de la guerra que es la lucha de clases.

Se ponen ejemplos sobre cómo se puede usar el periódico para agitar en las fábricas, barrios y en las zonas campesinas. Se reitera que es labor de la célula distribuir y estudiar el periódico. Recupera la idea del periódico como organizador del partido. Esta lección es una de las que nuestro Partido tiene en cuenta y bajo la cual desarrolla su labor con El Comunista. El periódico de tipo leninista es un elemento tanto formativo como organizativo.

En lo que se refiere al carácter educativo de El Machete, este se puede apreciar en la publicación de fragmentos de textos de Marx, Engels, Lenin y Stalin; además de los desplegados y orientaciones de la IC; los discursos de cuadros políticos del PCUS; o las reseñas sobre la labor de comunistas como Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht, entre otros.

 

Conclusión

Recuperando los elementos políticos de la prensa marxista-leninista, que son los que le dan vigencia a las páginas de El Machete, podemos hoy recuperar enseñanzas para desarrollar nuestra prensa: que el periódico exprese la situación de la lucha de clases; que exprese la situación del movimiento comunista internacional (su avance hacia conformar una táctica unificada); que atienda a la labor organizativa; que ayude a mantener la unidad teórica y política de las orientaciones del trabajo y de la acción política. Esto es que la concepción leninista de la prensa implica que ésta se encuentre supeditada al Partido y sea instrumentada como voz del Partido.

Pero además de estos elementos esenciales se pueden sumar otros, pues con base en el marxismo-leninismo podemos leer el conjunto de la realidad de tal manera que los comunistas tenemos opinión sobre todos los aspectos de la realidad. Por ejemplo, sobre cuestiones de arte, ciencia, deporte, la emancipación de la mujer, columnas para fomentar la formación política, entre otros. Todos estos elementos pueden sumar y enriquecer la prensa del partido. Y de hecho varios se hacían presentes en El Machete, pero sin perder de vista que el criterio que predomina es el político y hay elementos que pueden ser en un momento más destacables que otros.

Camaradas si hoy nuestra prensa no parece del todo atractiva a la clase obrera, más allá de la cuestión formal que hemos trabajado en el último número (utilizar colores en la portada y contra portada), es porque se requiere reforzar la labor de los comunistas: llevar la conciencia al movimiento obrero. Es decir, para los elementos avanzados de nuestra clase nuestro periódico será atractivo por su contenido desde el primer acercamiento, pero sin la labor del Partido nuestro periódico seguirá teniendo un reducido número de compradores. Conforme se cumpla la labor de unir el movimiento obrero y el socialismo la prensa de nuestro partido será cada vez más solicitada por los trabajadores como su guía, su desciframiento del mundo, su instrumento de transformación de la realidad.

Nos interesa que nuestra prensa crezca, que su distribución sea más solicitada, pero cometeríamos un grave error si quisiéramos valorar nuestra prensa con parámetros de la prensa burguesa o intentáramos vulgarizarla con tal de hacerla más atractiva. Lenin recordaba que no hay que bajar al nivel –lo que podría representar en nuestro caso actual  retirar resoluciones de nuestro partido y documentos políticos, retirar los materiales sobre el movimiento comunista internacional, en general reducir la cuestión política y quedarnos con las cuestiones economicistas– de las masas, sino hacer que éstas eleven su conciencia. De nosotros depende que los trabajadores comprendan la importancia que tiene para ellos y para su clase las noticias sobre el movimiento comunista internacional, sobre partidos comunistas hermanos o hasta las luchas de los obreros en otros países.

Parafraseando a Lenin: “Ahora, camaradas, ¡manos a la obra! Tenemos ante nosotros una tarea nueva y difícil, pero, también, grande y noble: la tarea de estudiar la literatura vasta, rica y variada, que se hizo en estrecha e indisoluble trabazón con el movimiento obrero y el comunista. Toda la literatura del partido.”

 

 

*Tina Modotti, Campesinos leyendo “El Machete”, 1929.

**Texto inédito para El Machete.

 

[1] Ricardo Melgar Bao, La prensa militante en America latina y la IC,  p. 182.

[2] Lenin, ¿Por dónde empezar?

[3] Lenin, La organización del Partido y la literatura del partido.

[4] Lenin, “Carta a A. G. Miasnikov”.

[5]Lenin, La organización del Partido y la literatura del partido.

[6] Inicia el 20 de octubre de 1932, no. 241. Ahí se planteó que “Iniciamos esta columna permanente donde trataremos todos los problemas de organización de nuestro Partido a efecto de que sirva de guía para todos nuestros camaradas…”.

[7] El Machete, 30 Enero 1933. No. 250.p. 2.

[8] En Construyendo Partido del 30 de julio 1934, no. 298, se expone la relación de El Machete, como periódico central del Partido, con los periódicos regionales.

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