Foto tomada de internet

Por: Joshua Saucedo

La presencia de grupos armados de corte paramilitar en el estado de Chiapas se ha vuelto una realidad amenazante para muchas comunidades del Estado, principalmente donde predominan las organizaciones campesinas y populares. Actualmente se está viviendo una escalada feroz en la violencia ejercida por estos grupos lo que ha costado la vida de defensores sociales.

Desde años atrás el territorio de Chiapas ha sido presa del paramilitarismo en muchas de sus regiones, cobrando la vida de cientos de indígenas, líderes campesinos e incluso menores y recién nacidos. A la vez desplazando a comunidades enteras de sus hogares y tierras de cultivo. Todo esto desde el inicio de la guerra contra insurgente encabezada por el entonces presidente de la República Ernesto Zedillo quien diera inicio al “Plan Chiapas 1994” en contra del EZLN, atacando e influyendo el terror en las comunidades bases de apoyo y adheridas a las declaraciones de la selva Lacandona, para de está forma debilitar la presencia Zapatista en el estado y tomar control de estas tierras poniéndola en manos de los principales terratenientes de la región.

Grupos Paramilitares como “Los Petules” “Alianza San Bartolomé de los Llanos” “Paz y Justicia” entre otros más, son financiados directamente por el Gobierno Federal y Estatal y comandados por presidentes municipales, en su mayoría del PRI, PVEM y MORENA, mismos que también controlan el narcotráfico en la región y se han apoderado de las tierras abandonadas por los desplazados.

El pasado 5 de Julio, fue asesinado en el municipio de Pantelhó, el ex presidente de la mesa directiva de la sociedad civil “Las Abejas de Acteal” quién defendiera en todo tiempo los derechos de las comunidades desplazadas y exigiera justicia al pueblo de Acteal, masacrado en 1997 por un grupo paramilitar, hecho que sigue impune hasta la fecha.

Al día de hoy 8 de Julio, varias comunidades de Pantelhó y Chenalhó han sido desplazadas ante los constantes ataques armados y amenazas a las Abejas de Acteal quienes han sido obligadas a internarse en el monte buscando escapar de las balas.

Ante todo esto, el Gobierno Federal y Estatal han permanecido totalmente omisos, dejando que se violenten los derechos de las víctimas por desplazamiento interno y ni hablar de desarticular a los mismos grupos que ellos financian y equipan. La Guardia Nacional tampoco ha hecho ninguno esfuerzo por hacer frente a los ataques armados, al contrario, han brindado protección a los paramilitares.

El gobierno de el esperado cambio no ha sido más que el continuador de las políticas represivas de sus antecesores, demostrar su carácter demagógico y neoliberal, dónde el discurso transformador no vas más allá de sus propias palabras.