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La situación de los trabajadores del INE

 

Entrevista a un capacitador del INE

 

Por: Lorena Vargas para El Machete

 

La gestión socialdemócrata de López Obrador no ha dudado en poner por encima de la salud de la clase obrera a la disputa interburguesa por el poder de los partidos políticos, llamando a la “responsabilidad ciudadana” del ejercicio del voto en las pasadas elecciones a nivel federal y estatal, de los cuales el Instituto Nacional Electoral es el que se encarga de administrarlas. Pero los altos funcionarios del INE no corrieron ningún riesgo durante esta etapa, pues quienes asisten a realizar las diferentes actividades a campo, que recorren grandes distancias y tienen contacto con la gente son los trabajadores contratados de manera temporal denominados “capacitadores”. Para conocer un poco más de esto, entrevistamos a uno de los capacitadores del INE que radica en el municipio de Ixtapaluca en el Estado de México, a quien llamaremos “Alejandro” para preservar su identidad, quien nos brinda más elementos acerca de la situación laboral en esta institución.

EM: Al momento de aceptar el trabajo, ¿firmaste algún documento que acreditara que eres trabajador del INE, que especificara una jornada laboral o quién te contrata? ¿Cómo está estipulada tu relación laboral con el INE?

A: Lo único que hice fue llenar una solicitud de empleo especial del INE y firmarla. No estaban estipulados los horarios y mucho menos el salario que iba a percibir por mi trabajo. También firmé mi credencial que me acredita como trabajador del INE, y a lo largo de las diferentes etapas del proceso electoral, una pequeña hoja en donde yo firmo las responsabilidades que tengo que ejercer como trabajador de esa institución. Los requisitos para contender a Capacitador-asistente electoral (CAE) son tener una educación mínima de secundaria, contar con credencial para votar vigente, nacionalidad mexicana, no pertenecer a ningún partido político, y por supuesto, una disponibilidad completa de horario. Estoy contratado de forma temporal, lo que duran las elecciones. Sólo en este periodo soy trabajador del INE.

EM: ¿Cómo describirías las condiciones de los trabajadores del INE con base en tu experiencia y la de tus compañeros?

A: Nosotros nos desplazamos a los domicilios de cada persona sorteada para ser funcionario de casilla y convencerles de aceptar la asignación bajo el discurso de la responsabilidad ciudadana, y posteriormente capacitarles. Nuestra labor se desempeña en las calles, tenemos que visitar áreas con alto porcentaje de robos, asaltos, secuestros; también nos enfrentamos al hostigamiento de las personas que residen en las colonias, porque lo que ha habido casos de violencia contra de nosotros. Llegamos a visitar hasta 250 personas, dependiendo la extensión de las áreas a donde nos movíamos. Como asistentes electorales hacemos todo lo que requiere la Junta Distrital, como el paquete electoral; contabilizar y sellar cada una de las boletas; limpiar las instalaciones de la Junta; instalar las casillas y ser responsables de todos los materiales que se dispongan para ello, como pueden ser las urnas, las lonas, las boletas, etc. Si alguna de estas cosas llegara a extraviarse, nosotros como responsables designados la pagamos de nuestro bolsillo. Los horarios que maneja el INE son muy extenuantes, porque requieren de nuestra disponibilidad las 24 horas del día y los 7 días de la semana. Estamos sujetos a los horarios que dispongan las autoridades, pues nos hacen firmar una responsiva que nos compromete, sin objeción, a realizar cualquier tarea que soliciten, en cualquier horario, por lo que pueden llamarnos a presentarnos a laborar hasta 15 o 10 minutos antes sin ningún previo aviso. Una cosa más: nos tienen vigilados todo el tiempo, tanto por parte de nuestro supervisor como a través de los dispositivos móviles que el instituto nos da.

EM: ¿Existen situaciones de riesgo en tu trabajo? ¿Cuentas con algún tipo de seguro en caso de algún accidente, robo, etc.?

A: Los accidentes están a la orden del día, uno de mis compañeros fue atropellado y otro más tuvo una caída en una subida a un cerro que le ha dejado secuelas hasta el día de hoy. El transporte público es también un problema, pues hay zonas en donde no se tiene suficiente acceso a éste y para llegar a los domicilios son más de media hora de caminata en lugares donde la delincuencia es muy alta, por lo que nos exponemos no sólo al robo de los recursos que nos dan como capacitadores, sino incluso de nuestros artículos personales como el celular o cartera. No existen protocolos de seguridad para estas zonas, las autoridades del INE básicamente nos dejan a nuestra suerte en busca de los domicilios que muchas veces están mal referenciados. A pesar de que en los spots en radio y televisión del INE han dicho que es obligatorio usar cubrebocas en la casilla, si una persona no quiere usar cubrebocas, puede votar sin él, ya que en esta democracia el derecho al voto está por encima de todo, incluso el derecho a la salud. No tenemos un seguro médico, sólo la posibilidad de pedir una factura a nuestro nombre para llevarlo a la Junta Distrital del INE y ahí se cubrirá parte del pago. Tampoco tenemos seguro por robo o asalto, pero en caso de algún siniestro contra los recursos que se nos suministran, nosotros tenemos que levantar la denuncia en el Ministerio Público para que no nos cobren por el material. Con lo que sí contamos es con un seguro de vida que no rebasa los $50,000, que en caso de fallecimiento mientras realizamos funciones, los beneficiarios del trabajador puedan cobrar el seguro.

EM: Respecto al salario, ¿consideras que las actividades que realizas valen lo que te pagan?

A: Siendo honesto no. El salario es muy bajo y no sabemos cuál es el aproximado real de lo que nos pagan, porque lo dividen en dos, es decir, una parte es el salario real que percibimos y el resto es de viáticos, pero este pago lo hacen conjunto. En mi caso, recibo alrededor de 9mil al mes, considerando ambas partes del salario. Es muy raquítico tomando en cuenta los posibles riesgos a los que nos enfrentamos, las largas jornadas que pueden terminar a altas horas de la madrugada y el estrés que también puede causar la realización de las actividades. Dependiendo de la zona a la que los CAE asisten, el pago de viáticos incrementa, pero no significa que a esta persona le paguen realmente más que al resto porque una parte la gasta en transporte.

EM: En caso de alguna inconformidad con las reglas que establece el INE respecto a sus condiciones laborales, ¿pueden manifestarla libremente frente a una instancia que vea por sus intereses?

A: Los capacitadores asistentes electorales estamos completamente a merced de los designios del INE. Debido a que es un trabajo temporal, no existe ningún tipo de sindicato, y si en algún momento llegará a existir una organización que utilizará la huelga o el paro como medio de lucha, enfrentaríamos una fuerte represión completamente legitimada y apoyada por la ley, pues podría ser tomado como un “intento de sabotear las elecciones”. Incluso si un capacitador decidiera renunciar unos días antes de las elecciones, se consideraría como un delito electoral de sabotaje.

EM: ¿Cómo son las condiciones del lugar donde laboras?

A: El municipio de Ixtapaluca, donde vivo y trabajo, es un municipio bastante grande y semiurbanizado. Gran parte siguen siendo zonas agrarias que dificultan el acceso a las colonias. Por otra parte, muchas de las secciones son zonas rojas donde la delincuencia es fuerte, a muchos compañeros les han quitado tanto el celular del trabajo como el personal con lujo de violencia. Muchos equipos de trabajo completos se han llegado a contagiar de COVID-19 al asistir a zonas donde es mayor la afluencia de personas; en estos tiempos de pandemia ha sido difícil cuidarse de este virus, aunque vayamos protegidos. Pero a las autoridades del INE estos riesgos y dificultades no les interesan, incluso nos llegan a culpar por “incompetencia” cuando alguna tarea no pudo concretarse debido a determinados factores. Como CAE, estamos obligados a llevar adelante cada tarea a pesar de que llueva, se inunde, de que nos asalten, de que sea un horario de altas horas de la madrugada, incluso de que nos enfermemos de COVID y corramos el riesgo de morir.

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