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Madre y trabajadora

 

 

Por: Rubí Aguirre

 

Durante años el papel que las mujeres jugamos en la sociedad ha evolucionado en diferentes etapas de las cuales podemos destacar la más actual: mujer trabajadora y madre.

Las mujeres de la actualidad nos vemos comprometidas en esos dos aspectos, sin tener la posibilidad de poder elegir, porque nuestra condición económica y social no nos lo permite. Durante el desarrollo del capitalismo las mujeres de la clase trabajadora han recibido sobre sus hombros la responsabilidad de sostener a su familia ante la precariedad a la que los trabajadores estamos siendo sometidos por este sistema explotador, mismo que nos obliga a compartir nuestras fuerzas y tiempo en dos o más tareas sin ninguna excepción.

La mujer se ha visto involucrada en el campo de la industria de manera más frecuente, sin olvidar que parte de ellas también son trabajadoras en el comercio ambulante, servicio (call centers) etc., y que eso no las absuelve de sus tareas en el hogar como lo son el cuidado de los hijos, los que haceres, el cuidado de personas de la tercera edad. Ante esto, bajo el capitalismo son las mismas trabajadoras las que tienen que repartir su tiempo para poder realizar todas sus responsabilidades diariamente.

Para las mujeres de la clase trabajadora que mantenemos día con día jornadas laborales que superan las 10 horas de trabajo, es difícil después de eso preocuparnos al mismo tiempo de resolver el cuidado de nuestros hijos, ya que no contamos con ningún tipo de apoyo que garantice el cuidado de los mismos. La problemática de la escasez de las guarderías públicas incrementa al grado de tener que acudir al pago de guarderías privadas que a la semana consumen la mitad de nuestro salario por hijo. El hecho de que no contemos con suficientes guarderías gratuitas que coincidan con nuestros horarios laborales, o incluso como mejor opción que nuestras jornadas de trabajo fueran reducidas sin afectar nuestro salario nos orillan a tomar segundas decisiones: como pagar 500 a 600 pesos en una estancia privada o incluso inscribir a nuestros hijos en escuelas privadas de horario extendido, las cuales el gasto supera la mitad de nuestro salario mensual. Incluso también podemos deducir que dejar a nuestros hijos con los adultos mayores o con los hijos de mayor edad –hablando en este caso de niños de 11 a 12 años cuidando a los más pequeños—, es una opción difícil pero que es la única que nos queda para no descuidar el trabajo del cual obtenemos el recurso con el cual solventamos los gastos alimenticios, escolares, de salud, entre otros.

En lo que respecta a las mujeres trabajadoras ambulantes o del comercio, el no tener el derecho al uso de las guarderías públicas por la falta de seguridad social –requisito para contar con este beneficio—, es aún más complejo ya que se ve en la misma situación de dejar a sus hijos en casa o peor aún cargar con ellos en su trabajo.

Analizando esto podemos hacer un paréntesis en el que despleguemos como demanda inmediata el incremento de guarderías públicas que permitan el acceso de los niños de 2 meses a por lo menos 13 años de edad (ya que las guarderías actuales sólo aceptan menores hasta los 4 años de edad; un problema más en este tema), y que el acceso sea igualitario, en el cual tanto las trabajadoras en la industria como las dedicadas al comercio ambulante y servicios puedan verse beneficiada de la misma manera.

Por otro lado, las mujeres trabajadoras mantenemos una serie de demandas que están entrelazadas, que van desde el aumento de salario, reducción de jornadas laborales, oportunidades para contribuir tanto a la ciencia, como a la medicina. La resolución de las mismas son el parteaguas por el cual comienza la lucha de las mujeres de la clase trabajadora.

Sabemos que la problemática de las mujeres de la clase trabajadora no debe estar sostenida por el cumplimiento de demandas inmediatas y económicas. Lo único que puede llevar al fin de su liberación como clase y género es la emancipación de la misma que va de la mano liberación de la clase obrera en su conjunto. Pero resolver eslabón por eslabón ayudaría a descansar a las trabajadoras de su doble carga dándole el tiempo para involucrarse en otros aspectos como prepararse políticamente, que le ayudarían a fortalecer su conciencia como clase y le darían más énfasis a su necesidad de organizarse para luchar por convertirse en la mujer de la nueva sociedad, la mujer del socialismo-comunismo.

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