La política Migratoria Del Gobierno De López Obrador
Por: Héctor Ramírez Cuéllar
En términos generales, la política migratoria del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que se aplica no solo en la región sur de nuestro país sino en el norte también y en general, en todo el territorio nacional, es la misma que se implementado desde el gobierno de Donald Trump, hasta hoy. La palabra que se puede emplear es la de la contención por medio de la fuerza de las caravanas y grupos de emigrantes que provienen de distintos países del mundo, pero sobre todo de Centroamérica, y que, pretenden llegar a los Estados Unidos atraídos por una supuesta actitud benevolente y aperturista que esbozó el Presidente Joe Biden en los inicios de su administración y que hizo pensar a muchos grupos y personas que acercándose a la frontera norte era más fácil que se pudiera conseguir ya sea una visa de exiliados o bien, en el colmo, de la ingenuidad política, un documento que les acreditara su calidad de ciudadano norteamericano.
La política migratoria del Presidente Trump fue salvaje y primitiva pues pretendió edificar un enorme muro metálico en la línea fronteriza y por otro lado, expulsó de inmediato a los migrantes ilegales a territorio mexicano en donde supuestamente recibirían un aviso de las autoridades para que continuaran con sus trámites. Además, atentó contra la unidad de las familias pues los padres fueron deportados por un puesto fronterizo, y sus hijos por otro, existiendo en la actualidad todavía por lo menos 13 mil infantes que no localizan a sus progenitores.
El gobierno de López Obrador facilitó y apoyó esa política pues Trump amenazó a México con aplicarle aranceles a ciertos bienes y productos que se exportan a la Unión Americana y empleó un lenguaje suave, cautelosos, casi amistoso para no desatar la ira de ese jefe de estado brutal el cual no tenía ningún interés en respetar los derechos humanos de ninguno de los migrantes, asumiendo la misma actitud que había tenido la derecha y la ultraderecha europeas para frenar la migración que provenía de los países del Medio Oriente.
Hoy podemos afirmar que la política migratoria de los Estados Unidos se basa en la mentira, la falsificación y la manipulación pues Biden alentó una serie de expectativas ilusorias señalando que muchos extranjeros serían recibidos, pero no ha sido así, menos aún, de ciudadanos provenientes de Haití y Centroamérica pues de cada 10 solicitudes de asilo y protección solo 3 han sido aceptadas, después de que han pasado muchos meses para que las personas interesadas tengan una respuesta positiva. Les hacen creer que sus demandas serán estudiadas, pero que tienen que radicar en territorio mexicano en espera de un aviso que nunca llega y entonces se crean graves problemas de hacinamiento de migrantes en la mayoría de las ciudades fronterizas de este lado del rio Bravo.
Es urgente que se realice una reunión de elevado nivel entre México, Haití, Brasil, Chile, Centroamérica para examinar de una manera colectiva este problema, haciendo que cada uno de los gobiernos de esas naciones asuma una parte de la responsabilidad compartida que les asiste, sobre todo para evitar que se formen nuevas caravanas, aparezcan nuevos campamentos y se siga utilizando la fuerza pública, ya que, está comprobado por la experiencia histórica, que la migración tiene causas estructurales y que solo se puede regular o encauzar, pero no desaparecer.
Las propuestas que ha formulado López Obrador a Joe Biden, que consisten en que los Estados Unidos financie una serie de proyectos productivos para generar empleos en las zonas expulsoras de mano de obra, son positivas en términos generales, pero los resultados concretos y específicos de dichas medidas serían a mediano y largo plazos ya que dependen en gran medida, de la conducta que asuman los respectivos gobiernos que en el pasado recibieron financiamientos por 200 millones de dólares y estos finalmente no se invirtieron para el desarrollo de sus naciones.