Por: Carlos Suárez

Desde diciembre del 2019, el gobierno de Yucatán estableció contacto con autoridades de Israel para alcanzar acuerdos de asistencia y cooperación en materia de seguridad. En aquel entonces, fue María Dolores Fritz Sierra (titular de la Secretaría General de Gobierno) quien recibió a David Israeli (representante del Ministerio de Defensa de Israel en México) para sostener las reuniones. Esta cooperación incluye sistemas tecnológicos de punta y despliegues tácticos “contra el delito”. La titular justificó esta cooperación diciendo que, ante el aumento de inmigrantes y turistas, “la delincuencia avanza muy rápido y nosotros tenemos que avanzar más rápido aún”.

El día 15 de junio de 2021 se ratificaba la cooperación entre el gobierno de Yucatán e Israel mediante la firma de una carta de intención que establece que ambas partes deberán habilitar canales de comunicación institucionales para facilitar las posibilidades de intercambio y cooperación mutua. La cooperación acordada adquirió un alcance mayor: atracción de nuevas inversiones, tecnologías de la información, investigación, agricultura, territorios inteligentes y seguridad pública. La firma se dio entre el gobernador Mauricio Vila Dosal y Zvi Itzhak Tal, embajador de Israel en México.

Si bien la burguesía y su prensa pueden vitorear estos acuerdos, la clase trabajadora en Yucatán solo puede alarmarse ante estos hechos y prepararse para la represión que se prepara en su contra. El Estado de Israel ha tenido a lo largo de décadas, y sigue teniendo, un papel central en el armamiento de otros Estados burgueses en el mundo.

En lo que respecta a nuestro país, destaca la asesoría que prestó la Mossad (órgano de inteligencia estatal israelí) al Estado mexicano para reorganizar sus órganos de inteligencia; “disolviendo” la infame Dirección Federal de Seguridad (DFS) para fundar el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) en la década de los ochenta. Otro caso que vincula al Estado mexicano con Israel, esta vez por vía de sus empresas, fue el espionaje realizado durante el gobierno de Peña Nieto hacia activistas y periodistas por medio del famoso software israelí Pegasus. Este software fue adquirido tanto por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) como por el propio CISEN. Más recientemente, la 4T ha presumido la colaboración entre la Guardia Nacional y autoridades israelíes.

En cuanto al plano internacional, encontramos una estrecha relación entre empresas y gobierno israelíes y Estados bien conocidos por su represión tales como el de Iván Duque en Colombia o el de Jair Bolsonaro en Brasil, quienes no solo han recibido asesoría en materia de seguridad, sino también armas y toda clase de tecnología destinada a la más salvaje represión.

Noticias como esta solo pueden abrirnos los ojos a la colaboración clasista entre Estados burgueses de todo el mundo sin importar quién esté a la cabeza de ellos ni bajo qué tipo de gestión administren el capital. Al mismo tiempo, noticias como esta solo pueden recordarnos la necesidad de estrechar los más firmes lazos con el proletariado y los sectores populares de todo el mundo, que sufren la explotación y la represión del conjunto de la burguesía tanto como nosotros en México.