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La Cuarta Transformación y la precariedad laboral

 

 

Por: Álex Aguilar García

 

Al 20 de octubre de 2021, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador reportó un  registró más de 20 millones 700 mil puestos de trabajo para llegar a 20,713,218 trabajadores asegurados ante el IMSS;  presumiendo con esto que se logró superar el nivel previo a la pandemia por Covid, ya que en febrero del 2020 el registro fue de 20,613,536 empleos formales; sin embargo los números solo muestran que el mercado laboral apenas salió a flote sin que esto signifique una recuperación real, tal y como el ejecutivo lo vocifera.

Y es que si se toma en cuenta la tendencia histórica de la creación de fuentes de trabajo formales todavía se está lejos de al menos retomar el ritmo previo a la pandemia. Del 1997 al 2019 el crecimiento anual promedio de trabajadores asegurados ante el IMSS es del 3.48 %, es decir, para el cierre del 2020 se tuvo que asegurar (+/-) 21,151,340 trabajadores, pero el índice fue de 19,926,017. Para 2021, la cantidad de empleos asegurados tendría que llegar a 21,887,406 para recuperar el ritmo perdido durante la emergencia sanitaria, no así aún se mantiene un déficit del (-)5.36 %.

Desde luego todo lo anterior sin considerar que de los 37,816,267 trabajadores asalariados en nuestro país el 44.2 % no tiene acceso a algún tipo de servicio de salud (sea pública o privada) y el 35.4 % simplemente no goza de prestación laboral alguna, según estima la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE-INEGI, segundo trimestre 2021); es decir, dentro de sus propios límites, este y los anteriores gobiernos, no han alcanzado a resolver sus propios objetivos en lo que respecta al mercado laboral.

Los problemas de toda la clase trabajadora no terminan ahí. Con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, Nueva Edición (ENOEN), se evidencia la relación que tiene el Ejército Industrial de Reserva y la precarización de los trabajadores en activo. La Tasa de Presión General (la cual incluye además de los desocupados a los ocupados que buscan empleo) en septiembre del año pasado fue del 8.8 % y en septiembre de este año 8.1 %, indicador que se ha mantenido similar durante la pandemia y significado un deterioro en las condiciones laborales.

En el mes de referencia se estimaron 55,116,687 personas ocupadas, y comparado con hace un año, la cantidad de trabajadores que tienen un ingreso de hasta un salario mínimo creció de 23.3 a 24.0 puntos porcentuales; quienes ganan de uno a dos salarios mínimos la proporción también aumentó de 33.8 a 35.7 %. Caso contrario, los salarios medios y altos cayeron; quienes ganan más de 3 y hasta 5 salarios mínimos el índice descendió de 6.3 a 6.1 % y los que ganan más de 5 salarios mínimos disminuyó de 2.5 al 2.4 %.

Sin que esto fuera suficiente, ahora las jornadas laborales se extienden. De septiembre del 2020 a septiembre de este 2021 la cantidad de personas que de 35 a 48 horas creció de 44.9 al 45.5 % y quienes trabajan más de 48 horas de 25.1 al 27.1 %. Por otra parte, quienes trabajan de 15 a 34 horas la proporción disminuyó de 19.2 a 17.9 %

En cuanto a la Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación (indicador de condiciones inadecuadas de empleo que Incluye a las personas que se encuentran trabajando menos de 35 horas a la semana por razones ajenas a sus decisiones, más las que trabajan más de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo y las que laboran más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos) la tasa se estableció en 24.2 %. Lejos de todo eufemismo estadístico, esto significa que al menos una cuarta parte de la población ocupada está en situaciones labores infrahumanas. Tomando en cuenta todo el panorama podemos asegurar que la pauperización para los trabajadores avanza silenciosamente a pesar de que se asegura una recuperación económica, sí, ¿pero para qué clase social?

Cabe agregar otro aspecto de la precarización; para el Coneval una familia de 4 personas se encuentra actualmente en situación de pobreza por ingresos si su ingreso mensual es inferior a $11,290.80. Esta cifra es muy superior al salario mínimo actual, que equivale a $2,401.2 mensuales. Habría que incrementar 4.7 veces el salario mínimo para cumplir lo estipulado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Claro está que los datos no reflejan la dimensión y realidad de cada trabajador como el despotismo del burgués en los centros de trabajo, la arbitrariedad de los jefes y superiores, la eliminación de derechos laborales, los mecanismos de control patronal encubiertos ahora con las argucias de la administración como la gestión de talento y capital humano, el rostro de impotencia de cada trabajador por no poder acceder a sus derechos básicos, el sabotaje del empresario contra toda forma de organización de los trabajadores, el acoso laboral, la discriminación y múltiples adversidades que enfrenta y soporta el proletario.

Ante este panorama se hace cada vez más necesario la construcción del socialismo o la continuidad de la barbarie capitalista. En tanto, la instauración del socialismo implica también de forma concreta el control obrero sobre los medios de producción, es decir la verdadera democracia de los trabajadores, esto es a su vez el primer paso para la civilización humana.

 

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