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La reforma energética en México y los monopolios españoles, estadounidenses y mexicanos

 

Por: Ricardo Mendoza
Célula Ignacio Salas Obregón

 

 

La nota del día de hoy, nueve de febrero de 2022, ha sido la visita del representante para el cambio climático del gobierno de Estados Unidos, John Kerry, al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador. Apenas ayer el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, descalifico la propuesta de reforma energética de la 4T, calificándola de promover energías obsoletas y contaminantes, además de señalar que el gobierno estadounidense estaría vigilante de proteger las inversiones de las empresas de ese país en México.

Sin embargo, apenas un día después John Kerry, ha matizado hablando de que no hubo reclamos por la reforma y que ambos países trabajen juntos en la generación de energías limpias. Para empezar, se ha anunciado la creación de un grupo de trabajo conjunto para abordar la agenda de las energías limpias. En el fondo parece que el gobierno mexicano se ha comprometido a respetar las inversiones estadounidenses según los principios de los acuerdos comerciales del T-MEC.

Caso contrario, el mismo día, el presidente mexicano ha anunciado que las relaciones México-España deberían pausarse. Matizando, que no se propone un rompimiento, ni nada por el estilo, sino simplemente una pausa. Esto mientras que desde la 4T cargan contra las empresas españolas, que, según ellos, siguen saqueando al país.

El gobierno obradorista intenta vender su reforma energética como una suerte de nacionalización, la vuelta de la rectoría del Estado. Sin embargo, la realidad es que solo busca congelar los porcentajes de participación, Un 54% para la CFE y un 46% para el sector privado.

En la misma línea, mientras que desde el gobierno se ataca a las empresas españolas, Iberdrola, OHL y Repsol, nada se dice de otras como, Abengoa, Acciona, Alten, X-Elio, Naturgy, Fisterra Energy con Ektria, Alter Enersun, Bas Corporation, FVR o Cox Energy. Lo mismo ocurre en el ámbito nacional, hace poco desde el púlpito de las mañaneras, AMLO dedico buen tiempo a repasar la forma en que las empresas de grupo FEMSA, en especial Oxxo se aprovechan beneficiando, comprando luz con auto abastos como Iberdrola, pero, poco se dice de otras grandes sociedades de autoabastecimiento con la participación de empresas amigas, como Telmex, Sanborns, Banco Azteca, TV Azteca o Grupo Elektra.

En el fondo lo que vemos es una batalla más entre grupos monopólicos, aquellos opositores ven su participación con amenaza de ser frenada, mientras que aquellos monopolios amigos de la 4T pueden conservar sus participaciones y aumentar sus ganancias con tranquilidad.

No se trata de una batalla del bien contra el mal, se trata de una batalla Inter monopólica, donde el gobierno de López Obrador parece intentar sacar del mercado nacional a los monopolios energéticos españoles, y favorecer a los monopolios nacionales y estadounidenses. Mientras en todo esto los trabajadores estadounidenses, españoles y mexicanos, como siempre, perdemos.

 

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