Sobre el paro magisterial de la Sección 2 del SNTE y su reciente conclusión
Por: Célula Martha Galindo
En México el sindicalismo charro se ha fortalecido. Tal es el caso de las dirigencias del SNTE en Baja California. El paro laboral, ocurrido entre el 29 de octubre de 2021 y el pasado 7 de febrero del presente año, se ha montado sobre las legítimas inconformidades de los trabajadores de la educación para reducirlas a una protesta inofensiva, que simula representación sindical y política e ignora las causas principales de la agresión contra el magisterio y la compleja adversidad laboral.
El paro laboral para realmente merecer ese título debió haberse mantenido hasta que el Gobierno resarciera por completo el incumplimiento de derechos laborales, en especial los salarios no pagados durante meses y años a los trabajadores del magisterio. Pero para eso tendría que haber sido dirigido por la base, en lugar de que ésta fuera maniatada y excluida de todo protagonismo en el desarrollo del mismo por parte de la directiva del SNTE.
El paro, más bien de tipo virtual y en cuyo transcurso se orientó a sectores del magisterio a proseguir secretamente con labores, ha sido tan domesticado que ni mínimamente podía resolver siquiera la problemática de adeudos y salarios diferidos. En cambio, con esmero los dirigentes sindicales han procurado legitimarse a sí mismos, al actual Gobierno del Estado, mientras colaboran en favor de las actuales autoridades en su disputa con el grupo político del anterior gobernador.
El paro laboral no resolvió una sola problemática de los trabajadores de la educación. Continúan la precarización; el desvío de cuotas magisteriales; el agravio en pensiones y jubilaciones; y la demora en el cumplimiento de las obligaciones patronales que permite transferir miles de millones pesos para grandes obras de infraestructura y beneficios para los capitalistas. Simplemente en cuanto a salarios existe al menos un adeudo por 120 millones de pesos al magisterio.
La determinación de concluir toda suspensión formal de actividades está a tono con la intención patronal de imponer la vuelta a clases presenciales, la reactivación de ciertas ramas de la economía, con la exigencia de mayor productividad y explotación del trabajador magisterial en las labores educativas, extendiendo esta determinación a todos los trabajadores que al mismo tiempo son padres de familia, con exigua o nula retribución de por medio.
Los gobiernos burgueses, sean del PAN, PRI, o de servidores del pasado bajo el membrete de Morena, coinciden en las mismas prácticas contrarias al magisterio. La lucha magisterial necesita reorganizarse desde una perspectiva clasista; bajo protagonismo de la base en las decisiones y acciones en su interés; con información política que permita un sólido conocimiento como clase trabajadora; con independencia frente a la patronal, que también es gobierno; con insubordinación activa para recuperar al SNTE de los grupos de poder aliados a la patronal.