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Respeto A La Integridad Territorial De Ucrania

 

Por: Héctor Ramírez Cuéllar

 

La semana pasada se efectuaron las consultas en las regiones de Donetks, Lujansk, Zaporiyia y Gerson en las cuales se preguntó a la población si deseaba incorporarse a la Federación Rusa o mantenerse como repúblicas independientes en el territorio de Ucrania, contestado la mayoría de sus habitantes que sí aceptaba formar parte de del imperio de Putin, que organizó e impulsó un proceso atropellado e ilegal, ya que se trata de regiones, las dos primeras, ocupadas por tropas rusas desde hace más de 15 años y las segundas anexadas, todavía en forma muy precaria, por medio de la violencia hace apenas unas semanas.

Esta consulta tuvo un vicio de origen: estas regiones colindantes con el Mar Azov y la Península de Crimea, también en manos rusas, están ocupadas por tropas extranjeras y todavía hace algunos días se habían presentado enfrentamientos armados en las principales ciudades, poblaciones, zonas industriales y agrícolas y por lo tanto en estas condiciones políticas completamente irregulares no era posible que los ciudadanos rusos expresaran sus opiniones políticas de una manera libre y consciente. A ello debemos agregar que los militares rusos invasores visitaron los domicilios de los ciudadanos llevando urnas transparentes, las cuales se llenaron de votos, sin que hubiera una supervisión internacional adecuada, que permitiera concluir que se estaban respetando las normas democráticas más elementales.

Las denominadas repúblicas populares de Donetks y Lujansk fueron producto de la invasión de Rusia del año 2015 y jamás han tenido un gobierno estable y representativo, no cuenta con el reconocimiento de ningún estado extranjero y solo se sostienen por la presencia masiva de tropas rusas, de la ayuda económica que reciben del gobierno de Putin, es decir, son entidades políticas artificiales, meras fabricaciones ideológicas del Kremlin que no han surgido, por lo tanto, de la verdadera y auténtica voluntad popular de los ciudadanos, reconociendo que la mayoría de ellos hablan ruso, son católicos ortodoxos, aceptan y practican la cultura y las tradiciones de Rusia, pero pertenecen desde hace muchos años a la jurisdicción territorial y política de Ucrania.

Días antes de la celebración de estas “consultas”, el Presidente Putin desconoció la existencia de Ucrania como una nación independiente y autónoma, anunciando que si era necesario emplearía armas atómicas en esta región para ampliar y consolidar su hegemonía, lo que se puede entender como una verdadera amenaza que tenía el propósito de atemorizar a la población que había sido llamada para participar en las urnas. Estas declaraciones temerarias y absurdas, sin duda, influyeron en las decisiones políticas de los ciudadanos que ante este riesgo no tuvieron más salida que incorporarse oficialmente a la República Federativa Rusa que les ofrecía protección y apoyo económico, político y militar. Por lo tanto, se ejercieron múltiples presiones a los habitantes de las zonas, las cuales han abandonado en grandes cantidades para ir a refugiarse en zonas seguras de Europa Occidental.

Los cuatro presidentes de estas repúblicas volaron a Moscú y oficialmente fueron recibidos por Putin, quien turnó sus solicitudes a la DUMA,     que las aceptó de inmediato como parte de la citada Federación. Si bien la presencia rusa se ha consolidado en las regiones de Donetz y Lujansk, esto no ha sucedido en las zonas de Zaporiyia y de Gerson en donde todavía continúan los combates con las tropas ucranianas, es decir, estas repúblicas todavía ni siquiera están controladas de una manera plena, es decir, desde el punto de vista territorial y político y ahora aspiran a ser entidades autónomas e independientes.

Los expertos militares afirman que la guerra en Ucrania está estancada, es decir, que ninguno de los bandos en disputa ha logrado avances considerables, que se está luchando en forma encarnizada, que a veces ganan las tropas rusas y avanzan y, pero en otras ocasiones lo hacen las fuerzas ucranianas y recuperan así los territorios perdidos por lo que no se puede considerar que hay un triunfador definitivo y absoluto en el conflicto. Por lo tanto, la aparición de las repúblicas de Zaporiyia y de Gerson, se decretaron en forma apresurada, ya que sus nuevas autoridades dependen de la presencia y de las acciones del ejército ruso, es decir, no tienen respaldo social y político sustentado en la población originaria.

En virtud de que el gobierno de Rusia es un gobierno gran burgués, basado en el gran capital nacional e internacional, que tiene un gobierno oligárquico y represivo, es decir, está al servicio de una minoría de grandes capitalistas, debemos levantar la bandera del respeto irrestricto a la integridad territorial y política de Ucrania, independientemente del carácter reaccionario y derechista de Zelenski que insiste en continuar una guerra que está provocada y financiada por las potencias occidentales.

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