Esta Claro Que López Obrador No Es Dios
Por: Héctor Ramírez Cuéllar
La escritora Elena Poniatowska puso el dedo en la llaga al afirmar que el Presidente de la República debe estar abierto a la crítica, admitir que a veces se puede equivocar y que no ha hecho nada por impulsar la cultura nacional. Estas frases son muy elocuentes, ya que en el interior de Morena y del propio gobierno federal, se considera que, el titular del Poder ejecutivo es un ser divino, que toda lo sabe y todo lo puede, que no necesita escuchar las opiniones de los demás antes de tomar algunas decisiones políticas, que el concentra toda la sabiduría ancestral del pueblo, que es el custodio de la verdad, la honestidad y por ello nadie expone sus puntos de vista sobre la actuación de ese alto funcionarios que cuando habla y opina solo está emitiendo la verdad revelada, como lo hacían Moisés y los otros profetas del pueblo de Israel.
En el interior de Morena existen distintos grupos de izquierda que han guardado un silencio cómplice, por ejemplo, en referencia a la militarización del país, no obstante que han incurrido a una contradicción política, ya que en el pasado siempre combatieron la intervención de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública, condenaron los excesos, los abusos, los atropellos que cometían los militares en contra de la población civil, en contra de los obreros, los campesinos y los estudiantes. Pero ahora que ese proceso está en una marcha acelerada, ya que fue aprobado por la mayoría legislativa con la votación vergonzosa del PRI, del PT, de algunos diputados y senadores del PRD, mantienen la boca cerrada y, por lo tanto, están asumiendo una conducta de contubernio con el Presidente de la República que de una manera sistemática está entregando posiciones políticas, económicas y administrativas al ejército y la marina, sin tomar en cuenta las repercusiones políticas y sociales que en el futuro inmediato se manifiesten en nuestro país, como resultado de esta alianza, compromiso o convenio que exista entre el gobierno y estas fuerzas represivas.
La señora Poniatoswska no afirma que el Presidente se equivoca sino que puede equivocarse y que, por lo tanto, debe mantenerse atento a las críticas políticas, las cuales vienen no solo de las posiciones de la derecha, sino también de muchos escritores, periodistas que se ubican en la izquierda y que están ubicados fuera de MORENA. Esa es una actitud avanzada tan solo porque se plantea la posibilidad de que el jefe del ejecutivo pueda errar, como sucede con cualquier individuo, funcionario público o dirigente partidario ya que en el interior de Morena se deifica a López Obrador, no se le otorga una lealtad política racional sino una entrega y sumisión totales que nos recuerda a las asociaciones religiosas que existieron en la Edad Media en Europa en donde se consideraba que era imposible que el Papa pudiera equivocarse, ya que tenía el don de la infalibilidad, puesto que era el representante de Dios en la tierra. Ello significaría que López Obrador es Jesucristo y Mario Delgado y los demás miembros del Comité Nacional de Morena son sus profetas, sus representantes en el mundo terrenal, las correas de transmisión de las órdenes e instrucciones que dicta el Supremo y que van dirigidas a sus súbditos a los que es necesario redimir y salvar.
La crítica política es consustancial a los regímenes políticos, ya que a través de ella se expresan opiniones y conceptos que no necesariamente deben ser aceptados de una manera mecánica., como si fueran verdades inconmovibles y eternas, sino que reflejan las concepciones y las posturas de las distintas clases o sectores de la sociedad, que en algunos casos pueden permitir conocer aspectos de la realidad económica y social que eran desconocidos o no suficientemente valorados desde los altos niveles del poder político, que se puedan corregir errores, desviaciones y abusos que de ninguna manera implican siempre una derrota para los gobernantes y los funcionarios públicos hegemónicos si no al contrario pueden ser de una gran ayuda para mantenerse en los puestos de mando, ya que se evita la acumulación del descontento interno y por el otro, se conjura el peligro de las fracturas internas.
López Obrador no emite dogmas inalterables, como se manifestaban en el Sanedrín, de Jerusalén, sino simples argumentaciones políticas, económicas y sociales que por su propia naturaleza están sujetas a la consideración y a la revisión políticas, a la contrastación frente a las otras opiniones y criterios, él no es el poseedor de la verdad absoluta, nadie tiene esa calidad que nos permita concluir que todos debemos aceptar a pie juntillas, hincados con la cabeza agachada sino tan solo emite una interpretación o una versión de los hechos que ocupan la atención de la sociedad en un momento determinado. Solo se trata de opiniones importantes, ya que él es el Presidente de la República y, por lo tanto, expresa la posición del grupo que está en el poder hoy en día.
De una manea formal, de conformidad con los cánones del constitucionalismo burgués en México, existe, por un lado, el Presidente como encargado del Poder Ejecutivo y, por el otro, un grupo de altos funcionarios que integran el gabinete legal y ampliado, pero en las circunstancias actuales, en que está en marcha un proceso de aguda y peligrosa concentración del poder, solo actúa políticamente el Presidente, en forma autoritaria extrema, ya que nadie puede expresar una opinión no contraria sino tan solo diferente, ya que los demás miembros del gobierno solo callan y obedecen mecánicamente las instrucciones que aquel expresa y por lo tanto nadie formula, de una manera pública y abierta, una opinión sobre los grandes problemas nacionales y sobre las medidas que deben adoptarse para solucionarlos. En estas condiciones, jamás sabremos las verdaderas causas de la renuncia de la señora Tatiana Clouthier a la Secretaría de Economía. Este es el gobierno de un solo individuo.