Mucha riqueza, pero no para los que la producen
Por: Emiliano Zepeda
A pesar de ser un tema que ya habíamos abordado en antiguos artículos, recientemente y de nueva cuenta se ha puesto de manifiesto en la opinión pública y los medios de comunicación locales en el estado de Quintana Roo, el contraste muy marcado entre toda la riqueza millonaria que se produce en el sector turístico y los miserables salarios que reciben los trabajadores que laboran en dicho sector.
Tal y como lo dio a conocer el diario “Novedades de Quintana Roo” en su número correspondiente al día 2 de Octubre de 2022, según la información recabada por el organismo “Estadísticas en Hotelería y Turismo: Ocupación”, de Data México, reveló que:
– En Quintana Roo laboran en el sector turístico más de 410 mil personas.
– Quintana Roo es el principal contribuyente al Producto Interno Bruto (PIB) turístico de México ya que aporta un 7.1% del mismo.
Es decir, Quintana Roo es un gran recaudador de riqueza derivado del sector servicios enfocados más que nada al turismo nacional e internacional. Pero a pesar de ello, esa inmensa bonanza económica no se ve reflejada en las condiciones de vida de las y los trabajadores ya que, según los datos proporcionados por el organismo anteriormente mencionado: “un empleado del sector turístico en Quintana Roo, en promedio, obtiene un salario de $5,500 mensuales mientras que un trabajador del mismo sector en otros estados como por ejemplo en Coahuila, reciben hasta $21,000 mensuales”.
Esto favorece, entre otras cosas, la dependencia de propinas, situación que ya hemos abordado en anteriores artículos y que la patronal utiliza para “esconder a simple vista” las condiciones precarias de trabajo existentes.
Este increíble contraste entre toda la riqueza producida en este sector y las miserables condiciones salariales existentes generan, entre otras cosas, la siguiente cuestión: ¿A dónde se va todo ese dinero?
La respuesta es sencilla de responder, solo hace falta voltear a ver a los dueños de los grandes centros hoteleros, restauranteros, joyeros, etc. Seguramente nunca los hemos visto ya que en su mayoría son extranjeros, pero si investigamos nos daremos cuenta de su nivel de vida, sus autos, sus propiedades, sus lujos extravagantes, todo mientras un trabajador se tiene que buscar la vida con unos miserables $5,500 mensuales.
Ahí está la respuesta de hacia dónde se va toda esa riqueza, la patronal se la lleva, los trabajadores producen toda esa riqueza millonaria atendiendo a los turistas y laborando en los diversos centros de trabajo, y a pesar de ello, solo les dan migajas mensuales mientras que el patrón se lleva la mayor parte del pastel.
De igual forma, anteriormente habíamos mencionado que el sector turístico en Quintana Roo se encuentra en una “crisis” (por así decirlo) ya que los grandes empresarios hoteleros no logran llenar sus plantillas laborales, pero, ¿cómo quieren llenarlas si no brindan condiciones de vida dignas?, ¿cómo pretenden estos burgueses parásitos contratar a nuevos trabajadores si ni siquiera les brindan condiciones de trabajo dignas a los ya contratados? ¡Son un chiste!
Las y los trabajadores del sector turístico en Quintana Roo pueden acabar de una vez por todas con esta situación, se debe protestar, exigir y organizar para mejorar las condiciones de trabajo, eliminar la dependencia de propinas y mejorar en general no solo las condiciones de vida de los actuales trabajadores sino de los nuevos que entren a laborar en un futuro. ¡Basta de la patronal parásita que se enriquece a costa nuestra! ¡Basta de que haya mucha riqueza, pero no para los trabajadores que la producen con su trabajo!
En este sistema capitalista la patronal buscará mil pretextos para mantener en la miseria a los trabajadores y así enriquecerse gracias a su trabajo, depende de nosotros cambiar esa situación, luchar por mejores condiciones de trabajo (dentro de las que se incluye la lucha por un mejor salario) pero también depende de nosotros luchar para que esas conquistas no nos sean arrebatadas en un futuro como ha venido sucediendo hasta ahora, depende de nosotros las y los trabajadores luchar por erradicar de raíz este sistema que nos explota, que beneficia a una minoría a costa de nuestro trabajo, en construir una realidad nueva basada en un nuevo sistema en el que el poder y los medios de producción no estén en manos de un puñado de empresarios sino en manos de los mismos trabajadores que crean la riqueza.