Por: Emiliano Zepeda

La Riviera Maya es conocida por ser una región de alta afluencia turística y que, al igual que todo el estado de Quintana Roo, constituye su principal fuente de ingresos. Una de las industrias con mayores ganancias dentro de la región la tiene el sector hotelero, mismo que, como se ha venido mencionando en diversos artículos publicados con anterioridad, ha tenido un déficit de mano de obra en todo lo largo y ancho del estado.

Específicamente en la Riviera Maya, la temporada que abarca las festividades de navidad y año nuevo son de alta afluencia turística, es decir, es considerado un período de temporada alta. Sin embargo, el déficit de la plantilla laboral en los hoteles ha sido una cuestión que, a pesar de los diversos intentos de la patronal por solucionarlo, no ha tenido resultados.

Ante este panorama, en donde se acerca una temporada alta, en la que se prevé una ocupación hotelera que rebase el 85% y se tiene un déficit de plantilla laboral ubicado entre el 10% y el 15%, salió a la luz a través de los medios de comunicación locales que los empresarios hoteleros de la región solicitarán a sus trabajadores que doblen su jornada laboral.

El sector turístico (que abarca a la rama hotelera), si algo tiene en exceso es la precarización de los trabajadores: jornadas extenuantes, bajos salarios, alta tasa de informalidad laboral, dependencia de propinas, alta tasa de rotación laboral, etc. Pero a su vez, a manera de contradicción, mientras los trabajadores padecen todos estos males, la patronal dueña de las grandes cadenas hoteleras acumula millones de dólares anuales. Esta contradicción y esta precarización brutal de los trabajadores es la que precisamente está ocasionando el déficit actual en el ramo, pero a su vez, esta precarización brutal que viven los trabajadores hoteleros es causada por que a través de esta explotación laboral la patronal acumula más y más ganancias. Los patrones se enriquecen a costa de nuestra explotación y precarización, y ahora quieren explotarnos el doble al pedirnos que doblemos nuestra jornada.

Ante esto surge una cuestión de importancia: ¿qué deben hacer los actuales trabajadores del sector hotelero? La respuesta que los comunistas damos es que los trabajadores no deben permitir más atropellos por parte de la patronal: ¡que se nieguen rotundamente a doblar su jornada ya de por sí extenuante y ya de por sí precarizada y que se organicen en cada hotel para contrarrestar cualquier intento de intimidación, chantaje o despido que surja de esa decisión!

¡No permitamos más atropellos por parte de los patrones, organicémonos y luchemos no solo para no permitir una doble explotación y revertir las condiciones precarias que ya actualmente tenemos, sino también para que un día tengamos tal fuerza que nos permita arrebatarle a los capitalistas el poder, instaurar un poder obrero, socializar los medios de producción y que toda la riqueza creada por los trabajadores, en lugar de que se invierta en los lujos y caprichos de los patrones, se invierta en el bienestar de los mismos trabajadores que crean la riqueza!