Para la juventud solo hay una solución: La revolución
Por: Emiliano Zepeda
Una de las grandes preocupaciones de la juventud en nuestros días es la falta de oportunidades. El miedo a no encontrar un trabajo formal y estable. Está preocupación se ha derivado de la precarización y explotación que caracteriza la mayoría de los empleos actuales en todo el país.
Según datos proporcionados por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el 67.4% de los jóvenes en el país labora en la informalidad o en puestos en donde no existen contratos ni prestaciones; trabajos con muy bajos salarios, con jornadas extenuantesin y con alta tasa de rotación de personal, es decir, incumplimiendo la Ley Federal del Trabajo.
Estas condiciones obligan a que la juventud, sobre todo la que ya vive de manera independiente, a trabajar doble jornada o tener dos empleos con el objetivo de sobrevivir y llegar a fin de mes, afectando los demás aspectos de su vida como la convivencia familiar, amistades, tiempo de ocio y descanso.
La juventud que aún no incursiona la vida laboral, al ver este panorama, evidentemente pierde las esperanzas de conseguir un buen trabajo, digno, remunerador y justo en el futuro; lo que genera preocupación e incertidumbre, afectando sus aspiraciones profesionales.
A pesar de que la política burguesa a través de sus diversos partidos ha intentado dar “contentillo” a la juventud diciendo y prometiendo que acabaría el problema, tras varios sexenios de diversos partidos políticos (PRI, PAN, MORENA), se ha podido probar una cosa: Ninguno es capaz de resolver el problema porque ninguno busca erradicar su causa, el capitalismo.
La precarización y la brutal explotación laboral de la cual la juventud es objeto, solo favorece a la patronal. Pensemos un momento querido lector: ¿Qué crees que pasaría si el centro de trabajo en donde laboras, en lugar de que sea del patrón que se enriquece de tu trabajo, sea de los propios trabajadores?, lo que sucedería es que toda esa riqueza proveniente de los trabajadores en lugar de que el patrón la use para sus lujos, se podría usar para mejorar las condiciones laborales como el salario o las prestaciones, pero vayamos más allá, no nos limitemos solo con un centro de trabajo en específico sino pensemos en todos los medios de producción del país, en ese sentido, toda esa inmensa riqueza que es creada por la clase trabajadora, no solo bastaría para mejorar las condiciones de trabajo a nivel nacional sino también para mejorar la calidad de vida en otros aspectos: Vivienda gratuita, sistema de salud gratuito y de calidad, sistema educativo completamente universal y gratuito desde el kínder hasta la universidad. Todo esto es posible si eliminamos la propiedad privada de los medios de producción y los socializamos, por eso precisamente, las grandes preocupaciones de la juventud solo tienen una solución: La revolución socialista, y por ello trabajamos en el Frente de la Juventud Comunista (FJC).