En Defensa de los Pueblos Oprimidos del Mundo
Por: Alejandro del Toral
Con la mayor certeza posible, podemos afirmar que los tiempos que estamos viviendo en un futuro serán estudiados y difundidos como unos sumamente conflictivos, donde la dialéctica entre los Estados y los intereses imperialistas de distintos países comenzaron a confrontarse directamente. Sin embargo, además de esto, también podemos afirmar que estos años serán recordados como los que comenzaron a propiciar un quiebre en la hegemonía occidental y que trajeron consigo mismos la determinación de distintos pueblos del mundo para conseguir un mejor futuro, uno que antes solo era un sueño para muchos.
La situación actual en todo el mundo nos ha dado claros ejemplos de que, sin importar los intereses de los dos bloques imperialistas imperantes (estando uno en decadencia y otro en auge), los proletarios de diversas partes del mundo han tomado consciencia y buscan combatir a los males del capitalismo más agresivo que jamás ha existido. El ejemplo más reciente es el del pueblo palestino, que tras años de constantes ataques por parte del Estado de Israel y de sus fuerzas armadas, finalmente están diciendo basta; están exigiendo un cese hacia el exterminio étnico que han tenido que afrontar por culpa de los intereses del gobierno israelí y norteamericano y buscan retomar las tierras que les fueron arrebatadas con el uso de la violencia.
Otro buen ejemplo sería el de los diversos pueblos del Sahel que, si bien pueden correr el riesgo de querer ser sometidos bajo los intereses económicos de China y Rusia, han emprendido una lucha en contra del neocolonialismo francés que había limitado su autodeterminación y soberanía por tantos años; siendo esta lucha el resultado de siglos de opresión hacia los africanos. De igual manera, tampoco hay olvidar a otros pueblos que llevan décadas combatiendo estos malestares con el fin de seguir conservando su libertad, como lo es el caso del pueblo cubano, que desde el triunfo de la revolución a finales de la década de los 50´s, ha sido uno de los principales sectores que ha sufrido el hostigamiento imperialista.
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Todos estos ejemplos nos pueden hacer comprender que las propias contradicciones del imperialismo han conllevado a su crisis actual, y que es nuestro deber agudizarlas para poder acabar de una vez con todo aquel que nos oprime. El camino no será fácil, y la guerra en contra del imperialismo lo será aún menos, pero es una lucha necesaria que debemos de librar. Recordando al comandante Guevara a 55 años de su partida de nuestro mundo: “La bestialidad del imperialismo, bestialidad que no tiene una frontera determinada ni pertenece a un país determinado. Bestias fueron las hordas hitleristas como bestias son los norteamericanos hoy, como bestias son los paracaidistas belgas, como bestias fueron los imperialistas franceses en Argelia. Porque es la naturaleza del imperialismo la que bestializa a los hombres, la que la convierte en fieras sedientas de sangre que están dispuestas a degollar, a asesinar, a destruir hasta la última imagen de un revolucionario y un partidario de un régimen que haya caído bajo su bota o que luche por su libertad…”
No podemos esperar a que alguien más construya un futuro mejor para la clase trabajadora de nuestro planeta, ya que nuestra salvación no se encuentra mas que en nosotros mismos. Es indispensable que, sin importar que nos encontremos al otro rincón del mundo o, por el contrario, próximos a donde suceden estos conflictos sociales, apoyemos a que el imperialismo hegemónico sea derrocado y no sea sustituido por uno nuevo, sino que sea sustituido por una hegemonía impuesta por los trabajadores.
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