Existen Fundamentos para Anular las Elecciones del 2024
Por: Héctor Ramírez Cuéllar
La semana pasada el INE ordenó a la Presidencia de la República que modificara o suprimiera los contenidos de cinco conferencias mañaneras en las cuales el licenciado Andrés Manuel López Obrador realizó un abierta crítica a varios candidatos de oposición, no obstante que de una manera clara e indubitable la ley de la materia prohíbe a ese funcionario intervenir en los procesos electorales. El Presidente dijo que con estas medidas se estaba violando sus derechos a la libre expresión y al uso del derecho de réplica, pero el INE desestimó estos argumentos y se mantuvo en su postura original.
Más tarde se informó que el Presidente tiene acumuladas 330 amonestaciones por parte del INE y ratificadas por el Tribunal Electoral en donde 5 magistrados están realizando una acumulación de violaciones cometidas por ese alto funcionario desde hace por lo menos año y medio y que sobre la base de este procedimiento se procederá a realizar la calificación de la elección presidencial ,de conformidad con el artículo 99 de la Constitución en cuyo precepto legal también se establece que esta calificación se efectuará una vez que se resuelvan las impugnaciones que se han presentado durante el proceso electoral.
Se está efectuando esta evaluación por parte de los magistrados ya señalados los cuales, desde luego, están sujetos a grandes presiones políticas, no obstante que están actuando de acuerdo con las disposiciones legales vigentes, argumentando que en realidad están preparando un “golpe de estado técnico”, lo cual constituye un planteamiento absurdo ya que si existe un proceso jurídico que tiene desde sus inicios profundos y graves vicios , de conformidad con los cuales, los resultados serían igualmente ilegales, inaceptables, ya que se han vulnerado de una manera sistemática las leyes de la materia.
Desde hace año y medio, las irregularidades que se han presentado, por parte de Morena desde el punto de vista formal pero de una manera real, por parte del gobierno y específicamente por parte del Presidente, han sido las siguientes: inicio anticipado de las campañas electorales, nombramiento del principal candidato de MORENA, por parte de este alto funcionario , realización de una campaña de propaganda permanente a su favor utilizando los recursos cuyo origen se desconoce de una manera legal, personalización de las campañas, intervención constante del Presidente en en la contienda apoyando a esos candidatos y atacando a los de la oposición e injerencia de funcionarios públicos en dichos procesos, lo cual confirma que no existe equidad, imparcialidad, neutralidad, en la campaña que está marcha ya que titulares de los órganos de gobierno están actuando abiertamente y públicamente a favor del partido oficial.
La campaña electoral ha padecido vicios de origen muy grandes ya que al anticiparse realmente la contienda se rompió con la normatividad actual y los candidatos de Morena tuvieron la oportunidad de realizar muchos actos políticos, distribuir grandes cantidades de propaganda, constituir una estructura interna de simpatizantes y equipos de trabajo. Si bien el INE emitió muchas amonestaciones, las llamadas medidas cautelares, esas fueron ineficaces para evitar las conductas delictivas ya que estas siguieron ocurriendo una y otra vez, siendo el Presidente el principal y más grande transgresor de las normas legales, y hasta la semana pasada, no se respetaron esos formalismos, que marca la legislación de la materia ya que en la realidad, en la práctica, y a la vista de todos, se efectuaron acciones políticas de facto, es decir, desde posiciones de poder y en forma unilateral lo que significa que no se respetan a los órganos electorales ya que no tienen capacidad jurídica ni política para aplicar sus resoluciones.
Si de conformidad con las violaciones reiteradas, el Tribunal Electoral, mediante el método de la acumulación, anula los resultados del 2 de junio se producirá un serio y grave conflicto político ya que el Presidente, principal responsable e implicado, de acuerdo con los antecedentes de su conducta, no acatará esta resolución, pero si el órgano electoral máximo, cuyas resoluciones son definitivas e inatacables, es decir, no aplica la penalización correspondiente, se extenderá un manto de impunidad política para el actual y el siguiente gobierno ya que podrá incurrir en la mismas prácticas, estando consciente y seguro de que no sufrirá sanción alguna, apareciendo un precedente político profundamente antidemocrático, la de un gobierno que se impone por encima de todos los demás protagonistas políticos.