La emancipación de la mujer obrera en el socialismo

Cartel soviético: “¡Gloria a las mujeres soviéticas!”.
Por: Libertad Guillén
Vivimos en una sociedad basada en las leyes del capitalismo, es decir, en la explotación de unos seres humanos por otros. En el pasado, solo el hombre fue considerado como el sostén económico de la familia. Sin embargo, debido a que el salario es cada vez menor en relación a lo necesario para la manutención de un hogar, la mujer se vio obligada a trabajar para aportar al ingreso familiar.
Durante la revolución industrial la mujer fue incorporada a la producción. Debido a que en ese entonces la mujer no tenía derecho a la educación, fue obligada a tomar los trabajos más pesados que no requerían preparación especial, (que también podría hacer un hombre), los cuales eran pagados con sueldos inferiores a los de un hombre. ¡Que ya de por si tenían un jornal bajo!
La incorporación de la mujer en la producción no la eximió de cumplir tres tareas: trabajar, cuidar el hogar y ser madre. Si el hombre es explotado en el capitalismo, la mujer es super explotada. Por tanto, era natural una rebelión ante tal situación. Así, en 1917 por primera vez en la historia un Estado decretó la igualdad laboral y de derechos de hombres y mujeres: ese Estado fue la Unión Soviética, donde había triunfado la Revolución Socialista.
A partir de 1946, gracias al triunfo del socialismo en varios países, las mujeres de la Alemania socialista, Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Rumania, Bulgaria, Albania, Yugoslavia, Letonia, Lituania y Estonia, obtienen su liberación y pasan a gozar de los mismos derechos que el hombre.
En 1949, en China, el país donde más se oprimía a la mujer, ésta se libera y se concede a la mujer todos los derechos a través de la construcción del socialismo, independientemente del rumbo que ese país tomó posteriormente. Lo mismo ocurre en Corea y Vietnam. Con la liberación de Argelia, gracias al importante esfuerzo por la descolonización impulsado por el socialismo a nivel internacional, las primeras mujeres árabes lograron la igualdad.
Como se puede ver, el avance en derechos hacia la mujer se ha dado a partir de un Estado socialista a diferencia de los Estados capitalistas donde la explotación de la mujer es extrema. Por ejemplo, en Estados Unidos la mujer negra o la chicana, vive en un mundo de pobreza, discriminación y violaciones, empujada a la prostitución, el aborto clandestino, al robo y el suicidio. Esto, por supuesto, pasa en todos los países capitalistas.
La tesis socialista respecto a la mujer es muy sencilla: darle a la mujer las oportunidades que no ha tenido, que pueda estudiar y desarrollarse, que pueda trabajar a la par que el hombre, teniendo los mismos derechos que él y que pueda dejar a los hijos en un lugar adecuado y seguro, es decir, socializando el trabajo doméstico.
La emancipación de la mujer sólo es posible a la par de la emancipación de la clase obrera en su conjunto y de la toma del Poder para la construcción de un Estado socialista. En el capitalismo pueden hacerse “mejoras” jurídicas para dar algún derecho o parte de él a las mujeres, pero eso no contribuye a su liberación, porque solo se legisla lo que es favorable para la burguesía. La verdadera emancipación de la mujer vendrá con el socialismo.