Buscar por

En México y EE.UU. el Poder del capital contra las y los trabajadores migrantes

Pedro Ramírez

El ataque antiinmigrante en EE.UU. se intensifica: redadas en centros de trabajo; arrestos y encarcelamientos ilegales con miras a la deportación masiva; separación de menores de sus familias y retornos obligados de éstos a sus países de origen; campaña gubernamental de calumnias y potencial detención masiva contra familiares “patrocinadores”; política generalizada de despidos por parte de diversos monopolios, entre otras medidas.

El gobierno burgués de Donald Trump, que concentra fuerzas federales, estatales y locales así como armamento militar con estos fines, multiplica el número de arrestos al día contra trabajadores migrantes. Públicamente dirige una campaña de linchamiento mediático y ha fijado el objetivo de tres mil arrestos por día y un millón de deportaciones para fines de año. Estamos ante un aspecto fundamental del ataque general contra la clase obrera en EU.

Parte de ese ataque es la persecución selectiva y posterior encarcelamiento de sus líderes sindicales, en los campos agrícolas como ejemplo. Otra parte de éste es la política de mayor extracción de plusvalía en interés general de los capitalistas de dicho país, por ejemplo, con las medidas legislativas para imponer un impuesto al envío de remesas hacia México de entre el 3.5 y el 5% en interés de favorecer al Poder y a la que clase dirigente.

En México, la burguesía pisotea y echa por la borda la soberanía nacional en aras de sus propios objetivos de máxima ganancia, de pompa y poderío mundial. En el caso del impuesto a remesas, tolera la violación de acuerdos bilaterales. Por ejemplo, aquél de 1992 y que prohíbe una persona sea sujeta a doble tributación o pago doble por un mismo ingreso. Como en México, la moda en EE.UU. es exprimir aún más al conjunto de la clase obrera.

Ante una y otra afrenta a las y los trabajadores migrantes, el gobierno de Claudia Sheinbaum responde con promesas, amagues, discursos y demagogia. Nada de exigir el cumplimiento del acuerdo binacional, sino apenas súplicas o débiles y desorganizadas acciones para persuadir a los legisladores estadounidenses para aminorar el alcance de esa medida. No hay ninguna defensa real en defensa de los derechos de las y los migrantes.
El Partido Comunista de México ya planteó en su Tesis de Estructura de Clase, aprobada por el VII Congreso en 2022, que las deportaciones en EE.UU. afectan “a los trabajadores inmigrantes que observan mayores remuneraciones y se encuentran en el umbral de mayores derechos, como el de la jubilación”, población de entre 20 y 50 años, con estancias en dicho país que van de los 5 a los 20 años y en adelante.

Las deportaciones bajo el Poder del Capital que encabeza Donald Trump pretenden aligerar, a costa del presente y del futuro de esta amplia sección de la clase obrera, los compromisos que por derechos sociales o laborales observan ante ésta tanto las grandes compañías capitalistas como el propio Estado; así como avivar malsanas e irreales ilusiones entre otra parte de la clase obrera acerca de que ello contribuirá a su propio reivindicación.

Continúa vigente lo que Stalin planteaba en su texto “La Revolución de Octubre y la cuestión de los estratos medios” (1923): “Las nacionalidades oprimidas suelen ser oprimidas no solo como campesinos y como trabajadores urbanos, sino también como nacionalidades, es decir, como trabajadores de una determinada nacionalidad (…). La doble opresión no puede evitar revolucionar a las masas trabajadoras de las nacionalidades oprimidas, ni puede evitar impulsarlas a luchar contra la principal fuerza de opresión: el capital.”

La clase obrera y los sectores populares deben ver con claridad qué hay detrás de la neblina espesa del nacionalismo reaccionario de la burguesía. Para no aceptar ni validar que las y los trabajadores migrantes son la causa de fondo del desempleo, la precariedad y la terrible caída en sus condiciones de vida. La unidad necesaria no es contra otros trabajadores, sino contra la clase de los explotadores que conduce a la sociedad en su interés exclusivo.

De lo contrario, seguirán sucediendo los lamentables acontecimientos de los últimos meses: escarnio contra las y los migrantes, atentados contra su integridad y derechos, al grado de repudiables crímenes contra personas por el simple hecho de actuar y hablar distinto. Estas acciones significan que la burguesía logra imponer sus mitos y su narrativa, que coloca a una parte de los trabajadores bajo su regazo y se hace fuerte para actuar justo contra ellos mismos.

Es el capital que encabeza los países del orbe, es decir los monopolios y sus camarillas políticas, la principal fuerza de opresión y explotación. Y esta fuerza no debe ser respaldada sino combatida en las calles, con los más altos grados de organización y conciencia de clase. Los obreros migrantes también requieren del Partido Comunista. Las y los obreros en su conjunto, en México y EE.UU., requieren como sus aliados clave a las y los migrantes.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *