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ACERCA DE DESCOLONIZAR LAS CIENCIAS SOCIALES, UNA CRÍTICA MATERIALISTA

latinoJonathan Ninho Rodríguez

Militante del PCM en el Valle de Toluca

 Artículo publicado en El Machete no. 6. pp. 106-109 

 

El planteamiento teórico de Descolonizar las Ciencias Sociales a lo que llama Grosfoguel, ciencias sociales decoloniales, es en lo que se ha de centrar el presente ensayo. Para Marx  según el Doctor Grosfoguel, Marx  hace de la llamada acumulación originaria un análisis mecánico, lineal de forma de acumulación primaria a la reproducción ampliada por parte del capital. Para quienes dicen haber superado teóricamente a Marx, es que, los marxistas caemos en un “racismo epistemológico”, por usar a Marx según los críticos del Siglo XXI desde la visión eurocéntrica, ya que el marxismo ortodoxo se niega a pensar las “diferentes realidades”.

Al hablar de “diferentes realidades” se cae en el terreno del idealismo, la incomprensión del proceso de producción en el capitalismo, la clase obrera, el campesino pobre tal parece que en la “realidad” europea son dueños de los medios de producción, al parecer la desigualdad social, la privatización de la educación, los feminicidios son procesos exclusivos de la “realidad” latinoamericana. Seguramente los desahucios que ocurren día a día en España están en la consciencia de los sujetos, ¿entonces qué son Los desahucios y ejecuciones hipotecarias suben un 7,4% en el año pasado? ¿qué hay del desalojo el pasado mes de marzo del presente año en curso, en el que vivían 46 personas, de las cuales 13 eran niños? No es un periódico comunista quien da los datos, sino El país, el medio de comunicación escrito lacayo de los monopolios quien da los datos.

“Diferentes realidades” se contrapone a la visión científica de una realidad diversas interpretaciones de tal realidad. De tal concepción se asume que no hay una sola realidad en el capitalismo e incluso haber varios capitalismos dentro del modo de producción capitalista, un capitalismo eurocéntrico-occidental y otro u otros (África, Asia, América Latina) que este último es donde se centran los análisis de los críticos del Siglo XXI. Es cuestión de perspectiva, explotación a lo latinoamericana o la europea. Al parecer a este novísimo planteamiento velan que, la clase obrera como el capital es internacional.

Es necesario mencionar al doctor Boaventura de Sousa Santos, de quien se remonta en su tesis el doctor Grosfoguel para criticar al marxismo. Boaventura de Sousa Santos plantea como una prioridad en la producción de conocimientos en las ciencias sociales el pensar junto y con el Sur Global. De tal tesis se vela la cuestión de lo real y concreto dado para pasar al abstracto pensado, esto es negar la condición principal del capitalismo, la relación capital-trabajo, la explotación a la clase obrera no es si esta se encuentra en el llamado “Sur Global” o en el “mundo” europeo, el modo de producción sigue siendo capitalista, la explotación del hombre por el hombre, su premisa.

Johannes Fabian (1983) llamó la negación de la coetaneidad en el tiempo. La negación de la simultaneidad epistémica, esto es,

La coexistencia en el tiempo y el espacio de diferentes formas de producir conocimientos crea un doble mecanismo ideológico. En primer lugar, al no compartir el mismo tiempo histórico y vivir en diferentes espacios geográficos, el destino de cada región es concebido como no relacionado con ningún otro. En segundo lugar, Europa/ Euro-Norteamérica son pensadas como viviendo una etapa de desarrollo (cognitivo, tecnológico y social) más ‘avanzada’ que el resto del mundo, con lo cual surge la idea de superioridad de la forma de vida occidental sobre todas las demás. Así, Europa es el modelo a imitar y la meta desarrollista era (y sigue siendo) ‘alcanzarlos’ (Castro-Gómez y  Grosfoguel, R. 2007:15).

Castro-Gómez como Grosfoguel reconocen hacen uso de las categorías, el tiempo como el espacio para el análisis de las sociedades, sin embargo son usados en un sentido relativista. Cada región en el mundo se es tomada de manera aislada del resto de las regiones del mismo en la estructura imperialista de las relaciones sociales de producción. Tal parece que la cuestión es geográfica y no económica. Entonces la apuesta “decolonial” encuentra como posibilidad de (si acaso) de contrarrestar el embate del capitalismo a los sujetos no dueños de los medios de producción, en hacer un pensamiento “propio”, un pensar latinoamericano.

La incomprensión de concatenar al materialismo dialéctico con la tradición galileana expresada en negar la posibilidad de hacer teoría en lugar que no fuese Europa, tal incomprensión la expresa claramente Boaventura, “la compresión del mundo es mucho más amplia que la comprensión occidental del mundo”. Tales críticos del siglo XXI se anclan para ligar tal versión positivista con el marxismo, entonces ¡el marxismo es incompatible con América Latina! ¡Vaya análisis! Los críticos del siglo XXI reproducen tesis positivistas y a su vez critican a las mismas.

Los sequitos del decolonialismo aluden a una ‘heterarquía’, es decir, la articulación enredada (en red) de múltiples regímenes de poder que no pueden ser entendidas desde el paradigma marxista (Kontopoulos en Castro-Gómez y  Grosfoguel, R. 2007:14). Con ello ponen de manifiesto el rompimiento con el materialismo histórico, ya no se trata más de un análisis superestructural, derivado de las estructuras económicas. Una vez más, la infraestructura es dejada de lado en análisis que intentar hacer de los sujetos, dejan de lado a las ciencias sociales desarrollada por el propio sujeto. Negar la relación entre la base material que condiciona a la superestructura que se alza sobre la infraestructura social, al solo tomar la primera para su análisis pierden de vista lo que mueve a la propia sociedad, su modo de producción.

-el error de los marxistas es suponer y trabajar a partir de la categoría de trabajo de Marx, y suponer que, resolviendo lo económico se resuelve el resto de contradicciones materiales de la sociedad. La crítica al marxismo versa en mecanizar supuestamente la teoría de Marx siguiendo el tradicionalismo eurocéntrico. Así pues, los críticos del siglo XXI de novísima filosofía han repetido el revisionismo de los frankfurtianos, de abandonar los principios del marxismo-leninismo para cambiarlos por fraseología rimbombante de intelectuales que abundan en la fauna del revisionismo, sea “latinoamericano” o revisionismo “eurocéntrico”. Entonces habrá que buscar la contradicción principal en el capitalismo en un Coloquio, Seminario, Congreso, etc., de intelectuales de izquierda de café y cigarro.

¿Desde qué lugar se plantea el discurso y la estrategia “anticolonial”?

 

Grosfoguel retoma el planteamiento de Quijano, quien expone como precursor de la desigualdad material en el capitalismo a la raza. En un mundo imperial/capitalista/colonial, la raza constituye la línea divisoria transversal que atraviesa las relaciones de opresión de clase, sexualidad y género a escala global. Esto es lo que se ha conocido como la “colonialidad del poder” (Quijano, 2000). Según el planteamiento de Quijano el racismo será por los sujetos que viven en la “zona del ser” (centros) hacia los que viven en la “zona del no-ser” (periferias). El “mal” del capitalismo según estos críticos de café-cigarros-palestinas es la raza, no así la contradicción entre capital-trabajo. Utilizando la lógica elemental kantiana, ¿qué hay de los inmigrantes en su llamada “zona del ser”? ¿No es acaso la inmigración un efecto de las contradicciones económicas de los países imperialistas?

Grosfoguel intenta recuperar a la dialéctica hegeliana, en la idea del “Yo” y el “Otro” dentro de la “zona del ser”, menciona Grosfoguel:

[…] hay conflictos pero no son conflictos raciales porque la humanidad del otro oprimido es reconocida por el “Yo” opresor. El “Yo” en un sistema imperialista /capitalista/patriarcal son las élites metropolitanas masculinas heterosexuales occidentales y las élites periféricas masculinas heterosexuales occidentalizadas.

El revisionismo[1] del doctor Grosfoguel cae en situar al modo de producción capitalista en sintonía de época, proceso como lo es el “patriarcado”, mientras que el capitalismo es un modo de producción, el patriarcado es un proceso como efecto de un modo de producción, siendo este el feudalismo. Razas, sexos son efectos de las contradicciones materiales el orden social existente, no así como el origen y motor de las mismas. Sin embargo para la supuesta “izquierda nueva” ha desaparecido la burguesía como clase y como categoría de análisis, para dar paso a las “élites metropolitanas occidentales”. La lucha de clases ha sido superada por la lucha entre élites y periferias, ¡estupendo, prendamos un cigarro y publiquemos en alguna red social, “la necesidad de un pensamiento autónomo”! ¡la desigualdad material de las masas trabajadoras se han ido en un “me gusta”!

Además de esto, el doctor continúa en su revisionismo en relación al “otro” occidental:

[…] existe un colonialismo interno tanto en el centro como en la periferia. el “otro” son las poblaciones occidentales de los centros metropolitanos u occidentalizas dentro de la periferia, cuya humanidad es reconocida pero que al mismo tiempo viven opresiones  no-raciales de clase, sexualidad o género dominados por el “Yo” imperial  en sus respectivas regiones y países.

Aquí se antepone de nueva cuenta las cuestiones raciales a las económicas, efectos propios del desarrollo desigual del capitalismo, vistos como efectos producidos desde la propia superestructura social. La clase es secundaria para entender la realidad del “otro” en relación al “Yo” imperial. Tales conjeturas dejan de lado el análisis de Marx de concebir en la producción material de los sujetos el punto de partida para el su posterior análisis social. Para desmontar la fraseología revisionista de quienes se asumen bajos supuestos epistémicos a Marx, se cita al mismo:

Toda producción es apropiación de la naturaleza por parte del individuo en el seno y por el intermedio de una forma de sociedad determinada. En este sentido, es una tautología  decir que la propiedad privada (apropiación) es una condición de la producción (Marx, K. 1977:44).

Es pues la condición de la propiedad privada de los medios de producción y no la cuestión de razas o sexos, el proceso por el cual ha de entenderse la desigualdad material entre los unos y los otros, entre opresores y oprimidos, los antagonismos sociales entre explotados y explotadores. De igual manera la condición material de los sujetos para concatenar con la teoría que ha de seguir desarrollándose  en aras de la destrucción del capitalismo por la sociedad socialista-comunista y esta teoría es, el marxismo-leninismo a través de una praxis revolucionaria, por parte de la clase obrera y capas oprimidas por el capital, teniendo como su conciencia organizada, a su Partido, el Partido Comunista de México.

Cualquier forma de producción engendra instituciones jurídicas, formas de gobierno, etc., la incomprensión cosiste precisamente en no relacionar, sino fortuitamente fenómenos que constituyen un todo orgánico, en ligarlos a través de un nexo meramente reflexivo. Se concibe  en el modo de producción capitalista de acuerdo a Marx (1977) determina a la producción como a la distribución, estando insertados la distribución (A) como el consumo (B) y antes de que A sea B, primero considerar a la distribución de los elementos de la producción y la distribución de los elementos de la sociedad entre las distintas ramas de la producción. La producción de las mercancías no ha de depender de la condición de raza o sexo del trabajador, sino de su condición de clase, la de proletario. Así pues, la explotación del proletario no dependió de su nacionalidad, sino de su clase social a la que pertenece.

Grosfoguel al negar principios del materialismo histórico, el proletariado como el sujeto revolucionario, la Revolución Socialista, etc. El doctor Grosfoguel prostituye, caricaturiza el desarrollo propio de la humanidad, tal desarrollo tiene como base y fundamento la lucha de clases, vulgariza el proceso revolucionario (entre otras cosas) tomar a la emancipación al de la siguiente manera:

[…] la emancipación se refiere a conceptos de libertad, autonomía e igualdad que forman parte de los fines discursivos, institucionales y legales de la gestión de los conflictos en la zona del ser. Como tendencia, los conflictos en la zona del ser son regulados a través de métodos no-violentos.

El carácter revolucionario, el contenido clasista de la emancipación  el revisionismo de los Kautsky, de los Trotsky, de los Sánchez Vázquez, de los Habermas es el mismo parasito que corroe la teoría y la práctica revolucionaria. Resulta necesario dar la batalla teórica. La burguesía ha vuelto a dormir con los ojos despiertos al saber que tales “críticos” ya han iniciado el retorno a Marx, la libertad material se ha de dar a través del desarrollo de conceptos propios, desde la “alternativa” decolonial. La burguesía ya no ha de temblar ante una revolución comunista como lo plantearían Marx y Engels en el Manifiesto del Partido Comunista, ya no, el novísimo planteamiento es pensar desde y para la periferia.

La clase obrera procura, en primer término, su emancipación dentro del marco del Estado nacional de hoy, consciente de que el resultado necesario de sus aspiraciones comunes a los obreros de todos los países civilizados, será la fraternización internacional de los pueblos (Marx, K., Engels, F. 1955).

El contenido clasista del trabajo teórico de Marx es claro, la explotación como su superación ha de ser en cada región y espacio geográfico, la clase obrera como el capital es internacional, por tanto la extracción de plusvalía no se da solo en su llamado en la zona “no-ser”, sino en cada país donde el capitalismo sea su modo de producción. Así que la contradicción capital-trabajo no se reduce a las llamadas periferias o centros.

A manera de conclusión

 

La incomprensión de quienes siguen discursando ilusamente que han superado al marxismo se comprende en su “praxis” de llevar su palestina en sus ponencias y criticar a quienes llevan palestina en cara en las barricadas.

No se trata de cambiar “realidades”, sino de transformar el orden social existente, la conquista del poder político por parte de clase obrera, teniendo como su conciencia organizada, el Partido Comunista, en México lo comunista no está en membrete, está en las calles, universidades, en las zonas fabriles, en el campo mexicano; y está materializado en los camaradas que hemos decido luchar por la Revolución Socialista, por la construcción de la sociedad socialista-comunista.

 

Referencias bibliográficas

Lenin. V.I. (1977). “Capítulo VI El empiriocriticismo y el materialismo histórico”. En

Materialismo y empiriocriticismo, Ediciones en Lenguas Extrajeras Pekín,  pp. 320-430.

Marx, K. Y Engels, F. (1955). “Crítica al Programa de Gotha”. En Obras escogidas en II Tomos. Progreso, Moscú., pp. 5-29.

Quijano, Aníbal (1991). “Colonialidad y modernidad/Racionalidad”. Perú Indígena. no. 29. P. 11-21.

Romero, A. (05-03-2015). “Los desahucios y ejecuciones hipotecarias suben un 7,4% en 2014”. En El país. http://economia.elpais.com/economia/2015/03/05/actualidad/1425543215_138657.html

[1] Se ha de entender por revisionismo a las doctrinas antimaterialistas en las que se desarrollan la falsación cada vez más sutil del marxismo tanto en el campo de la economía, en la política como en los problemas de táctica y fislosofía. Véase, Lenin. V.I. (1977). “Capítulo VI El empiriocriticismo y el materialismo histórico”. En Materialismo y empiriocriticismo, Ediciones en Lenguas Extrajeras Pekín,  p. 428.

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