El camino de la vida. La praxis de la educación soviética en el celuloide
Valentín Vargas
Quiero agradecer infinitamente a quienes hicieron el favor de recibir el primer artículo de esta sección, asimismo, a quienes hicieron llegar sus comentarios y sugerencias, recuerden que este espacio es para el debate, y por lo tanto este espacio de cine y de cultura, lo hacen ustedes los lectores.
Una de las principales inquietudes que recibimos en El Machete fue la de apuntar sobre como la teoría y la praxis Marxista-Leninista se llevaba a cabo en torno a las cuestiones sociales, así como profundizar cada ejemplo mediante una película. Como muchos de ustedes saben, los problemas de nuestra sociedad son vastos y complejos, pero esto no quiere decir que podamos hacer un acercamiento somero a dichos temas para crear el debate y también adquirir un poco de conocimiento sobre el cine social.
En esta ocasión, echaremos un breve vistazo a la primera película sonora soviética El Camino de la Vida (Nikolai Ekk, 1931), la cual, aborda un tema que aún no se ha podido superar en el sistema capitalista, y que la sociedad actual prefiere no mencionar por no poder darle solución: Los niños de la calle.
En El camino de la vida sigue paso a paso como unos niños en situación de calle se ganan la vida delinquiendo, hasta caer en una colonia donde son reformados, cabe destacar que el proceso que de reeducación que viven los niños en el film expresa los postulados del pedagogo Antón Makarenko, educador que creó en 1920 la colonia Máximo Gorki en que se reformaba a infantes sometidos por el capitalismo a vivir en las calles. En esta colonia se vinculaba la teoría y la práctica bajo la consideración de que el estudio y trabajo son indispensables para la formación del hombre nuevo, tales planteamientos los expresó Makarenko en su obra El poema pedagógico (1936).
En El poema pedagógico se critica ampliamente las formas violentas con que se acostumbraba corregir a los infante, las cuales eran métodos heredados en la apoca zarista. En contra parte Makarenko expone como los niños deben ser educados y corregidos mediante la comprensión, y sobre todo, el trabajo.
Cabe destacar que el film está situado hacia 1923 donde hace notar varios de los problemas que enfrentaba la URSS en sus primeros años, poniendo en escena la labor de los enemigos de la revolución y otras problemáticas sociales y políticas que además de enriquecer el contexto dan un panorama más amplio a la trama de la película.
La importancia de este film como se ha mencionado, es exponer el método educativo soviético, a pesar de que la URSS se encuentre aún en una etapa de consolidación a nivel interno, da una muestra de el plan de trabajo del partido bolchevique, que, a pesar de las circunstancias adversas, se pudo realizar con esfuerzo y trabajo de parte del pueblo soviético.
Si bien el proyecto soviético de educación funcionó se debe a que era una sociedad nueva sin explotadores y en que la educación estaba basada en las necesidades concretas de los trabajadores y campesinos. El film da muestra de esto al espectador, ya que en la trama se puede ver como los niños son guiados por el oficial Nikolai Sergueiev en la construcción de una vía ferroviaria requerida por los pobladores. Pero además la trama de la película le permite al público apreciar cómo se planeaba la educación de los niños atendiendo a la indisoluble mancuerna teoría-práctica.
Aunque parezca escueto, el ejemplo de la vía ferroviaria da un claro mensaje de cómo los infantes acostumbrados a delinquir son reeducados haciendo un bien a la sociedad en la que viven, además de serles inculcados el pensamiento Marxista-Leninista para crear un futuro mejor. Estas primeras generaciones educadas durante la guerra civil son la muestra de la construcción del hombre nuevo surgido de los escombros de la sociedad capitalista, estas generaciones a las que el comunismo les rescató de la ignorancia y del abandono, jóvenes que más tarde defenderían al comunismo durante la gran guerra patria.
La revisión que acabamos de hacer a la obra de Ekk, es una somera identificación de un problema que aún no ha tenido y no tendrá solución en las sociedades capitalistas. A pesar de los muchos intentos de las naciones gobernadas por la burguesía, seguimos presenciando día con día a infantes pidiendo limosna, a niños indígenas en situación precaria, a jóvenes que a diario se ven privados de derechos tan básicos como la educación, salud o al menos un hogar.
Existen críticas en torno al régimen de Stalin sobre la existencia y la utilización de los gulags, los detractores afirman que en los gulags se obligaban a trabajar a hombres mujeres y niños, se les esclavizaba y se les mantenía con hambre. Además de la falsedad de las críticas basta preguntarnos: ¿en todo el mundo cuántos trabajadores sometidos a la explotación capitalista no sufren injustamente estas circunstancias? en Somalia los niños mueren de hambre, en Bangladesh se prostituyen para poder comer, en países de Indochina los mantienen esclavizados para trabajar en las grandes marcas de calzado, si seguimos la definición de estos críticos del Marxismo-Leninismo en torno a los gulag, ¿son entonces, estos países de extrema pobreza, el gulag del capitalismo?
Mientras no exista un sistema sin explotación y que esté en posibilidad de abarcar a todos los infantes, sin importar su nacionalidad y sexo, mientras no se les favorezca para obtener sus necesidades más básicas que ayuden a su desarrollo, mientras no se les dé una educación que le inculque valores para vivir en una sociedad igualitaria, mientras no se viva en una sociedad sin clases: el futuro de millones de niños así como el de los respectivos pueblos a los que pertenecen, es incierto.
Pueden ver la película en el siguiente link:
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