El antagonismo en el sistema imperialista en torno al Covid-19 y la salida para los trabajadores
Charly Triballeau / AFP, 2020
El antagonismo en el sistema imperialista en torno al Covid-19 y la salida para los trabajadores*
Por Eliseos Vagenas
Responsable del Departamento
de Relaciones Internacionales
y Miembro del Comité Central del
Partido Comunista de Grecia – KKE
El antagonismo sobre la “paternidad” del nuevo coronavirus SARS COV-2 (la enfermedad es Covid-19) entre mandatarios estadounidenses y chinos es un indicativo de las contradicciones entre las fuerzas más poderosas de la “pirámide” imperialista y los métodos con los cuales pueden tener lugar este conflicto.
De este modo, hace unas semanas, el “diabólicamente bueno” Trump caracterizó al nuevo coronavirus de “chino”, seguido de una reacción feroz por parte del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Geng Swang, quien acusó a Trump de “estigmatizar” a China.
Fue precedido por la posición de otro portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lizian, quien publicó un tweet en el cual dejó entrever que las Fuerzas Armadas de EE. UU estaban relacionadas con la epidemia de Wuhan. Además, comentando la declaración del director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, Robert Redfield, que reconocía que algunos estadounidenses, los cuales se creía que habían muerto de gripe, podían haber muerto en realidad por el nuevo coronavirus, Lizian se preguntaba: «¿Cuándo apareció “el paciente cero” en Estados Unidos?, ¿Cuántas personas están infectadas?, ¿Cómo se llaman los hospitales? El ejército estadounidense puede haber traído la epidemia a Wuhan. ¡Publiquen datos! Estados Unidos nos debe una explicación “».
Por su parte, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Robert O’ Brien, insistió en que el coronavirus se originó en Wuhan y acusó a las autoridades chinas de falta de cooperación y de intento de encubrimiento, lo cual ” ha costado a la comunidad internacional dos meses en reaccionar”.
Denuncias sobre la preparación y uso de armas biológicas
Es difícil para alguien predecir quién tiene razón. La verdad es que, a pesar de los acuerdos internacionales sobre la prohibición de las armas biológicas de 1972 y 1975, ahora hay pruebas sólidas de que las potencias imperialistas tienen armas biológicas, las cuales además modernizan y pueden utilizar. Cuba en ocasiones ha denunciado oficialmente a los Estados Unidos de utilizar armas biológicas, microorganismos, etc.
También sabemos que oficialmente en 2018 Rusia planteó la cuestión del control de los laboratorios de “investigación biológica” que las Fuerzas Armadas de los EE. UU tienen en varios países (por ejemplo, Kazajstán, Armenia), que seguro no son los únicos, ya que según un antiguo informe del Sputnik ruso, Estados Unidos parece tener 400 laboratorios de este tipo en 25 países de todo el mundo. El mismo informe cita incidentes extraños de infecciones entre personas en áreas donde operan dichos laboratorios. Según otro informe ruso, el “laboratorio biológico” estadounidense en Kazajstán también experimentaba con murciélagos, y se sabe que el nuevo coronavirus está relacionados con ellos. La existencia y el funcionamiento de este laboratorio ha sido denunciado por el Movimiento Socialista de Kazajstán.
Sergei Glazyev, economista, académico, ex ministro y ex asesor del Presidente ruso, en una entrevista reciente, señaló directamente a Estados Unidos como fabricante del nuevo coronavirus: “Cada guerra mundial se distingue por sus novedosos métodos de guerra. Los estadounidenses fueron los primeros en descubrir esta arma biológica. Las pruebas anteriores, como el Ébola y la gripe aviar, fueron solo experimentos que condujeron a la formación del aspirado virus de selectiva acción. No existen hechos accidentales en la cadena mundial. Cuando se trata de guerra híbrida es mejor evaluar cuidadosamente las condiciones en las que nos encontramos. Esta guerra mundial híbrida que lleva ya 10 años desplegándose, es decir, desde que comenzó la crisis económica que no ha desaparecido. El objetivo claro de esta guerra para la élite estadounidense que domina mundialmente es mantener el dominio mundial. El objetivo principal de Estados Unidos es China y Rusia, dado que la situación aquí se ha escapado de su control. Según Glazyev, el nuevo coronavirus y la fuerte caída de los precios del petróleo son parte de la misma “cadena artificial”.
La “tierra movediza” de los antagonismos en la economía mundial
Independientemente de si el SARS COV-2 es un coronavirus elaborado o no, lo que es seguro es que tiene un gran impacto en la economía capitalista mundial, en los antagonismos que se manifiestan en esta. Tres elementos importantes que el KKE ha identificado en sus análisis, como la incertidumbre del desarrollo anémico mundial, el fortalecimiento de la política proteccionista en las economías capitalistas y la intensificación del antagonismo inter-imperialista, ya están adquiriendo nuevas dimensiones.
Aún hoy, todos aquellos que han celebrado durante mucho tiempo el llamado “retorno a la normalidad” y el “crecimiento”, que ha tenido un fuerte signo de clase a favor de las ganancias del capital, ahora se ven obligados a admitir que las economías capitalistas se moverán en los próximos meses a ritmos de recesión y crisis.
Además, varios gobiernos burgueses están tomando medidas de proteccionismo, cerrando fronteras, interrumpiendo las transacciones económicas transnacionales, aumentando los aranceles y financiando planes de “apoyo” para sus empresarios. Su “ansia” incluso ha llegado hasta el punto de buscar el control de la vacuna, que está siendo preparada por la compañía biotecnológica CureVac y que supuestamente el presidente de los Estados Unidos intentó comprar para uso exclusivo en su país. Cabe señalar que el principal accionista de esta empresa alemana, que también está financiada por la UE, está asociado con el multimillonario Bill Gates, quien hace 5 años “profetizó” la pérdida de millones de personas debido a un virus mortal.
Hoy, en la “jungla” de la rentabilidad capitalista, en lugar de solidaridad y cooperación para superar la pandemia, vemos de 10 a 15 grandes monopolios en el campo de la biotecnología (de orígenes estadounidense, alemán, rusa, japonesa, china, etc.) compitiendo entre sí para ver quién descubrirá la vacuna en vistas a aumentar sus ganancias.
Al mismo tiempo, Trump anunció un paquete de refuerzo de $ 50 mil millones para los monopolios estadounidenses, sin embargo ciertas publicaciones hacen referencia a un paquete “preparado” de $ 850 mil millones. Todos los países capitalistas poderosos están tomando medidas similares, así como medidas de relajación fiscal. No hace falta decir que la mayor parte del dinero se destinará al refuerzo de los grandes monopolios (aerolíneas, industria automotriz, gigantes de la energía, etc.), cuya rentabilidad se ve afectada por la recesión de las economías capitalistas y las “guerras comerciales”. “Guerras” que no se llevan a cabo solo a través de sanciones que impone un país capitalista al otro, como por ejemplo las sanciones de EE. UU y la UE contra Rusia, sino que también de forma encubierta, como una multa de 1,100 millones de euros recientemente impuesta a Apple por parte de la Comisión de Competencia francesa “por prácticas que violan las normas de competencia“.
La fuerte caída en el precio del petróleo a $ 30 el barril se presentó como una “guerra” entre los saudíes y los rusos, que no podían ponerse de acuerdo en la reducción de la producción de petróleo para que los precios se mantuvieran a niveles altos. Sin embargo, muchos factores muestran que estamos tratando con algo más, que no se trata solo de estos dos países, sino de Estados Unidos, que en los últimos años, gracias al petróleo de esquisto bituminoso, se ha convertido en un fuerte exportador de petróleo. Se espera que los bajos precios del petróleo afecten a las compañías mineras estadounidenses, que extraen el petróleo de esquisto bituminoso, y a los bancos relacionados con éstas.
El sistema está agonizando
Muchos están tratando de adivinar cómo será nuestro mundo después del final de la pandemia de Covid-19 y si ésta puede revertir las tendencias de “globalización” de las últimas décadas. Algunos argumentan que el SARS COV-2 podría desempeñar un papel de “desastre creativo” para el sistema capitalista, lo que “corregirá” las distorsiones de la economía capitalista mundial sin provocar la guerra.
Otros, por otro lado, creen que el SARS COV-2 nos llevará a una situación mundial donde ese “viejo orden mundial” de los restos del supuesto derecho internacional se derrumbará, abriendo nuevos “ciclos” de gran derramamiento de sangre. Sin embargo, ¡todos ellos no pueden ocultar que en cada escenario el pueblo “cargará con el muerto”.
En estas condiciones, y en todo su aparato, se entrevé que este sistema capitalista está agonizando. La pandemia de Covid-19 muestra:
- Las carencias de los sistemas de salud pública e incluso los de los poderosos países capitalistas, en beneficio de la comercialización de los sistemas de salud, poniendo en peligro la vida de cientos de miles de personas.
- Cómo la anarquía capitalista en la producción es incapaz de satisfacer las necesidades humanas básicas.
- Cómo incluso esta vacuna puede ser objeto de las contradicciones inter-imperialistas, sin mencionar sus guerras biológicas e “híbridas”.
- Cómo millones de personas estarán en riesgo de perder sus trabajos en los próximos meses, no por Covid-19, sino porque la economía capitalista se basa en las ganancias de unos pocos, los cuales ven disminuir estas ganancias y se están preparando para traspasar de nuevo la carga a las espaldas de la mayoría.
El estudio de la experiencia del socialismo en la Unión Soviética y en otros países es valioso, entre otras cosas, para hacer frente a la epidemia de la viruela de 1959 en Moscú y que había sido transferida allí desde la India. Los sólidos sistemas de salud, el peso dado a la prevención, la atención primaria, los hospitales modernos, bien financiados y dotados de personal, con suficientes unidades de cuidados intensivos, enfatizan las ventajas del Poder Obrero, la socialización y la planificación central de la Sociedad Socialista, la cual es necesaria y capaz de salvar a los trabajadores de la “carcoma” del capitalismo y de sacarlos de sus callejones sin salida.
*Traducción: Mercedes Roldán Luceno