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¡Apuntamos al enemigo visible!

Fotografía: Partido Comunista de Grecia

 

¡Apuntamos al enemigo visible!

 

Por Makis Papadopoulos,
miembro del Buró Político del CC del KKE

Lo que estamos experimentando hoy no será un paréntesis corto. No vamos a volver a donde estábamos antes de que se tomaran las medidas con respecto a la pandemia.

El peligro para el pueblo no se limita a las pandemias. Se trata de la gran ola de pobreza, desempleo y la demolición de los derechos de los trabajadores provocada por el ataque del capital sobre la base de la nueva crisis. Todas las principales organizaciones imperialistas (OCDE, FMI, etc.) ahora predicen que la profundidad y la duración de la nueva crisis serán mayores que en 2008-2009.

Los acontecimientos internacionales se desarrollan rápidamente. El futuro de la zona Euro se está volviendo cada vez más incierto. Las cunas del capitalismo, Estados Unidos y la Unión Europea, están perdiendo rápidamente su brillo, como lo demuestran las deficiencias criminales del sistema de salud pública.

Muchas fuerzas burguesas ahora proponen nuevas soluciones de salvación, porque saben que aumentará el descontento popular. Están tratando de convencernos de que nos salvará la mayor intervención del gobierno, el regreso al keynesianismo, los eurobonos en la UE. Sin embargo, los ‘Bazucas’ notorios de los gobiernos y los bancos centrales se convierten rápidamente en “pistolas de agua” que son incapaces de contener el estallido de la nueva crisis internacional.

 

¿Nos salvará Keynes?

A nivel internacional y en Grecia, se está intentando presentar la mayor intervención estatal en la economía como un nuevo giro progresivo a favor del pueblo. El modelo del “capitalismo neoliberal” está siendo criticado por dejar una vez más al verdadero culpable, el capitalismo, intacto. En años anteriores, la intervención estatal ciertamente no estuvo ausente, ni la economía estuvo en el “piloto automático” del mercado.

La verdad es que la intervención del estado burgués, mayor o menor, siempre sirve a los intereses del capital en detrimento del pueblo. El aumento de hoy en el gasto público y los nuevos préstamos tendrán que pagarlos los trabajadores. Una vez más, se le pedirá al pueblo que se “ajuste el cinturón” y le dé la espalda a la rápida recuperación de las ganancias de capital y luego al apoyo de las nuevas inversiones privadas en la economía digital y “verde”, así como en otros sectores.

La razón por la cual los principales políticos conservadores, Trump, Merkel, Macron, eligen hoy la política fiscal y monetaria expansiva es porque ésta satisface las nuevas necesidades de capital en condiciones de alta contracción de la producción y del consumo y de incapacidad de muchos grupos bancarios de jugar su papel. Por la misma razón, el primer ministro español está pidiendo un nuevo “Plan Marshall”.

Un ejemplo típico son los grupos estadounidenses de gas de esquisto que ahora enfrentan un problema de supervivencia, después de la fuerte caída en el precio del petróleo, lo que aumenta la presión sobre los bancos estadounidenses que los prestan.

La mayor intervención estatal y las posibles nacionalizaciones temporales (por ejemplo, por parte del gobierno italiano de la aerolínea Alitalia) transferirán las pérdidas de los grupos y bancos al pueblo.

Sin embargo, los nuevos préstamos estatales, el aplazamiento de los pagos de impuestos, la provisión de liquidez por parte de los bancos centrales, no pueden cancelar el estallido de la nueva crisis, ya que no eliminan su causa desde la raíz. El “elefante en la habitación” es el gran tamaño del capital sobreacumulado, que no se puede invertir hoy con una tasa de beneficio satisfactoria. La desaceleración de la economía internacional antes del brote de COVID-19, los Estados sobre endeudados, los grupos bancarios problemáticos y la fuerte caída en los mercados bursátiles confirman esta conclusión.

La experiencia histórica de la gran crisis internacional en 1973 – 1975 y la experiencia contemporánea confirman que la gestión keynesiana, la ayuda estatal a la demanda y la inversión no pueden eliminar la manifestación periódica de la crisis de la economía capitalista.

 

El rápido retorno a la crisis

Hace unas pocas semanas, el gobierno continuaba promoviendo para un retorno al desarrollo estable y sostenible en los próximos años, lo que supuestamente ha asegurado con su política. En el contrario, el KKE ha estado advirtiendo desde principios de otoño sobre las consecuencias de la desaceleración de la economía de la UE.

La pandemia de COVID-19 no creó, sino aceleró dramáticamente este curso hacia el estallido de una nueva crisis en la economía capitalista en Grecia y la Eurozona. El debilitamiento de la dinámica de crecimiento de la economía griega ya se había registrado en el cuarto trimestre de 2019, antes de que se tomaran medidas contra el COVID-19 en nuestro país.

Sectores como el turismo, el transporte marítimo y el transporte en general, las exportaciones a la UE, en las que la economía griega depende en gran medida, ya están recibiendo los golpes más graves en el curso de manifestación de la nueva crisis internacional. La cura milagrosa para la “extroversión” y el fortalecimiento de los sectores con una “ventaja comparativa de competitividad”, que fue promovida constantemente por los partidos burgueses, SEV (Federación Helénica de Empresas) y el Banco de Grecia, ahora se está convirtiendo en veneno.

Al mismo tiempo, la producción nacional no está orientada a satisfacer las necesidades básicas, aunque existe un conocimiento relativo (por ejemplo, para la producción de medicamentos necesarios y material sanitario necesario). Se demuestra una vez más que no existe un nuevo modelo de desarrollo capitalista que evite la manifestación de la crisis y los sacrificios de las necesidades del pueblo en el altar del beneficio capitalista.

Las nuevas promesas del gobierno de una “distribución justa de las cargas” y una “recuperación rápida” de la economía son tan creíbles como las anteriores.

 

El gobierno está haciendo todo lo que puede por el capital

El gobierno anuncia un paquete de intervención estatal de 10 mil millones de euros para mantener a flote la economía. ¿Cómo aseguró este paquete en primer lugar? De los impuestos de los empleados, los trabajadores autónomos, porque los grupos empresariales pagan menos del 5% de los ingresos fiscales anuales. ¿Y a quién se lo da, a quién apoya? Apoya al gran capital, que saldrá fortalecido de la crisis.

Ofrece apoyo multiforme a los grupos empresariales, a empresas grandes y medianas con deducciones fiscales del 25%, “anticipos reembolsables” y trabajo no remunerado para los trabajadores que reciben un subsidio estatal de 800 euros para salir adelante para los próximos dos meses. Legaliza los 100.000 despidos que ya han tenido lugar.

El trabajador se queda en casa ayudando a no colapsar el sistema de salud pública que se encuentra en la miserable situación actual con la responsabilidad de todos los gobiernos.

Se preocupa por saber si el banco expropiará su casa al día siguiente cuando no será uno de los “prestatarios consistentes”. Se teme si muere en su casa en busca de una “atención médica telefónica” por el inexistente médico de familia. Se preocupa por el pago de las facturas de electricidad y de agua pero el gobierno ni siquiera impone una reducción en las tarifas. Su casa no se parece en nada a las espaciosas casas con las felices familias de los anuncios comerciales. Realizan teletrabajo sin cesar, por horas que no son remuneradas.

Aquellos que continúan trabajando fuera del hogar están abarrotados sin medidas sustanciales para proteger su salud en zonas de construcción, fábricas, en el transporte público. Al mismo tiempo, el gobierno está utilizando medidas restrictivas de protección de la salud para “suspender la acción sindical”. Protege supuestamente la salud de cientos de trabajadores que trabajan en las fábricas, del “desplazamiento innecesario” de 2-3 sindicalistas en los centros de trabajo.

La mayoría de las medidas antipopulares llegaron para quedarse. No pueden impedir la aparición de la crisis. Su objetivo es proteger inmediatamente el sistema para luego apoyar el esfuerzo de recuperar las ganancias del capital.

 

 La falsa oposición de SYRIZA

SYRIZA, como KINAL, no cuestiona la dirección clasista antipopular de las medidas de apoyo al capital. Se centra en criticar la reticencia del gobierno a tomar medidas de 30 mil millones de euros a tiempo, aprovechando el “colchón” de 35 mil millones que dejó SYRIZA y la suspensión temporal de las restricciones del Pacto de Estabilidad de la UE.

Recordando las engañosas promesas de la “cancelación del memorándum mediante una ley y un artículo”, SYRIZA ahora presenta una propuesta que supuestamente apoyará tanto al capital como a los trabajadores.

La verdad es que no hay soluciones mágicas para la salida de la crisis dentro de los muros de este sistema, sin que el capital o el pueblo, la clase trabajadora, lo paguen.

En primer lugar, el infame “colchón” de rescate proviene de la política de “excedentes económicos sangrientos”, la recaudación de impuestos dura, la privatización e implementación de medidas de los memorandos contra empleados, trabajadores autónomos y jubilados por parte del gobierno de SYRIZA.

Si SYRIZA adopta el objetivo de volver a la senda del desarrollo capitalista, el “colchón” debería cubrir: la reducción prevista en los ingresos fiscales, la “brecha de inversión” que existirá en el sector privado, el apoyo de los grupos bancarios por la inflación que se espera de los préstamos “rojos” (de alto riesgo), los efectos de la reducción de la producción y el consumo interno. También debe apoyar el sistema de salud pública para que no se derrumbe. Luego, tendrá que satisfacer las necesidades del servicio de la deuda pública en base a los compromisos posteriores al memorándum por el gobierno de SYRIZA.

Por lo tanto, hoy es fácil para el gobierno responder a la crítica inofensiva de SYRIZA de que el agotamiento rápido de las reservas de efectivo del Estado simplemente conducirá a una exclusión más rápida de los mercados y a un nuevo programa de vigilancia fiscal aún más duro.

Incluso si la UE permite temporalmente una expansión sustancial de la deuda y del déficit estatal, esto la pagará de nuevo el pueblo. Después de todo, la recuperación de las ganancias y la recuperación de la competitividad irán acompañadas de una política aún más dura con un memorando duradero en los próximos años.

La ND y SYRIZA convergen en los mismos objetivos estratégicos, que requieren, objetivamente y constantemente, nuevos “sacrificios temporales” por parte del pueblo. También convergen en el próximo conjunto de medidas en las propuestas para la activación del Banco de Desarrollo, la provisión de préstamos a grandes empresas con garantías estatales, etc. De hecho, las negociaciones propuestas en el marco de la UE, como la propuesta de Eurobonos, se refieren a la posibilidad de un mayor apoyo estatal a los grupos monopolistas nacionales en el antagonismo internacional.

 

Los “eurobonos” y el futuro incierto de la zona euro

El gobierno griego y SYRIZA están firmando la iniciativa de nueve Estados miembros, con los gobiernos de Francia, Italia y España en papel protagonista, que están pidiendo de la UE crear “Coronabonos”. En esencia, piden de la UE que contrate nuevos préstamos, ofreciendo garantías comunes para todos los Estados miembros. Por lo tanto, países sobre-endeudados como Italia y España podrían financiar sus necesidades a un costo mucho más bajo de que sus propios bonos estatales, aprovechando la solvencia de economías poderosas como de Alemania y de los Países Bajos.

Alemania y sus aliados (Países Bajos, Austria, Finlandia) lo niegan con vehemencia. Muchos políticos y analistas burgueses lo atribuyen a la persistencia obsesiva y reaccionaria en la aplicación de una política fiscal restrictiva y a la incapacidad de comprender la situación.

La verdad es que el gobierno alemán no quiere compartir las cargas de los países sobre-endeudados de la Eurozona y poner en riesgo la posición de su burguesía en la competencia internacional frente a la crisis que se avecina. No sufre de obsesiones. Ya ha decidido un paquete de medidas de gran expansión fiscal, con un presupuesto adicional de 750 mil millones de euros para estimular la economía alemana. Quiere aprovechar de los beneficios de la eurozona sin compartir el daño económico que crecerán.

Está estableciendo un fondo especial para el rescate de los grupos alemanes y para que el Estado compre acciones de compañías problemáticas. Quiere mantener la posibilidad de préstamos baratos que se le otorgan su superioridad financiera y su deuda que se mantiene por debajo del 60% del PIB.

Propone a los Estados de la “Alianza del Sur” nuevos préstamos para cada Estado del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) que irán acompañados de nuevos memorandos dolorosos. Estos préstamos no superarán el 2% del PIB de cada Estado miembro (para Grecia hasta 4 mil millones de euros), es decir, “una gota en el océano” de las intervenciones necesarias.

La situación desarrollada es didáctica. Revela que detrás de los eslóganes ilusorios de la “solidaridad europea” y los “valores europeos” se esconde la competencia implacable de las clases burguesas que constituyen la alianza imperialista de la UE. La competencia se está creciendo a medida que se aumenta la divergencia de intereses en el núcleo duro de la zona euro entre Alemania, Francia e Italia, debido a la manifestación desigual de la crisis y sus consecuencias.

En la fase en que nos encontramos, cada burguesía está examinando el costo de un “conflicto frontal” que podría desestabilizar la cohesión de la zona euro y sus alternativas (por ejemplo, la cooperación Italia-China). En particular, el sistema político burgués alemán está considerando las consecuencias de desestabilización de la eurozona después del Brexit y, a medida que se intensifica la competencia entre Alemania y Estados Unidos y China, para determinar sus próximos pasos y los compromisos necesarios.

El KKE había previsto a tiempo que la unión técnica de Estados con diferencia significativa en la productividad, la competitividad y el poder en general a través del euro, no podría eliminar sus contradicciones. Al contrario, los agudizaría. Incluso si la próxima Cumbre llegue a un compromiso, será temporal y frágil.

Sobre todo, los hechos disipan el mito de que la UE podría ser un escudo de protección para los pueblos contra la crisis. Todas las negociaciones antes mencionadas dentro de la alianza depredadora de la UE tienen un denominador común: el pueblo pagará de nuevo la crisis. Con o sin los eurobonos, se prevé una política antipopular a largo plazo para los trabajadores. La situación que estamos viviendo se utilizará como una oportunidad para aumentar el grado de explotación, expandir las relaciones laborales flexibles y abaratar la mano de obra. Los subsidios económicos están destinados para mantener un poder adquisitivo básico para evitar la “congelación” del consumo y del movimiento de la economía capitalista.

 

El socialismo es la respuesta para el siglo XXI

Todos los acontecimientos arrojan luz a la bancarrota histórica del capitalismo en descomposición. Este es el enemigo visible. Anula las grandes posibilidades científicas y tecnológicas que existen hoy para vivir la vida que merecemos.

No es inevitable que el pueblo muera porque no hay suficientes UCIs y respiradores, porque no existe una prevención real. Las crisis económicas, el desempleo y la pobreza no son fenómenos naturales. Podemos vivir sin la inseguridad diaria de si tendremos un trabajo al día siguiente y de si podremos garantizar la educación de nuestros niños y los medicamentos para nuestras familias.

Resulta de nuevo que el socialismo es necesario y actual. Hoy todos hablan de los héroes invisibles que luchan en la primera línea, los médicos, los enfermeros, los trabajadores de supermercados, en el sector de la Energía, las Comunicaciones, el Transporte. Estos héroes invisibles que producen la riqueza, que mantienen a flote a la sociedad, serán liberados por el socialismo de las cadenas de la esclavitud salarial. En el socialismo, el empleado desempeñará un papel activo en la toma de decisiones, en la implementación y el control de decisiones, a través de asambleas generales en cada centro de trabajo.

Las fuerzas productivas serán liberadas, porque el objetivo de la producción será las necesidades de la sociedad, no el beneficio capitalista. En este terreno sólido de la propiedad social, la planificación científica central de la producción pondrá las crisis en el basurero de la historia. La cooperación internacional interdisciplinaria florecerá en la producción inmediata de vacunas y medicamentos, porque los logros científicos ya no serán armas en la competencia de los grupos monopolistas.

 

Ahora se determina el próximo día

Las fuerzas del KKE están iluminando esta salida esperanzadora de la retirada de la UE con el pueblo en el poder. Se adelantan hoy para que el pueblo no vuelva a pagar la nueva crisis.

Estamos luchando hoy en todas las formas posibles para evitar que el gobierno y la patronal intenten socavar los derechos de los trabajadores y detener la actividad sindical y política, aprovechando de las medidas restrictivas necesarias para proteger la salud pública.

Estamos luchando para que el pueblo no caiga en la trampa de la espera. Hoy, se está desarrollando el ataque del capital. Hoy, los medios de comunicación “lavan” el cerebro del pueblo para que los trabajadores disciplinen pasivamente a las decisiones antipopulares de la clase dominante. Hoy buscan convencernos de que supuestamente todos luchamos juntos contra el “enemigo invisible”.

Así que no nos callamos. Marcamos a nuestro enemigo visible, el capitalismo. Nos oponemos a la política de la UE y del capital promovida por el gobierno, con el apoyo sustancial de los partidos burgueses. Hoy estamos luchando decisivamente para que el pueblo tome su destino en sus propias manos.

 

Publicado originalmente en Rizospastis”, órgano del Partido Comunista de Grecia

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