150 años del nacimiento de Lenin*

Por Dimitris Koutsoumpas,
Secretario General del CC del KKE

Hoy, a 150 años del nacimiento de V.I.Lenin, la enseñanza de este gran revolucionario y teórico del comunismo científico, sigue viva y actual, dirige y guía la lucha de la clase obrera internacional, de los movimientos de los pueblos para que logren esta vez su liberación definitiva e irreversible de la explotación, de la opresión y de la injusticia que conllevan las relaciones de producción capitalistas, el sistema capitalista, que desde hace décadas está en su última etapa superior, en la etapa más peligrosa y bárbara, el imperialismo.

Los acontecimientos que estamos experimentando en este período y con motivo de la pandemia de coronavirus y la nueva recesión económica internacional, muestran, y una vez más confirman, los argumentos y los análisis leninistas de que el verdadero peligro para todos los pueblos en el mundo es el capitalismo.

No sólo porque está cada vez en mayor oposición con las necesidades de la gente y con el propio desarrollo social, sino además porque causa constantemente y a gran escala daños irreparables en todos los aspectos, a causa de la gran agudización de sus contradicciones y contrastes.

A medida que pase el tiempo viene y vendrá cada vez más en la superficie, de manera apremiante, con nueva dinámica, más cerca, la necesidad y la actualidad del socialismo y de la revolución socialista.

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Lenin y el Partido de los Bolcheviques lideraron la Gran Revolución Socialista de Octubre. Fue la primera batalla victoriosa en la historia para la liberación de la clase obrera y su influencia se mantiene hasta el presente.

El estudio y la acción avanzada de Lenin, la propia victoria de la revolución permitió resumir sus lecciones en una teoría integral con respecto a la Revolución Socialista y el Partido. Con estas lecciones ofreció la base ideológica y política para la formación de la Internacional Comunista, para un nuevo impulso al Movimiento Comunista Internacional.

Hoy día, el legado teórico leninista es más valioso que nunca.

Confirma en la práctica la justeza de la teoría marxista-leninista sobre la revolución –que deriva del análisis sistemático integral del imperialismo– que madura a lo largo del desarrollo histórico y estalla en un período determinado por un complejo de causas objetivas y subjetivas.

La postura nihilista hacia el socialismo que hemos conocido, la adopción de puntos de vista de que el socialismo fracasó totalmente, porque su curso se detuvo, es anticientífica y antihistórica, y lleva a impasses.

El socialismo fue construido, desarrollado, puso en curso de resolución grandes problemas económicos y sociales. Sin embargo, por varias razones, no logró destacar y sobre todo liberar en todo su curso de construcción el potencial inherente para el desarrollo constante y el perfeccionamiento, la consolidación del socialismo en la lucha contra el sistema capitalista.

Sin embargo, esto de ninguna manera anula la contribución y el papel del sistema socialista tal como se desarrolló en el siglo XX, independientemente de deficiencias, debilidades y errores que surgieron a lo largo de este curso difícil.

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A partir de 1917 se confirmó la elaboración de Lenin con respecto al eslabón débil en la cadena imperialista. Hasta entonces el movimiento internacional no contaba con la justificación teórica de la posibilidad de la victoria de la revolución socialista inicialmente en un país o en un grupo de países, que se destacan como eslabones débiles, como resultado de la agudización de las contradicciones internas, bajo la influencia de los desarrollos internacionales.

Lenin y el partido bolchevique tuvieron una contribución decisiva en la confrontación de la sección de la socialdemocracia que violó decisiones de la Segunda Internacional y apoyó a las clases burguesas de sus países, tanto mediante su voto a favor de los créditos de guerra en los parlamentos, como con su participación en los gobiernos que libraban guerras, supuestamente para un “desarrollo pacífico”, defendiendo una “paz imperialista” con la pistola en la cabeza de los pueblos. Esa línea inevitablemente los implicaría más profundamente en la guerra imperialista, en la agudización de los contrastes y las competiciones.

Lenin, con la línea estratégica que siguió, determinó que, desde el punto de vista del movimiento revolucionario, la cuestión no es una simple oposición de carácter “pacifista” a la guerra, sino, sobre todo, la utilización de las grietas que, objetivamente en tales condiciones, se crean en el campo imperialista, la utilización del debilitamiento de la burguesía de cada país con el fin de convertir la guerra imperialista en cada país ya sea desde el punto de vista del “atacante”, o desde el punto de vista del “defensor”, en una lucha por el derrocamiento del poder de la burguesía que genera muerte y pobreza a los hijos de la clase obrera, al pueblo de cada país.

La Revolución Socialista de Octubre además confirmó el papel del oportunismo como expresión política ideológica de sectores de la clase obrera vendidos, como influencia de la ideología burguesa y pequeñoburguesa en el movimiento obrero.

Lenin, sobre la base de la experiencia de Octubre, se ocupó particularmente con las cuestiones del poder del nuevo estado obrero, la dictadura del proletariado. Además, estudió en detalle la experiencia de la Comuna, la experiencia de los soviets en la revolución de 1905 en Rusia, el papel del Estado sobre la base del legado de Marx y Engels.

Lenin tuvo una contribución particular en identificar los gérmenes de los órganos del nuevo poder, el carácter de la dictadura del proletariado, como forma superior de organización estatal de la clase, para la transición de la sociedad socialista temprana e imperfecta a la sociedad comunista superior desarrollada, tanto en su forma como en su contenido.

La experiencia y las enseñanzas que se incluyen en la obra de Lenin, tienen un valor que va más allá de su época, hasta el presente, con respecto a la organización de la lucha obrera popular, cuando se intensifica la lucha de clases en condiciones de crisis revolucionaria, a la situación revolucionaria, a la organización y la expresión de la alianza de la clase obrera con capas populares pobres, sus aliados naturales, los campesinos pobres y los trabajadores autónomos, con la clase obrera en la vanguardia, capaz de liderar la confrontación decisiva contra el poder burgués, y configurar las instituciones populares del nuevo poder.

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El KKE estudiando esta experiencia valiosa, el legado de Lenin, la propia experiencia del Movimiento Comunista Internacional estudió y sacó conclusiones que los expuso en sus elaboraciones y documentos.

Hemos llegado a la conclusión crucial de que la determinación del objetivo político, del poder obrero, se debe realizar sobre la base de la determinación objetiva del carácter de la época que está determinado por el movimiento de la clase obrera que está objetivamente en la vanguardia del desarrollo social.

La experiencia y las elaboraciones teóricas de Lenin y del partido de los bolcheviques, junto con su acción revolucionaria, desde el período a partir de la revolución de 1905 hasta la revolución de Octubre de 1917, tienen que ver con todos los aspectos del accionar de un movimiento obrero revolucionario que no pierde el objetivo del poder obrero.

Además, ofrece una experiencia valiosa para el trabajo de los comunistas entre masas obreras populares amplias e inmaduras. Muestra el movimiento constante y simultáneamente contradictorio en el desarrollo de su alianza.

Nos enseña que la elevada disposición combativa e incluso revolucionaria coexiste con percepciones y puntos de vista desorientadores. Por supuesto, la disposición más sólida se desarrolla entre los trabajadores industriales, entre la clase obrera.

Por lo tanto, es de gran importancia que la vanguardia ideológica y política, el Partido Comunista, elabore y siga de cerca la línea política, que intervenga de manera esencial y concreta para que el movimiento de las masas insurgentes, las protestas combativas y la confrontación organizada, las acciones subversivas adquieran una orientación revolucionaria, teniendo en cuenta que en las filas del movimiento actúan además fuerzas bajo la influencia de la ideología burguesa, una multitud de fuerzas pequeñoburguesas oscilantes y que todo ello se lleva también a las filas de la vanguardia.

La capacidad de los bolcheviques encabezados por Lenin de adaptarse constantemente les impidió seguir el camino equivocado de perder la esencia de los objetivos del derrocamiento revolucionario y del poder obrero. La respuesta a cualquier tarea debido a la adaptación adecuada a esta tarea, no debe conducir a un cambio gradual del objetivo estratégico en nombre de la adaptación. Esto es crucial para cada Partido Comunista.

De lo contrario, existe el peligro de difuminarse en las masas, de asimilarse en posiciones dentro del sistema, convirtiendo la estrategia en maniobras y tácticas constantes. Mientras que al mismo tiempo la vanguardia comunista debe prestar atención para no ser llevada al aislamiento, al atrincheramiento o al dogmatismo.

La utilización creativa continua del método y la experiencia leninista en la acción política diaria debe ser una preocupación permanente para los Partidos Comunistas.

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La explicación científica y la defensa de la contribución del socialismo en el siglo XX es un elemento para el fortalecimiento de la estrategia revolucionaria del movimiento comunista. El estudio exhaustivo de las contradicciones y los contrastes, de los errores subjetivos del curso histórico es un proceso de desarrollo de la teoría del socialismo-comunismo que llevará a la revitalización ideológica y política y a la supremacía del movimiento comunista para el nuevo asalto y la victoria definitiva.

Esto será el mayor homenaje a los 150 años del nacimiento de V.I.Lenin. En esta lucha difícil pero hermosa nos dirige la utilización creativa de la teoría y la acción de Lenin.

* Artículo publicado originalmente en el periodico Sovetskaya Rossiya, a propósito de los 150 años del nacimiento de Lenin