Por: Abdel García

 

En Tijuana, Baja California y Los Ángeles, California se organizaron la Cumbre de los Trabajadores de las Américas y la Cumbre de los Pueblos por la Democracia, respectivamente, como alternativas a la IX Cumbre de las Américas. Las dos se presentaron como contrapesos populares y obreros al sínodo imperial del capital en Los Ángeles. Surgieron en defensa de los excluidos de la cumbre: Cuba, Nicaragua y Venezuela; y alineados con los gobiernos “revolucionarios” de la “izquierda” emergente en el continente.

Ante la ausencia de algunos países y jefes de estados, en conjunto con la realización de las dos cumbres alternas, se proclama que la cumbre de Los Ángeles ha sido un desastre político y que se ha caído la fachada imperialista. Ahora se dice que se derrumba el imperialismo en el continente gracias a las victorias de nuevos gobiernos “populares”, que garantizarán la soberanía nacional y fortalecerán el movimiento antiimperialista.[1] Desafortunadamente la explotación, discriminación, violencia y miseria, el imperialismo en sí, persistirá, aún bajo cualquier gobierno social demócrata o del “socialismo del siglo XX”. Los intereses de los monopolios de todo el continente y del mundo, no nada más los de EE. UU y Canadá, no perderán sueño ni sus ganancias por este supuesto fiasco. En la actualidad, los gobiernos de “izquierda” que dieron sus protestas demagógicas, pero finalmente participaron de una forma u otra en la cumbre de las Américas, reafirmaron sus compromisos a defender los intereses de la clase dominante y alinearse con los EE. UU. En otros casos, como los de Nicaragua y Venezuela, al ser excluidos del club estadounidense, miran hacia China y Rusia. Simplemente cambian de bando, pero no se liberan del sistema imperialista. Ejemplo de esto es la supuesta existencia de explotadores “revolucionarios” que se caracterizan como antiyanqui y antiimperialistas, pero que a la vez no sienten ninguna aversión al capital europeo y chino o remordimiento al explotar sus compatriotas.

Tristemente las dos cumbres, la de los Trabajadores y de los Pueblos, a pesar de tener un carácter popular, consignas humanistas y presentaron claras reivindicaciones de la clase obrera, quedaron sumidos en la retórica oportunista y oscurantista de gobiernos como los de López Obrador y Maduro. Señalan virtuosamente el titubeo de Andrés Manuel y otros como victorias, que hoy declaran una solidaridad antiimperialista con Cuba, Nicaragua y Venezuela, pero no se comprometen a ningún acto sustancial. Hacen omisión de la hipocresía del PSUV al consolidar el poder de una burguesía nacional alineada con Rusia, China y, en mayor medida, la Unión Europea, perpetuando la explotación, y en ese deber, perpetran represiones en contra del sindicalismo clasista y el PCV.

Venezuela se presume ser adversario del imperialismo, a la vez que lo fomenta.

No se descarta las discusiones y debates de las dos cumbres, ni se asume que todos los participantes comparten un único pensar, sin embargo, los productos de ellas, tales como las declaraciones finales de cada una, presentan una concepción errónea del imperialismo y relegan la lucha de clases casi al olvido. Ofrecen una visión en que el imperialismo es particular a un estado o a una sola burguesía, aquí siendo los gobiernos de EE. UU. y Canadá. No lo consideran como parte inherente al desarrollo de toda burguesía monopolista. Casi se da a entender que los culpables de los males que enfrentamos en esta crisis del imperialismo son los EE. UU. y Canadá, no en si las leyes y fenómenos naturales del capitalismo en todo lugar en que se ha consolidado. Se pierde de vista la complicidad actual de nuestras burguesías desarrolladas, no como una sección comprada y servil, si no como plenos participantes dentro del sistema imperialista. Lo que se mantiene es un paradigma conciliatorio con los gobiernos burgueses que se presentan como progresistas y nacionalistas, implicando una disposición a entregarse a los intereses del capital ante un presunto mal mayor como el imperialismo hegemónico estadounidense. Pero no se puede resistir al imperialismo únicamente demonizando a la burguesía yanqui simultáneamente que se tolera la explotación y el libre paso de la clase subyugadora, junto a sus títeres demagógicos en el resto del mundo. Combatir el imperialismo requiere fortalecer la lucha de clases en todas sus facetas y en todo lugar, constituir a los trabajadores como clase independiente alrededor de sus intereses fundamentales, no se puede ignorar, ni subordinarla a la cuestión de la agresión imperialista extranjera porque son uno y lo mismo, se requiere consistentemente una postura combativa ante toda gestión capitalista, por tan socialista o revolucionaria que se quiera presentar.

El afán de equivaler el antiimperialismo con ser antiestadounidense y antineoliberal no traerá fin al capitalismo. Combatir la cúspide de la pirámide imperialista solo culminará en otro poder ocupando ese espacio, si no tenemos la capacidad de extinguirlo en su totalidad. Igual con el neoliberalismo, combatirlo como “el brazo político” del capitalismo abre las puertas a percibir la retórica antineoliberal como esencialmente anticapitalista, algo que muchos hechos han demostrado que usualmente no lo es. El llamado a “superar el capitalismo” entonces ofrece un posible futuro incierto, que se puede intentar discernir, pero se presenta entre la social democracia y el concepto vago del anticapitalismo, algo lejos de tener una claridad científica y clasista. Lo único que se derrumbará bajo este camino es la conciencia de clase.[2]

Concebir a la IX cumbre de las Américas y la OEA aún como el “ministerio de las colonias yankis”, como lo llego a caracterizar el camarada Fidel Castro,[3] resalta ya no tener sentido. Ya no es los EE. UU haciendo su citación imperial de sus súbditos. Más bien el nombre de cumbre tiene total sentido literal porque hoy en día es una reunión de los representantes de familias mafiosas. Así como en la Cosa Nostra o en los grandes carteles de nuestro continente, sin duda habrá un jefe máximo y sin duda habrá contradicciones internas, pero al final del día todos entienden donde caen sus intereses, intereses en total contradicción con el pueblo trabajador.

Las cumbres populares demuestran que gran parte de las masas perciben el deterioro en sus condiciones sienten la explotación intensificada, viven la precariedad y ven las consecuencias del imperialismo en sus expresiones más violentas. Saben que no quieren el capitalismo, pero no les es claro aun cual es la alternativa o qué es el socialismo. Todavía se lucha y se piensa en las ambigüedades de la social democracia. En eso, los gobiernos impulsadores de la reconciliación de clases han logrado su deber. Ellos sofocan al movimiento obrero y lo convierten en su propio verdugo.

No ha sido la fachada del imperialismo que ha colapsado; ha sido la máscara del oportunismo que nos ha cegado para pensar eso.

 

 

 

 

 

 

 

Citas

“Declaración Final De La Cumbre De Las Américas De Los Trabajadores y Trabajadoras.” Workers´ Summit of the Americas, 2022. Cumbre de las Américas de los Trabajadores. https://workerssummit.com/declaration/.

“Los Pueblos De Las Américas Tienen La Última Palabra: Declaración Final De La Cumbre De Los Pueblos Por La Democracia.” Poeple’s Summit 2022, 10 de junio, 2022. People’s Summit. https://peoplessummit2022.org/thelatest/the-people-of-the-americas-have-the-last-word-final-declaration-of-the-peoples-summit-for-democracy.

“Discurso pronunciado por el comandante Fidel Castro Ruz” en la Segunda Asamblea Nacional del Pueblo de Cuba, celebrada en la Plaza de la Revolución, el 4 de febrero, 1962. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1962/esp/f040262e.html.

Harris, Roger D. “Summit of the Americas Flops While Workers Summit Exposes Cracks in the Imperial Façade.” Pressenza, 21 de junio, 2022. https://www.pressenza.com/2022/06/summit-of-the-americas-flops-while-workers-summit-exposes-cracks-in-the-imperial-facade/.

[1] Roger D. Harris, “Summit of the Americas Flops While Workers Summit Exposes Cracks in the Imperial Façade,” Pressenza, 21 de junio, 2022, https://www.pressenza.com/2022/06/summit-of-the-americas-flops-while-workers-summit-exposes-cracks-in-the-imperial-facade/.

[2] “Workers´ Summit of the Americas,” Workers´ Summit of the Americas, 2022, https://workerssummit.com/declaration/.

[3] “Discurso pronunciado por el comandante Fidel Castro Ruz” en la Segunda Asamblea Nacional del Pueblo de Cuba, celebrada en la Plaza de la Revolución, el 4 de febrero, 1962. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1962/esp/f040262e.html.