El Comité Regional Puebla-Tlaxcala del Partido Comunista de México condena enérgicamente la represión sufrida por las estudiantes de la Escuela Normal Rural “Lic. Benito Juárez”, de Panotla, Tlaxcala, perpetrada por el Gobierno Estatal de Lorena Cuéllar Cisneros, con apoyo del Gobierno del Estado de Puebla, y azuzada y arropada por el Gobierno Federal de Andres Manuel López Obrador, que culminó en el asesinato de la compañera Beatriz Rojas Pérez, estudiante de esta Normal.

Estas acciones criminales, lejos de ser accidentales, tienen autoría y responsabilidad. A pesar de promulgar demagógicamente la paz y el cambio, como los anteriores este gobierno continúa utilizando la represión, hoy endurecida con la Guardia Nacional, para mantener el orden y estabilidad del Estado burgués, salvaguardando los intereses de la patronal y las ganancias de los monopolios, a costa de la sangre de la clase obrera.

Este gobierno continúa la política de privatizaciones y debilitamiento de la educación pública que está en la raíz de los reclamos de los estudiantes normalistas organizados en la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México. Desde su inicio la administración de López Obrador redujo drásticamente el presupuesto para las Normales Rurales y la educación pública en general, bajo la consigna de la austeridad, pero en cambio ha celebrado toda clase de acuerdos con los monopolios nacionales y extranjeros para acrecentar sus ganancias.

Al igual que los gobiernos priistas y panistas, hoy el gobierno de Morena apunta las armas de las fuerzas represivas contra los jóvenes que se organizan, los estudiantes que protestan, los que resisten los megaproyectos, los trabajadores migrantes, y contra cualquier trabajador que luche contra sus políticas antiobreras y antipopulares. Pretenden callar la inconformidad a fuerza de toletazos, y continuar con los proyectos de militarización que empezaron los gobiernos anteriores.

Son responsabilidad del Estado los crímenes perpetrados contra las movilizaciones populares en Atenco, las ejecuciones estilo paramilitar en Tlataya y la infame desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero; si podemos ver la criminalidad en éstos actos de otros partidos y gobiernos (liderados por Fox, Calderón y Peña Nieto), es una obligación por congruencia denunciar la injusticia y represión del gobierno en curso, que usó a conveniencia el amplio descontento popular ante el talante autoritario y represivo de los gobiernos pasados para que López Obrador llegara a la Presidencia.

Independientemente del color de la gestión del Estado burgués, el Partido Comunista lucha decididamente por un cambio radical. Llamamos a los trabajadores, a los estudiantes, a las mujeres, a ir más allá de la denuncia, y a elevar la indignación al plano de la organización. Ahora más que nunca se aprecia la urgente necesidad de construir y fortalecer la organización estudiantil a lo largo del país, para hacer frente a la injusticia y encauzar el merecido descontento de los jóvenes. Pero no sólo en lo estudiantil debe haber organización, sino cada trinchera de la vida de nuestra clase. En cada centro de trabajo, en cada centro de estudio, en cada barrio, en cada hogar, la organización es nuestro único escudo ante la represión y el único camino hacia un mundo mejor.

Por todos nuestros caídos

¡Ni un minuto de silencio, toda una vida de combate!