94 años del asesinato del estudiante Julio Antonio Mella
Lorena Vargas,
Responsable de relaciones internacionales del Comité Ejecutivo del Frente de la Juventud Comunista
(Intervención en el acto político en homenaje a Julio Antonio Mella 10 enero 2023, parque Tabacalera CDMX)
Un día como hoy de 1929, en la Ciudad de México, fue asesinado por la dictadura machadista el joven cubano Julio Antonio Mella. Estudiante y comunista, Mella fue un ejemplo para la juventud revolucionaria de su época; fue perseguido en Cuba por su actividad política en la organización de la Federación Estudiantil Universitaria, la Universidad Popular José Martí y la Liga Antiimperialista. También fue fundador del Partido Comunista de Cuba, que le valió el exilio en nuestro país, donde continuó su labor política en el Partido Comunista de México, sección de la Internacional Comunista, y colaborando ampliamente en su órgano central, el Periódico El Machete.
Su papel en la lucha estudiantil fue destacado entre los jóvenes de la Universidad de La Habana, donde estudió Derecho y Filosofía y Letras; ahí se erigió como líder estudiantil al denunciar el sometimiento del imperialismo norteamericano y el colonialismo español en las escuelas como un reflejo de la realidad cubana. Entre sus labores más importantes resalta el esfuerzo por elevar la consciencia de la relación entre el estudiantado y la lucha de la clase obrera. Para ello, fue importante la producción de distintos textos y artículos donde esboza la realidad de la clase obrera en su país, poniendo al alcance de los universitarios las categorías marxistas, herramientas de análisis de la realidad material.
El Primer Congreso Nacional de Estudiantes de 1923 se erige como un gran paso en el movimiento estudiantil cubano. Sus actas, llenas de un riguroso análisis, precisas y esclarecedoras, son indicio de la profundidad y comprensión de sus participantes, pues esbozan las principales preocupaciones y compromisos de la juventud cubana de ese entonces. En este Congreso, Mella presentó la Declaración de derechos y deberes del estudiante, que fue aprobada por unanimidad. En concreto, esta declaración traza los siguientes puntos:
- El estudiante tiene el deber de divulgar sus conocimientos entre la Sociedad, principalmente entre el proletariado manual, por ser éste el elemento más afin al proletariado intelectual, debiendo así, hermanarse los hombres de Trabajo, para fomentar una nueva sociedad libre de parásitos y tiranos, donde nadie viva sino en virtud del propio esfuerzo.
- El estudiante tiene el deber de respetar y atraer a los grandes Maestros que hacen el sacrificio de su cultura en aras del bienestar y progreso de la Humanidad, y de despreciar y de expulsar de junto a sí a los malos profesores, que comercian con la ciencia, o que pretenden ejercer el más sagrado de los sacerdocios, la Enseñanza, sin estar capacitados.
- El estudiante tiene el deber de ser un investigador perenne de la Verdad, sin permitir que el criterio del maestro, ni del libro, sea superior a su Razón.
La Universidad Popular José Martí, la obra más querida de Mella, incorporó a más de 500 obreros y su planta docente se integró por estudiantes y jóvenes recién graduados que brindaban sus clases de forma gratuita, desde gramática y literatura, hasta medicina social y origen de las religiones. En 1925, Mella inicia una huelga de hambre tras ser sancionado por el Consejo de Disciplina de la Universidad de La Habana por su actividad política, y finalmente fue expulsado de Cuba en 1926. En 1927, por orden de la dictadura machadista, la Universidad Popular cerró sus puertas, al igual que muchas organizaciones revolucionarias del país.
El pensamiento y acción de Julio Antonio Mella, que recorre la tradición revolucionaria de Jose Martí con el pensamiento y práctica marxista-leninista hicieron pronto del joven cubano una figura altamente importante dentro de la labor revolucionaria, y por supuesto, un peligro para la burguesía, que lo persiguió desde Cuba a México. La experiencia de Martí, así como la propagación del leninismo a partir de la Revolución Socialista de Octubre propiciaron en el joven Mella una consciencia elevada y un ímpetu por la lucha revolucionaria; además, el contexto internacional, sobre todo en América Latina, abría las puertas para un nuevo ciclo combativo que fue aprovechado sobre todo por la juventud, los campesinos, los sectores populares y los intelectuales.
En México, Julio Antonio Mella se vinculó inmediatamente con el Partido Comunista de México, donde entabló amistad con Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Tina Modotti, y otros destacados artistas y escritores mexicanos. Su implacable actividad política y la constante denuncia de las penurias que imponía el gobierno de Gerardo Machado en Cuba en el Periódico El Machete supuso un peligro para la dictadura en ese país, que no dejó de perseguirlo y finalmente, el 10 de enero de 1929, fue asesinado en la Ciudad de México. A pesar de que la prensa burguesa manejó especulaciones sobre su asesinato, implicando a otros comunistas, el Partido Comunista de México, a través de la Comisión Especial que se dedicó al esclarecimiento de los hechos, encontró como culpables y autores intelectuales a los esbirros de la dictadura machadista.
Aunque su vida duró tan solo 26 años, Mella trascendió como una figura política importante para las organizaciones revolucionarias en América Latina. Como comunista ejemplar, dejó un legado importante para los jóvenes combativos y revolucionarios en las diferentes latitudes de este continente. En México conmemoramos la vida del gran Julio Antonio Mella, porque el color de la sangre jamás se olvida, y así como nuestro camarada cubano, seguiremos adelante y alzando la bandera roja contra el imperialismo y el capital, por un futuro nuevo para la clase trabajadora y la juventud.
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