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El Metro, una visión del abandono del transporte público en la Ciudad de México.

 

Por: Rafael Vargas Avila

 

Desde su fundación en 1969, el Sistema de transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México, ha sido la columna vertebral del transporte público de ésta ciudad, millones de personas viajan todos los días en él, ya que es el sistema de transporte urbano más rápido que existe en una ciudad tan congestionada como la nuestra.

Hasta hace algunos años, el metro era un sistema de transporte limpio, eficiente y cómodo, a pesar de la enorme cantidad de pasajeros transportados. Pero como todas las cosas dentro de la lógica capitalista -de privilegiar los intereses particulares sobre el bienestar público-, el metro ha sufrido también las consecuencias del paulatino abandono gubernamental.

Cabe recordar que es precisamente la clase trabajadora, los estudiantes y los sectores populares que habitan aquí, o acuden a la ciudad desde los municipios conurbados del Estado de México a realizar sus tareas diarias, los principales usuarios de éste sistema, ya que al ser subsidiado, es mucho más barato y rápido. Por esta razón, resultan indignantes las condiciones en que se encuentra actualmente. Estas condiciones de abandono son las que trajeron como consecuencia el accidente ocurrido el pasado 7 de enero, cuando chocaron dos trenes entre las estaciones Potrero y La Raza de la Línea 3, y que provocaron la muerte de una estudiante, y heridas a más de 100 personas, incluído el operador de uno de los trenes.

Ésta tragedia se suma a una serie de accidentes e incidentes que han ocurrido durante la actual administración de la Ciudad de México, encabezada por Claudia Sheimbaum, y aunque las investigaciones realizadas por peritos de la fiscalía han determinado actos de sabotaje o vandalismo en los equipos, el principal problema sigue siendo la falta de mantenimiento a los trenes e instalaciones del sistema.

El aspecto más aberrante de ésta situación, es que los usuarios del metro se encuentran atrapados entre actos criminales de opositores, con el fin de golpear políticamente al partido en el poder en la Ciudad de México, y la negligencia del Gobierno de la Ciudad, que ha permitido el deterioro del sistema  de Transporte, ya que desde 2018 a la fecha, El metro ha visto reducido el presupuesto para su operación en 3 mil millones de pesos.

La respuesta que ha dado el gobierno de la ciudad ha sido solicitar al gobierno federal la presencia de la Guardia Nacional para vigilar las instalaciones, pero esa medida no va a solucionar los problemas debidos al abandono en el que se encuentra. Los habitantes de la Ciudad de México tenemos derecho a un sistema de transporte digno, a poder transportarnos sin la zozobra de poner en riesgo nuestra integridad física; pero esas condiciones no se lograrán mientras existan intereses económicos o políticos de facciones de la burguesía que se encuentran en disputa por el control de la ciudad.

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