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La OTAN Cierra El Cerco Contra Rusia

 

 

Por: Héctor Ramírez Cuéllar

 

La incorporación de Finlandia como miembro de pleno derecho a la OTAN forma parte de la estrategia que se ha estado implementando desde la desaparición de la URSS, para cercar militarmente a Rusia en su frontera occidental, con la finalidad de bloquearla desde el punto de vista económico y político, para asegurar el control total de las potencias capitalistas encabezadas por los Estados Unidos en la región europea.

Finlandia tiene un ejército pequeño desde el punto de vista numérico, pero está equipado con armas modernas, muy sofisticadas, que requiere la OTAN en su ofensiva permanente contra Rusia. En muy poco tiempo, sin duda, se incorporará también Suecia hasta conformar una auténtica cortina de hierro en contra de Rusia.

Esta determinación es también una respuesta a la reciente visita que efectuara a Moscú el presidente de China, quien suscribió con su homólogo ruso, más de 20 acuerdos de cooperación, ayuda e intercambio, que expresa, de una manera clara, la alianza que se ha formado entre las dos potencias para enfrentar los desafíos del momento presente en el que se está avanzando hacia una nueva etapa multipolar y una despolarización creciente de los intercambios comerciales internacionales.

La invasión rusa a Ucrania ha servido como un magnífico pretexto, primero, para reforzar los vínculos y las relaciones que existen entre los Estados Unidos y la OTAN, que se habían debilitado en la época de Trump y en segundo término, para fortalecer a esta alianza militar, que ya tiene eI miembros efectivos, habiéndose incrementado los gastos militares en cada uno de los países, tomado muchas otras medidas, en previsión a un nuevo ataque ruso contra otras naciones del viejo continente. En este contexto, existe una lista de otras 12 naciones que desean integrarse a la OTAN con el objeto de que puedan recibir ayuda militar inmediata en el caso de que se produzca una agresión de Rusia.

Todos los países europeos capitalistas afirman que están preocupados por su seguridad nacional, ya que, consideran que Rusia está aplicado una policía expansionista, que cuenta con el apoyo de China y por ello están tomando medidas para proteger sus fronteras y su integridad territorial y, por lo tanto, están exigiendo que la OTAN asuma una postura más agresiva y beligerante que establezca un rígido cerco militar en la región occidental europea en donde países como Finlandia, Suecia, Dinamarca estarían dispuestos a asumir una posición común, sumándose al bloque OTANtista, en contra del supuesto o real peligro ruso. En este ámbito, también desean integrarse las repúblicas bálticas, desde luego también Polonia, que también manifiestan tener este temor fundado y, por lo tanto, pretenden sumarse a esta ofensiva general contra Rusia que ha sido capaz de salir victoriosa, hasta hoy, de las duras sanciones que las otras potencias capitalistas le impusieron a raíz de invasión a Ucrania.

En el caso de una agresión armada de Rusia contra cualquier de estas naciones, que sean miembros de pleno derecho de la OTAN, pueden invocar de inmediato el famoso artículo 5 que obliga a que la alianza como tal, es decir, todos sus miembros, otorguen su ayuda, lo que implicaría que la guerra se generalizaría entre la OTAN y Rusia, es decir, el conflicto de Ucrania escalaría hasta niveles no conocidos desde la segunda guerra mundial. Hasta hoy la OTAN se ha negado a hacerlo, al igual que los Estados Unidos, ya que están conscientes de que un enfrentamiento de esta magnitud podría desatar la tercera guerra mundial y de una manera inmediata la región más afectada sería nada menos que la región europea ya que, Rusia ha reiterado que está dispuesta a utilizar armas nucleares tácticas que instalará en Bielorrusia.

En este ambiente prebélico, la semana pasada, los cuerpos armados de Finlandia, Suecia y Dinamarca efectuaron una serie de ejercicios militares conjuntos con la finalidad de estar preparados para un eventual ataque ruso que se podría producir en las próximas semanas, ya que la guerra contra Ucrania no tiene salidas negociadas en el corto plazo en virtud de que ninguna de las partes desean dar un paso en esa dirección. El plan para alcanzar la paz que presentó China es más bien un documento de carácter teórico general, porque no tiene ningún organigrama concreto y específico para que las partes puedan sentarse a resolver el conflicto. Ucrania exige que Rusia devuelva la región de Crimea y la del Donbas y Putin no lo permite afirmando que Rusia tiene plenos derechos sobre estas regiones y que no cederá ni un milímetro.

Desde el punto de vista estratégico, Rusia no desea, ni puede, asumir una actitud pasiva si la región occidental europea en donde está ubicada Finlandia, que tiene que más de 2 mil kilómetros de sus fronteras, quedarían en estado de vulnerabilidad, amenazados por una serie de países hostiles, en previsión de que también pudiera sumarse Suecia, que ha sido invitada por cierto por el gobierno de los Estados Unidos para que se integre a la OTAN y se aceleren los trámites que deben hacerse al respecto. En estas condiciones, la región del norte del viejo continente estaría en manos de la alianza militar representada por la OTAN, es decir, en donde el imperialismo yanqui reforzaría su hegemonía en preparación para un enfrentamiento global con China.

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