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La tendencia a la concentración del transporte público de Mérida en manos de ADO

 

 

Por: Guillermo Uc

 

En 1916, cuando analizaba el proceso de transformación del capitalismo de libre concurrencia en su fase última, el imperialismo, Lenin escribía: “El colosal incremento de la industria y el proceso rapidísimo de concentración de la producción en empresas más grandes son una de las peculiaridades más características del capitalismo”.[1]

Hoy podemos contemplar cómo, desde el siglo pasado, el capitalismo en su última fase, en su fase parasitaria y agonizante que es el imperialismo, se ha internacionalizado. No hay país capitalista que no ocupe un peldaño en la pirámide imperialista. No obstante, el capitalismo no se desarrolla de manera igual en todos los países, y más aún, en todas las regiones de un mismo país. Existen ramas de la producción en las que pequeños capitalistas o grupos de capitalistas todavía “compiten” entre ellos para hacerse con la mayor cantidad de ganancia en determinadas ramas de la producción y los servicios públicos.

Desde hace décadas, el transporte público en Mérida ha estado en manos de diferentes asociaciones de transportistas que han detentado las concesiones de diferentes rutas en la ciudad. La Alianza de Camioneros de Yucatán, la Unión de Camioneros de Yucatán, Grupo COMI, Rápidos de Mérida, Minis 2000, RAPSA, entre otras, son las distintas empresas que han operado este ramo de los servicios en Mérida. Todas ellas funcionan como un cártel que, cada determinado periodo, negocia con el gobierno de Yucatán las concesiones, precios del transporte, subsidios para las llamadas tarifas sociales, etc.

El sistema de transporte público en Mérida, el cuál es usado a diario por cerca de 250 mil personas (la mayoría de ellas, pertenecientes al proletariado), se caracteriza por su ineficacia, precarización, inseguridad y su alto costo. Cientos de personas hacen fila a diario hasta por 1 hora y media para abordar un autobús para ir a su trabajo o escuela. El trazado de las rutas no satisface las necesidades de los usuarios, pues para llegar a su destino deben hacer, por lo general, 2 o hasta 3 transbordes. El costo de cada pasaje es de 8 pesos por cada viaje, lo que puede llegar a representar hasta un 23% del salario promedio del usuario. A pesar de las condiciones deplorables de las unidades y la ineficiencia del sistema, los concesionarios presionan cada año para que la tarifa aumente, lo que ha resultado en la paulatina alza del costo del transporte, sin que eso se refleje en la calidad del mismo.

Esto ha traído como consecuencia que haya un profundo descontento hacia el sistema de transporte y hacia el pulpo camionero que lo controla. Durante las diferentes movilizaciones populares que han ocurrido desde el inicio del siglo, el sentimiento generalizado es la voluntad de deshacerse de los concesionarios existentes y que el sistema de transporte pase a ser responsabilidad del Estado o, más avanzado aún, bajo la dirección popular. El Estado, consciente de las consecuencias de una posible organización popular para la mejora del transporte público[2], como ha ocurrido en estados como Jalisco, busca la forma de deshacerse de manera paulatina de tales concesionarios.

Desde su anuncio en 2021, el sistema “Va y Ven” generó enorme expectación entre la población, sobre todo por las “novedades” que representaría en comparación con el desgastado e ineficaz sistema de transporte actual. Prometía menores tiempos de espera, autobuses super modernos con aire acondicionado, Wi-Fi, aplicaciones móviles para saber dónde se encuentra la unidad, mejor trato al usuario, entre otras cosas.

En un primer momento, al ser anunciada únicamente la ruta Periférico y la que va del Aeropuerto al centro de la ciudad, no se esperaba que “Va y Ven” fuera a sustituir al resto de rutas. La cosa empezó a cambiar cuando se anunció la apertura de las rutas nocturnas (que seguían prácticamente el mismo derrotero de las rutas diurnas) y el paso del Circuito Metropolitano a dicho sistema. Posteriormente, rutas como las de Komchén, Francisco de Montejo, Tecnológico, y Poniente, han sido absorbidas por “Va y Ven”, todas ellas acompañadas por el aumento de golpe de la tarifa de 8 a 12 pesos por pasaje, es decir, un aumento súbito de 4 pesos, fenómeno que ya preveíamos.[3]

Este modelo de transporte urbano beneficiará principalmente a un monopolio: Autobuses de Oriente S.A. de C.V. (ADO). Aunque su participación en “Va y Ven” aun no es mayoritaria[4] y el resto de rutas del sistema siguen bajo el control del cártel mencionado arriba, lo cierto es que la tendencia a que ADO se convierta en el monopolio dominante que desplace al resto de concesionarios es clara.

Desde hace años, ADO ha ido controlando la industria del transporte en la Península de Yucatán. No solamente es la principal empresa encargada del transporte foráneo en la región, sino que también es accionista de más de 30 millones de acciones de ASUR (empresa que, entre otras cosas, opera el Aeropuerto Internacional de Mérida, una de cuyas rutas le pertenece a ADO con “Va y Ven”), es la empresa encargada de suministrar las unidades Irizar para el Ie-Tram (negocio que ya realiza en Zaragoza, España) que entrará en funcionamiento a finales de este año[5] y será de los principales monopolios beneficiados con el Tren Maya al buscar adquirir concesiones para las rutas que conecten con las estaciones del mismo.

El Estado, tanto a nivel estatal como federal, coloca sobre el tablero todas las piezas necesarias para que ADO se convierta en el monopolio dominante del transporte público de manera gradual. Incluso lo está logrando con uno de los rubros del transporte más complicados, el de la ciudad de Mérida, que es retenido duramente por los actuales concesionarios.

No obstante, como menciona Lenin, “las crisis –las crisis de toda clase, sobre todo las económicas, pero no sólo éstas– aumentan a su vez en proporciones enormes la tendencia a la concentración y al monopolio”.[6] Y es que después de la pandemia, en la que las ganancias de los concesionarios del transporte en Mérida se vieron mermadas y, a su vez, no se atreven a imponer por la fuerza un aumento a la tarifa para sanear sus arcas, éstos corren el riesgo de ser desplazados por nuevos “competidores” como ADO. Pasar todas las rutas del transporte público de Mérida a “Va y Ven” es la forma específica que adquiere el proceso de concentración al que hace referencia Lenin y que va a permitir a ADO pasar al ataque y terminar de aplastar a competidores más débiles, aun cuando de momento parezca estar en minoría frente a ellos.

La tendencia al monopolio es inevitable y no se revierte por el cambio de una u otra gestión del capitalismo. Por lo tanto, es falsa la afirmación oportunista, que estará muy en boga al acercarse el periodo electoral, de que un gobierno de otro partido echaría atrás el poderío de ADO y gestionaría de manera favorable el transporte público. Colocado en un plano concreto, esto se traduce, según los oportunistas, en que, si dejara de gobernar el PAN y gobernara Morena, la situación sería diferente.

Pero, tal como apuntamos más arriba, ADO será uno de los principales beneficiados con el principal proyecto capitalista del actual gobierno federal de Morena, el Tren Maya[7]. Las concesiones otorgadas a ADO por el gobierno estatal no son producto de la voluntad unilateral de Mauricio Vila ni dejarán de serlo por la voluntad de un gobernador de otro partido. Son parte del proceso histórico inevitable del desarrollo del capitalismo en Yucatán. Quien quede al frente del Estado será porque logró ganar la confianza de los monopolios al defender con su programa sus intereses de clase, independientemente de su partido.

Por otro lado, no solo es fantasioso pensar que se puede contrarrestar con otra forma de gestionar el capital, sino que sería echar a andar atrás la rueda de la historia, sería oponer el control del transporte en manos de un monopolio con la defensa de su administración por parte de muchos pequeños capitalistas.

Lo que la clase obrera necesita no es que el transporte quede en manos de un monopolio o que se encuentre controlado por el pulpo camionero. Lo que necesita es que el transporte pase a estar bajo su control y administración, que sea rápido, seguro, eficiente, barato y cómodo. Pero no puede esperar nada de eso por parte de quienes solo persiguen aumentar su riqueza a costa de nuestra necesidad.

 

 

 

[1] Lenin. El imperialismo, fase superior del capitalismo. Editorial Progreso, Moscú. 1977. p. 15.

[2] Aunque hace falta sistematizar la experiencia de lo ocurrido, en 2018 se dio una un caso interesante en Mérida, pues estudiantes y trabajadores se organizaron y realizaron una serie de protestas que lograron evitar el alza a la tarifa del transporte y, a la larga, su disminución. Por desgracia, hizo falta claridad política sobre el rumbo que se debía tomar una vez arrancada esa concesión y la organización fue hegemonizada por un grupo oportunista vinculado a Morena. Como era de esperarse, a partir de ese momento, la participación popular prácticamente desapareció. Entre las propuestas hechas por la clase trabajadora estaba la creación de un organismo, controlado por el pueblo, que administrara el sistema de transporte público. En su lugar, el grupo oportunista ya mencionado, pactó con el gobierno estatal, a espaldas de la organización popular, para que no se instalara tal organismo y, en su lugar, hizo exigencias propias de la pequeña burguesía (ciclovías, autobuses “eco-friendlys”, etc.). No es de extrañar que la administración entrante de Vila haya retomado todas esas exigencias pequeño burguesas para publicitar el “Va y Ven”.

[3] Véase el artículo Se prepara el aumento a la tarifa del transporte público en Mérida. Periódico El Machete, número 11 (87), abril 2023, año 19. p. 9.

[4] De momento, ADO solo tiene la concesión para las rutas Periférico y Aeropuerto y, según palabras de Eduardo Córdova Balbuena (quien es simultáneamente presidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Pasaje y Turismo en Yucatán y gerente peninsular del Grupo Mobility ADO, es decir, un burgués en toda la extensión de la palabra), solo tiene 22 unidades bajo el sistema “Va y Ven”.

https://www.yucatan.com.mx/merida/2023/3/8/ven-beneficios-con-los-cambios-del-va-ven-389798.html

[5] Serán 32 las unidades que ADO suministrará al Ie-Tram, en palabras de los directivos de Mobility ADO.

https://www.revvialibre.com.mx/noticias.php?noticia=9978&imagen=1680882311.jpg&titulo=Irizar%20ie%20tram%20llegar%C3%A1%20en%20julio%20a%20M%C3%A9rida,%20Yucat%C3%A1n

[6] Lenin, op. cit. p. 31.

[7] Para profundizar en el tema, recomendamos la lectura del ensayo El tren maya y el desarrollo del capitalismo en la península de Yucatán de Roberto Grajales.

El tren maya y el desarrollo del capitalismo en la península de Yucatán

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