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Hace un año

 

Por: Lucía Roble

 

La tendencia actual del sistema capitalista a nivel mundial es precarizar el salario del trabajador y disminuir sus prestaciones y seguridad social. México no es la excepción. Se observa en distintos sectores como cada día el poder adquisitivo disminuye, las pensiones desaparecen y el sistema de salud está colapsado y es de baja calidad.

El 21 de julio de 2022, hace un año, se asestó un duro golpe a los trabajadores estatales de Yucatán, con la nueva ley del ISSTEY, afectando los derechos adquiridos y no respetando la no retroactividad de la ley (art. 14).

Se incrementó la edad y años de servicio del trabajador, se redujo el ingreso mensual que recibirá por jubilación implementando un salario regulador que equivale al 85% del promedio ponderado de 20 años, se aumentó la cuota quincenal para el instituto de seguridad social, se perdió la cesantía y la hoja de reserva. Se fijó un tope de pensión que una mínima parte alcanza ni llegando al último nivel del momento.

Para evitar esta nueva ley, muchos trabajadores que ya cumplían con los años de servicio y que se suponía sus derechos adquiridos no serían afectados, solicitaron su jubilación y cuál no sería su sorpresa que tuvieron que trabajar más tiempo porque el Instituto no se daba abasto para cubrir sus pensiones, teniendo que esperar indicaciones según una lista manejada por la Secretaría de Educación del Estado.

El pasado 21 de julio se cumplió el primer año de la aprobación fast track de esta ley. Lamentablemente todavía hay muchos trabajadores que no conocen la nueva ley y cómo les afecta, creyendo en las mentiras que informa el Gobierno y el sindicato estatal.

Ese día, diversas organizaciones alzamos la voz y exigimos la abrogación inmediata, por ser anticonstitucional, afectando los derechos adquiridos de todos los trabajadores activos y las futuras generaciones y a sus familias.

Cada día vamos comprendiendo la importancia de la unión y la organización de los trabajadores para hacer respetar nuestros Derechos y en un futuro próximo podremos derrocar este sistema que nos oprime y explota.

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