Por: Aidé Carrillo

 

El  pasado 15 de agosto del presente año trabajadores jubilados y pensionados de la Universidad Autónoma del Carmen, Campeche, se manifestaron en el puente Zacatal, como medida de presión para exigir sus pagos que llevan retrasados muchos meses, acumulando un total de 14 quincenas.

El 3 de agosto la Rectora, Sandra Martha Laffón Leal señaló en conferencia de prensa que el fideicomiso destinado para este rubro se agotó, bajo circunstancias poco claras, desde hace 3 años. Ante esta situación la actual rectoría traslada la responsabilidad al gobierno estatal y federal para entregar un “apoyo” para cubrir estos pagos.

En la conferencia de prensa Sandra Martha Laffón Leal no habló de una ruta a seguir para cubrir los pagos a los jubilados y pensionados de la UNACAR, vaciló entre lo que se espera y aspira que se otorgue desde el gobierno federal y estatal, sin esclarecer las medidas concretas que se llevarán a cabo para cubrir los pagos que se exigen, con toda razón, por las y los trabajadores jubilados y pensionados. Laffón Leal señaló que han priorizado algunos pagos que han podido cubrir, estableciendo así de manera unilateral quiénes son los que, a su juicio, necesitan más que otros el pago de sus pensiones.

Esta lamentable situación deja claro las desventajas a la que está expuesta la clase trabajadora que durante años prestó su fuerza laboral y sirvió con su trabajo a la universidad; y que hoy tiene el pleno derecho de exigir le sea retribuido el fruto de dicho trabajo realizado, a través de sus pensiones.

Es vital que no se vea a los jubilados y pensionados como una carga para la sociedad, nadie les está haciendo un favor al cubrirles sus pensiones, por el contrario, ellos han trabajado para garantizarlas. Por otra parte, no hay que dejar de mencionar que hay quienes se han aprovechado de ese fideicomiso y han dejado ante la indefensión a los extrabajadores de la UNACAR y deben ser responsabilizados por su deleznable acción.

No hay una garantía que proteja el derecho de las trabajadoras y trabajadores jubilados y pensionados. Mientras que por una parte los trabajadores activos ya no pueden aspirar a tener una pensión al jubilarse, quienes tienen aún ese derecho no se les hace efectivo el pago y se ven en la necesidad de manifestarse para exigirlos mientras no existe un mecanismo que garantice y salvaguarde su legítimo derecho. El pago de las pensiones no son una dádiva a cumplir por parte de las autoridades, es una responsabilidad y un derecho que se vulnera al no realizarse.

Las trabajadoras y trabajadores están en su pleno derecho de exigir por todos los medios que sean necesarios el cumplimiento de sus pagos y la UNACAR es responsable de cumplir con ello, a la vez de buscar a los responsables de la pérdida del Fideicomiso y no debe caer en los hombros de las mujeres y los hombres que durante su juventud forjaron con su fuerza de trabajo lo que hoy es la UNACAR.

Estudiantes y actuales trabajadores, así como la clase trabajadora en general, deben unirse a la exigencia del pago de los jubilados y pensionados de dicha universidad como muestra de solidaridad de clase, pues este atropello no es más que la demostración de a lo que estamos expuestos como clase trabajadora.