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Tarifazo en el transporte público de Yucatán

 

Por: Samuel Pech

 

Las alzas en las tarifas del transporte público de Mérida no se hacen esperar, y somos las familias de la clase trabajadora quienes sentimos de forma directa estos golpes a nuestra economía. La elevación de los precios se está dando súbitamente, pues se ha llegado incluso a duplicar el costo del pasaje, pasando de $2.50 la tarifa social (estudiantes y gente de la tercera edad) y $7.50 la tarifa general en las rutas de camiones, y de $3.00 tarifa social y $8.00 tarifa general en las combis, a costar ahora hasta $5 pesos la tarifa social y $15 la tarifa general.

Si bien esto aún no ocurre de forma generalizada en todas las rutas, es algo que ha ido avanzando sin freno. Desde hace ya algunos meses empezó a implementarse el sistema Va-y-Ven con medidas tales como la creación de una ruta en el periférico, de rutas nocturnas y el cambio de unidades. El gobierno del Estado, aprovechándose de las necesidades reales, ha encontrado la excusa perfecta para justificar la subida de precios y con ello consolidar un monopolio en el servicio de transporte público en favor de la empresa Mobility ADO que se hace cargo de todas estas nuevas rutas y unidades. La realidad es que el Gobierno y la empresa antes nombrada, se jactan de estar mejorando el sistema de transporte, según innovando e impactando en la vida de miles de yucatecos, cuando en realidad sí impactan, pero de forma negativa, lo cual se sustenta en el día a día de la clase trabajadora, en su vida real.

Para empezar, es obvio, que las mejoras en el sistema tienen que darse, pero no en favor de una empresa, sino en favor del pueblo trabajador ¿Qué beneficio tiene o tendrá, el hecho de gastar más de $50 o $60 al día en una de las ciudades con los salarios más bajos del país? Ninguno. También es evidente que las unidades son insuficientes; por las mañanas no se dan abasto, siguen haciendo falta unidades para que los pasajeros y pasajeras viajen cómodamente. No son pocas las malas experiencias que escuchamos relativas al retraso que tienen muchos al tomar estas rutas para poder llegar a tiempo al trabajo o a la escuela.

Esta jugarreta del Gobierno responde a la tendencia a la concentración de capitales para el monopolio ADO en detrimento de las diferentes empresas y asociaciones que tenían las concesiones del transporte, situación que llevaba años sin resolverse para un solo monopolio, pero que ahora está ocurriendo. Sin embargo, va más allá de las implicaciones del gobierno estatal, pues también responde a los intereses de monopolios que están detrás de proyectos en distintos niveles, incluidos los impulsados por el gobierno federal. ADO no solo se estará beneficiando con hacerse, poco a poco, con el transporte en la ciudad, sino dentro de poco también buscará desplazar a los concesionarios de las rutas foráneas. Además, es uno de los principales beneficiados con la puesta en marcha del Tren Maya.

Por tanto, se concluye que no se trata de la voluntad de un solo individuo o que responda a la agenda de un solo partido burgués, sino que, independientemente del partido que gobierne, los monopolios buscarán que se gestione en favor de ellos. En ese sentido, la clase obrera tampoco puede dejarse engañar con las falsas ilusiones de que, gobernando otro partido, la situación sería diferente, pues todos esos partidos gobiernan para los explotadores.

Ningún político o empresario que no viva el día a día puede venir a decirnos que este sistema de transporte público es funcional y que nos beneficia, porque no es así, ni en Mérida, ni en ningún otro estado de la república. No permitamos que se rían en nuestra cara convirtiendo nuestros derechos en un negocio ni tampoco que le saquen tajada política de cara al periodo electoral que se avecina. Busquemos la organización entre vecinos y vecinas, entre estudiantes y trabajadores, porque somos nosotros quienes debemos evitar estos golpes a nuestras familias, porque merecemos un transporte digno, seguro y económico.

 

¡No al alza de precios en el transporte!

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