Por: Héctor Ramírez Cuéllar

En Gaza, continuaron los bombardeos masivos contra la población civil por parte del ejército de Israel, contando, como siempre, con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos quien, de una manera pública, no desea asumir ninguna responsabilidad política directa, dejando todo el peso político de estas acciones al régimen sionista de Tel-Aviv. Ahora los objetivos alcanzados fueron unas ambulaciones, varios campamentos de refugiados, edificios públicos, afectándose sobre todo a los niños. El vocero de la Unicef, James Elder, informó que habían muerto más de 420 menores y había 940 desaparecidos, considerando que Gaza es un “cementerio” de miles de niños, en donde solo se dispone del 5 % del agua que se necesita, los hospitales están saturados, en el contexto de lo que se denomina, en la jerga oficialista sionista, Operación Limpieza, que consiste precisamente en liquidar a los infantes, con la finalidad de quitarle la base social futura a HAMAS ya que se afirma que un niño, al transformarse en joven, será potencialmente un miembro de esa organización y por ello se justificaría su eliminación en previsión de que eso suceda. En términos generales, según esa filial de Naciones Unidas, han sido masacradas más de 3744 personas, más 940 desaparecidos y desde luego las cifras se incrementan día con día, ante la gran incapacidad que tiene la Asamblea General de Naciones Unidas para aprobar e imponer un cese al fuego, ante el apoyo que las grandes potencias capitalistas otorgan a Israel y la indiferencia de la opinión pública internacional.

El régimen de Israel está otorgando al pueblo de Palestina el mismo tratamiento criminal que los judíos sufrieron a manos de los nazis durante la segunda Guerra Mundial, es decir, está aplicando métodos de liquidación colectiva, con la finalidad última de desaparecer los como pueblo, como un pueblo que tiene miles de años de existencia, que se encuentra ubicado en una de las regiones más importantes del mundo, ahora conocido como el Medio Oriente o el Oriente Próximo en donde siguen viviendo los palestinos no solo en la Faja e Gaza o en Cisjordania sino también en el resto de los países árabes e incluso entre la población que está bajo el control de Israel, en donde son concebidos como ciudadanos de segunda o ciudadanos sin derechos plenos, lo cual entraña una contradicción profunda ya que Israel es un estado capitalista desarrollado pero que tiene una estructura política democrática.

El concepto Operación Limpieza, también conocido como Limpieza Étnica, desde el punto de vista teórico, implicaría la destrucción o aniquilación de todo un pueblo, por otro, que se concibe como un pueblo predestinado, acabando con los niños, precisamente para impedir que haya descendientes calculando que en el trascurso de los años, disminuiría de una manera considerable su número, hasta el punto de su extinción, mientras se incrementaría, por otro lado, el número de habitantes, ciudadanos y pobladores judíos. Esto se llama simple y llanamente un genocidio anunciado o programado, el cual repugna no solo a las leyes básicas de la ciencia y en particular de la genética sino también de las normas más elementales de la civilización humana. Los nazis pretendieron aniquilar a los judíos como pueblo y para ello recurrieron a los “métodos industriales” que se emplearon en las cámaras de exterminio masivo, masacrando a más de 6 millones de personas y ahora el gobierno de Israel busca alcanzar el mismo objetivo, liquidando a los niños, para que la tasa de natalidad de los palestinos sea cero en los próximos años.

El gobierno actual de Israel tiene una profunda y grave orientación racista ya que se auto considera un “pueblo superior”, “preferido por Dios y los grandes profetas!” y por lo tanto le asiste el derecho divino de constituir una sociedad jerarquizada en la que está en la cúspide Israel como nación, como estado, a la cual le asisten todos los derechos, entre ellos el de propiedad y de dominio de los recursos naturales y los palestinos y pueblos que se califican de pueblos subordinados o secundarios, en donde habitan ciudadanos que menor calidad que se tipifican como “ciudadanos de segunda”, es decir, en el mejor de los casos tienen derechos muy limitados ya que están sujetos a muchas restricciones , condenados a trabajar para los colonos y ciudadanos judíos, bajo las condiciones que estos determinen, tipificando a los pueblos árabes como pueblos de menor rango cuyo sistema político y funcionamiento siempre está discusión, es decir, pueden ser ignorados o avasallados por los judíos o bien desparecidos si es necesario o conveniente.

La concepción ideológica básica del estado de Israel es muy parecida a la que sostuvo el régimen supremacista blanco que sojuzgó a Sudáfrica durante muchos años, que impuso el régimen de la segregación racial por muchas décadas, el apartheid, pero ahora la situación se torna más preocupante ya Israel no solo tiene uno de los ejércitos más modernos el mundo, sino también un sistema de espionaje, el MOSSAD, de los más eficaces del orbe pero también y esto es lo más serio, cuenta con un gran arsenal de armas atómicas y químicas, observando un total desprecio por todos los organismos internacionales, estando consciente de que cuenta con el apoyo irrestricto de la principal potencia capitalista.