La Violencia, Dueña Y Señora De México
Por: Héctor Ramírez Cuéllar
México, nuestro país, se encuentra inmerso en una auténtica espiral de la violencia que se manifiesta por lo menos en la mitad de las entidades federativas y que se caracteriza por un aumento constante del número de personas desaparecidas, extorsionadas, levantadas, mientras los grupos que pertenecen al narcotráfico actúan con toda impunidad sembrando la muerte y la inseguridad, en una dimensión que no tiene precedentes en la etapa moderna. Debemos afirmar, por lo tanto, que la violencia, en sus distintas manifestaciones, se ha apoderado de nuestro país, siendo una de las causas más profundas de la intranquilidad reinante y representa un serio peligro para la realización de las elecciones del próximo mes de junio.
El gobierno federal se muestra totalmente incapacitado para controlar esta situación ya que la mayor parte de las medidas que ha tomado han sido reactivas, es decir, se han tomado cuando ya los sucesos sangrientos se han producido y no se ha incidido en las causas estructurales que generan este fenómeno por lo que de seguir por este camino, no existe ninguna posibilidad de reducir el peligro existente, lo cual está afectando ya las relaciones con el gobierno de los Estados Unidos, sobre todo con el Congreso ,en donde crece el número de legisladores que están exigiendo se tomen una serie de medidas urgentes y eficaces para contener el gran poder desestabilizador que provocan los grupos de narcotraficantes.
Muchos diputados han estado demandando, no solo del Partido Republicano sino cambien del Partido Demócrata, que se implemente una invasión planificada a México con el objeto de localizar, detener, aniquilar a los jefes de los carteles señalando el gran poder que tiene el cartel Jalisco Nueva Generación, ha quien se considera el objetivo número uno, restando importancia al Cartel de Sinaloa.
Las autoridades, desde luego, encabezadas por el Presidente López Obrador, han actuado de una manera infructuosa ya que ante los hechos de violencia extrema que se producen en la mayor parte del territorio nacional, solo ha enviado cientos de soldados y de miembros de la Guardia Nacional y ha ordenado las construcción de cuarteles, pero una vez que esas fuerzas se retiran del escenario del combate, vuelve a realizar sus acciones los grupos criminales organizados lo que confirma, en los hechos, en práctica, que sus estructuras no han sido desarticuladas, que no han acabado con ellas, ya que regresan a los territorios y a las oblaciones que controlan para seguir cometiendo los mismos atentados y delitos. En estas condiciones, la movilización de las tropas federales solo tiene un efecto publicitario y propagandístico, quizá para comunicar al gobierno de los Estados Unidos que algo se está haciendo, pero que en la realidad no tiene resultados concretos.
Se han publicado denuncias en los órganos de la prensa mercantil que indican que en rigor, en el mejor de los casos, solo se está enfrentado al Cartel Jalisco Nueva Generación y no al Cartel de Sinaloa con quien se tiene ciertas consideraciones políticas estratégicas, con miras a las próximas elecciones a efecto de obtener su apoyo, concurso, colaboración, sobre todo para los candidatos de Morena, pero nosotros no tenemos evidencias de ello sino tan solo sospechas de carácter político ya que nos recuerdan las experiencias de las elecciones estatales pasadas en las que si hubo un notorio respaldo de ese grupo delictivo a favor de los candidatos del partido oficial, ya que incluso se presentaron recursos formales documentando estos hechos ante las autoridades electorales.