Corresponsal de El Machete en Baja California

A diferencia de años pasados, tanto en Mexicali como en Tijuana, nuevos contingentes de trabajadores protestaron o marcharon alrededor del 1 de mayo por sus reclamos: plena jubilación, derogación de UMAS, basificación, incremento salarial, entre otros. Destaca la presencia de trabajadoras y trabajadores de Indivi, ISSSTE, Conalep, etc.

En Tijuana sobresale la marcha realizada por las y los integrantes del Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores de Salud (SINTS). Rechazando la explotación y la precariedad laboral, la complicidad entre el Estado y el sindicalismo corporativo; y exigiendo plenos derechos de sindicalización y reinstalación de la enfermera Lucía Esquivel Cuevas.

Hace 6 años se afirmaba que la victoria de la coalición encabezada por Morena y PT haría un “cambio verdadero”. La creencia en cambios realizados desde las alturas del Estado burgués, encabezado por AMLO, repercutió en una amplia desmovilización obrera y popular. Hoy que el tiempo de tal administración se agota, las y los trabajadores se abocan a luchar.

En 2024 ya no basta la figura de López Obrador, o las nimias promesas electorales de los partidos del Poder, de la coalición oficialista como la “opositora”, que tajantemente dan la espalda al diálogo con estos sectores y a sus exigencias. En consecuencia, en Baja California el gobierno pactó la desmovilización de los trabajadores estatales el 1 de mayo.

Tales maniobras fueron posibles por la política de colaboración de clases de la dirección de SNTE y Sindicato Único de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado, Municipios e Instituciones descentralizadas de Baja California. Este hecho testifica que nuevos sectores de las y los trabajadores decidirán pensar, organizarse y luchar por su cuenta.

Entre la clase obrera en el estado también hay visos de inconformidad. En algunos casos, como el de los ex trabajadores de KH Yellow, por sus derechos laborales. En otros, de manifiesto en empresas de la Industria Maquiladora de Exportación, por las condiciones de trabajo que los explotadores imponen ante la ausencia de oposición obrera organizada.

El Primero de Mayo fue antecedido por protestas, paros y denuncias en la prensa por parte de trabajadores de monopolios, como Heineken México y Coca Cola, en Tijuana. Éstos rechazaron la agobiante explotación en las distintas plantas de estas firmas en la ciudad, los despidos, así como las extenuantes jornadas de labor y las mínimas remuneraciones.

Hay indicios de una reanimación de la lucha de las y los trabajadores en Baja California. En el caso de los sindicatos, sus posibles objetivos son una superior comprensión y organización de clase; y mayor decisión y capacidad de confrontación a los explotadores. En la industria, esfuerzos por un sindicalismo de clase, combativo y conspirativo, que confluyan en un amplio y resuelto comité obrero de lucha frente a los capitalistas.