Anécdota de la muerte de Guillén Zelaya, mexicano que zarpó en el Granma con el Che y Fidel
Por: Egbert Méndez Serrano
Epígrafe: El 22 de abril, de 1994, murió Alfonso Guillén Zelaya, guerrillero mexicano que lucho en la Revolución cubana al lado del Fidel Castro y el Che Guevara. A treinta años de su deceso, compartimos una anécdota que no se había hecho pública.
Era abril de 1994, en el norte del país había un intenso movimiento debido al levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que acababa de ocurrir el 1 de enero. En Chihuahua, Chihuahua, el caudal de personas y organizaciones que se arremolinaban en torno al apoyo del EZLN, formaban asambleas para decidir sus planes de acción. Reinaba un clima de tensa calma, los diarios lo transmitían, por ejemplo, en uno de sus encabezados, el Heraldo de Chihuahua decía, “Desactiva EZLN la Alerta Roja”.
En ese momento se sabía que Alfonso Guillén Zelaya estaba de paso por la ciudad y la conocida luchadora social Martha de los Ríos propuso, en una de aquellas asambleas, que se hiciera una comisión para acompañarlo al aeropuerto.
Guillén, como le llamaban sus compañeros de combate, fue un revolucionario mexicano que se embarcó en el yate Granma junto a Fidel Castro y el Che Guevara, en la expedición que daría inicio a los enfrentamientos armados que culminarían con el triunfo de la Revolución cubana en 1959. Sus padres, exiliados hondureños, lo vieron nacer en Torreón, Coahuila, nombrándolo “Alfonos Zelaya Alger”, quien años después ajustaría su nombre en honor a su tío, el poeta hondureño Alfonso Guillén Zelaya.
En la reunión, un par de maestras emocionadas por conocer a tan singular personaje, se autopropusieron para la comisión, ellas eran integrantes de Cultura y Solidaridad Magisterial Asociación Civil (CUSOMAC), se encargarían de ir por Guillén Zelaya al hotel y de ahí lo llevarían al aeropuerto. Martha le pasó el mensaje al guerrillero. —CUSOMAC se creó a mediados de los ochenta, tenía un carácter público para así poder reclutar militantes a la clandestinidad, fue una de las organizaciones intermedias de las extintas Fuerzas de Liberación Nacional, las cuales fueron subsumidas por el EZLN en enero de 1993—.
El día indicado fue el 22 de abril —hace treinta años—, las maestras llegaron al hotel donde se hospedaba, sin embargo, en la recepción les dijeron que no estaba, por lo que decidieron esperar, para cumplir con la tarea. El tiempo pasaba y al ver que no llegaba, volvieron a preguntar por él; les comentaron que tal vez ya se había ido, pero las maestras dijeron que no podía ser así porque ellas eran las comisionadas para llevarlo al aeropuerto y él las estaría esperando, fue entonces que presionaron para que lo fueran a buscar. Al llegar a su habitación, encontraron sin vida a Alfonso Guillén Zelaya. Esta información la reportaron con el profesor Andrés, que en aquel entonces presidía la Subsecretaría Popular del extinto Partido Fuerzas de Liberación Nacional, partido que se creó en el Congreso realizado en Chiapas en 1993, donde las comunidades indígenas decidieron el levantamiento armado.
Actualmente, en los medios digitales, se pueden encontrar dos versiones. El diario
de Honduras “La Prensa” (https://lc.cx/d0TypM) señala que el Hotel San Francisco es donde murió Zelaya, por problemas del corazón. En cambio, el sitio web de noticias de Chihuahua “El Ágora” (https://lc.cx/MhFVc6), menciona que murió en el Hotel El Campanario, a causa de una tromboembolia ventricular derecha y arteria
pulmonar común.