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Cuba resiste: 66 años de revolución frente al bloqueo imperialista

 

Desde la entrada de Fidel Castro a La Habana, en 1959, comenzó la lucha por construir una sociedad diferente en la que el hombre no fuera explotado por el hombre mismo, lo cual implicó que tras 5 siglos de ignominia el hombre negro fuera igual y tan digno como el hombre blanco y como cualquier otro.

A 66 años, en 2025 la lucha sigue y el aislamiento económico, comercial y financiero, que es el bloqueo, también sigue y se redobla en un contexto más complejo auspiciado por una política de acoso por parte del imperio.

La XXX Brigada Latinoamericana y Caribeña de Trabajo Voluntario y Solidaridad con Cuba procedente de 14 países, participó con otras brigadas en actividades económicas y acciones solidarias.

Se trabajó en una empresa citrícola que actualmente produce hortalizas y otros productos porque desaparecieron los cítricos en una región citrícola que fue altamente productiva y que desapareció tras enfermedades que acabaron con la producción.

En 2024 hubo una suspensión de energía eléctrica en todo el país y continúan los apagones diarios, el café y el azúcar son escasos, el costo de los alimentos es alto para los salarios, la investigación científica avanza pero escasean los medicamentos. El combustible es costoso e importado y se distribuye conforme las posibilidades del país, pero afecta todos los renglones productivos, desde la generación de electricidad hasta la recolección de basura. Se sostiene la salud pública aún a costa de la imposibilidad de importar una jeringa o el más simple de los medicamentos.

Este acoso en la alimentación dio origen a la decisión de crear un sector privado en el seño de una economía socialista, las mipymes, que son empresas pequeñas o medianas, que genera una mayor cantidad de productos pero a precios muy altos y esta medida conlleva una naciente división de la sociedad con posiciones económicas distintas.

Con este sector privado sí hay comercio con el extranjero. Venden carne, azúcar, jabón, entre otras muchas mercancías y en este nuevo contexto, la cerveza nacional, por ejemplo deja de verse y su lugar lo ocupan cervezas de cualquier parte del mundo. O bien, la Tropicola, el refresco de cola nacional y ahora la Coca Cola figura en el mercado cubano. Una medida que disminuye la escasez de productos pero que también genera una competencia que supera a los comercios del Estado y que no está al alcance de toda la población.

La libreta de abastecimiento ya no incluye todos los productos de la canasta básica y hay retrasos en el surtimiento. Las filas que antes se hacían han sido suplidas cada vez más por el poder adquisitivo que cada quien tenga.

La cerrazón del bloqueo tiene toda la cobertura legal del imperio, su actual representante político agregará cientos de medidas más para sofisticar el estrangulamiento de la economía cubana, pero a la vez está el cinismo de manifestar que persiguen el cambio del sistema social, entre ofensivas de todo tipo, sin dejar de lado las de carácter ideológico y con el uso de redes sociales y a través de todos los recursos tecnológicos.

La población, sin embargo, se ve decorosamente vestida, las viviendas, inclusive en el medio rural son aceptables.

La Habana Vieja es una especie de isla dentro de La Habana. Ahí se concentran palacios, templos y conventos, construcciones militares como El Morro, del siglo XVI al XIX que fueron sede de la aristocracia española y de la burquesía que le sucedió. Son joyas arquitectónicas e históricas y al paso del tiempo una parte devino en viviendas populares y en edificios públicos. Su restauración es altamente costosa y normada por tratados internacionales pero también el bloqueo la mantiene con un escaso mantenimiento y ahí abunda, como en otros centros turísticos, una población buscadora de divisas del turismo internacional, en la que hay inclusive elementos lumpenizados.

Los estragos económicos y sociales del bloqueo también son expresados por la población cubana, pero entre quienes están a la búsqueda y casi al acecho del turismo manejan afirmaciones tendenciosas o directas para responsabilizar al gobierno cubano de la problemática económica y no al bloqueo del imperio. Entre esa población es frecuente ver que portan, quizá hasta con orgullo, camisetas, pantalones cortos y otras prendas con la bandera del imperio.

Entre los que están comprometidos con la lucha por Cuba, consideran que han tenido crisis económicas muy fuertes como la del período especial, cuando desaparece la URSS, la de la pandemia de 2020 y el periodo actual. Una parte afirma que la más intensa fue el de la pandemia y otra que la actual.

La imagen que el imperio difunde de Cuba es que sus carencias son producto de un sistema social carente de libertad y de democracia, cuando precisamente son carencias generadas por la ofensiva brutal que el imperio ejerce contra Cuba para quitarle, a como dé lugar, su soberanía y su rebeldía para volver a apoderarse del primer territorio que en América lucha por una sociedad nueva y revolucionaria, que en medio de sus carencias se solidariza con múltiple países de todos el mundo compartiendo de lo que tiene.

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