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Imperialismo

Por: Aldo A.

De las cuatro esquinas del mundo,
rugiendo vienes cual bestia herida;
pues urgido estás de ganar vida,
para tu cuerpo pútrido y moribundo.
A grande prisa andas, vagabundo,
intentando no quedar inerte,
porque en pie ya no sabes sostenerte.

Aunque mucho atruenes, iracundo,
deseando prender en esta tierra,
donde solo has sembrado guerra
jamás nunca serás fecundo.
Y aún rebuscando en lo profundo,
no atinas a tener ninguna suerte
cuando nada eres mas que muerte.

Con tu bárbaro proceder inmundo,
aplastas a quien se te ponga enfrente;
mas, al revolucionario valiente,
cobarde cual eres, rehuyes furibundo.
Pues él, fiero guerrero rubicundo,
de la existencia toda ha de perderte
y en el sepulcro de la historia, meterte

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