De físicos, matemáticos y astrónomos
Por Ángel Chávez Mancilla
Director de El Comunista
En la anterior nota hicimos referencia al conjunto de testimonios que la revista científica Nature publicó, y que Mario Bunge tradujo al español [1], respecto de la visita de una delegación de científicos británicos a la URSS en el marco del 222 aniversario de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética (incluido el lapso correspondiente al período pre-soviético), viaje en el cual pudieron conocer los desarrollos de la ciencia en el país de los soviets.
Esto es un ejemplo de la puesta en práctica del materialismo militante, pues éstos científicos británicos encontraron cuan benéfica para la ciencia era la sociedad socialista. Por tanto estos científicos no sólo se colocaron en el campo del materialismo, sino que tomaron posición política a favor del socialismo.
El vínculo no se dio solo con científicos británicos, los científicos soviéticos extendieron una importante red de vínculo y colaboración con científicos de muchas otras naciones, lo que fue de utilidad para el desarrollo científico-tecnológico en la URSS con miras a cumplir las metas económicas planteadas en los planes quinquenales. Al mismo tiempo estos vínculos con científicos de otros países permitieron desarrollar un trabajo político entre los científicos de otras partes del mundo, para exponerles los beneficios de la economía planificada y de la coordinación entre los planes quinquenales y los centros de investigación y universidades. Mostrar la relación que en la Unión Soviética había entre la política y la ciencia llevó a que el comunismo ganara adeptos entre los científicos de todo el mundo; si bien no todos los científicos que miraban de forma favorable la construcción socialista en la URSS pasaron a militar en las filas del Partidos Comunista, muchos de éstos colaboraron y contribuyeron con labores en poyo a la URSS durante la Segunda Guerra Mundial, y en organizaciones como el Consejo Mundial de la Paz (CMP).
En lo que respecta al relacionamiento con los científicos soviéticos, México no fue una excepción, en nuestro país múltiples científicos de distintas áreas estuvieron en contacto con la teoría marxista, y aunque no militaron, veían a la Unión Soviética como un ejemplo en múltiples aspectos, como la relación entre la economía planificada y la ciencia, el reciente presupuesto invertido en la ciencia, que la ciencia buscaba responder a las principales necesidades de la población, que la ciencia era usada para elevar el nivel de vida de los trabajadores y no para el enriquecimiento de unos cuantos.
Un ejemplo de científicos mexicanos que conocieron los desarrollos de la ciencia soviética y que miraban favorablemente la construcción socialista de la URSS lo encontramos plasmado en el pequeño folleto que editó el Instituto de Intercambio Cultural Mexicano-Ruso denominado Cuatro Conferencias sobre ciencias exactas en la URSS [2], que compendia las intervenciones de tres de los más importantes científicos mexicanos: Luis Enrique Erro Soler, Carlos Graef y Manuel Sandoval Vallarta.
De Luis Enrique Erro, reconocido astrónomo que destacó por sus labores en Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla y la creación del IPN, se cuenta una anécdota que retrata bien su adherencia política favorable al marxismo, cuenta Elena Poniatowska que cuándo se inauguró el observatorio de Tonantzintla, Erro dio un recorrido por las instalaciones a Ávila Camacho, Véjar Vázquez y Torres Bodet, y al llegar a su cubículo se dio la siguiente escena:
-Es mi cubículo señores.
Pasa la mano sobre un busto de Lenin.
-¿Lenin?- respinga Torres Bodet.
-Sí, Lenin. Yo vendo mis conocimientos, no mis ideas. [3]
La conferencia de Erro, que contiene el mencionado libro, se denomina “La astronomía en la URSS”. En ésta expone los elementos centrales del plan para organizar el trabajo astronómico en la Unión Soviética, estos datos son de utilidad para historiar el desarrollo de la ciencia en la URSS y ver la posición de vanguardia en que se encontraba para los tiempos de posguerra. Su posición favorable a la ciencia soviética se expresa de forma más clara en las páginas que dedica a elogiar la participación de los astrónomos soviéticos en el combate a las fuerzas nazis, esto por medio de poner sus conocimientos al servicio del ejército y los guerrilleros.
También hace referencia al episodio del Observatorio Pulkova que, siendo objeto de ataque de la barbarie nazi, fue defendido por las fuerzas soviéticas que buscando salvar los materiales de su biblioteca dieron en ofrenda la vida de soldados y del personal del observatorio. Este suceso ilustra la diametral oposición entre la barbarie nazi y el papel progresista de la URSS que defendió el patrimonio de la humanidad, pues en el mencionado Observatorio se encontraban manuscritos de Keppler y de Ticho-Brahe, además de otros materiales igualmente invaluables.
Por parte de Manuel Sandoval Vallarta [4], quien fue uno de los más reconocidos físicos de México por sus aportaciones de carácter mundial a la física teórica, investigando los rayos cósmicos, el libro recoge dos conferencias: “La física en la URSS” y “La Academia de Ciencias de la URSS”. En la primera narra su asistencia al Congreso de Ciencias convocado para celebrar el doscientos veinte aniversario de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, fundada en 1725. También expone su encuentro con el profesor Kapitza en el laboratorio de Investigaciones de Problemas Físicos; los avances soviéticos en el estudio de superconductividad y semiconductores; las investigaciones sobre la propagación de ondas magnéticas, entre otros avances de la ciencia soviética. Entre los científicos soviéticos con los que se relacionó, además de Kapitza, están Papalexi, Pomeranchk, Skobeltzyu, y otros más.
La segunda conferencia de Vallarta, que recoge el libro, está dedicada a destacar la relevancia de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, y presenta un inventario de los principales científicos que la conforman, así como de los cargos que ocupan éstos dentro de la institución. Por lo tanto este texto es de utilidad para conocer la organización y estructura de la Academia, los institutos de investigación de las diversas disciplinas y a los personajes que estaban al frente de las distintas ramas de la ciencia.
Sin embargo, Sandoval Vallarta no solo narra con admiración los avances de la ciencia soviética, sino además compartía las posiciones políticas soviéticas de lucha por la paz, de hecho fue un impulsor del desarrollo de la energía nuclear con fines pacíficos [5].
Por último el Dr. Carlos Graef Fernández, físico matemático que estudió la teoría general de la relatividad y la teoría de gravitación, quien tuvo entre sus mentores al Dr. Sandoval Vallarta y que se propuso debatir con Einstein, impartió la conferencia “Las matemáticas en la URSS”. El texto de su conferencia aborda la tradición de estudio de las matemáticas que existía en la Rusia prerrevolucionaria, sin pasar por alto la necesaria mención sobre las aportaciones de Lobachevki [6] y su geometría no euclidiana, y posteriormente describe la situación de las matemáticas en la Unión Soviética abordando las aportaciones de cuatro matemáticos en particular: Vinogradoff y sus estudios sobre la teoría de los números; Kolmogoroff y su estudio de la turbulencia de fluidos; Schnirelmann y sus avances en la estadística y teoría de la predicción; Gelfond, quien logró demostrar la trascendencia de dos exponentes raíz de dos.
La conferencia de Graef constata su admiración de los avances en las matemáticas, pero también su favorable visión de la sociedad soviética, con la siguiente mención: “De estos cuatro, dos pertenecen a clases sociales que no hubieran tenido acceso a las universidades antes de la revolución […] Vinogradoff es hijo de campesinos y Schnirelman era un judío de la parte occidental de la Unión Soviética” [7]. Es decir, Graef visualiza que dentro del capitalismo las condiciones de desigualdad, pobreza y acceso restringido a los estudios hacen que la humanidad se pierda de las aportaciones de potenciales grandes científicos o, lo que es lo mismo, que las relaciones sociales de producción capitalistas determinan que la ciencia sea restringida a una minoría y la gran mayoría de la humanidad se vea impedida de incursionar en este campo.
Los tres científicos mexicanos mencionados mostraron una visión favorable de la Unión Soviética en sus conferencias y, considerando que impartieron sus conferencias por iniciativa del Instituto de Intercambio Cultural Mexicano-Ruso, se puede decir que sus textos contribuyeron a que dentro de la guerra fría otros tantos científicos mexicanos fueran atraídos por la teoría marxista y la construcción socialista. Por tanto, la labor que fuerzas políticas de izquierda hicieron con Erro, Graef Fernández y Sandoval Vallarta es un ejemplo de la labor que implica desarrollar el materialismo militante.
Como nota quiero mencionar que el otro gran astrónomo mexicano, Guillermo Haro, a decir de su esposa, también estuvo influenciado por diversos aspectos del marxismo; de hecho participó del grupo político que encabezaba Narciso Bassols, que editaba Combate y propugnaba por el estudio del Anti-Dühring de Federico Engels.
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[1] Mario Bunge. La ciencia soviética vista por los sabios británicos. La Plata, Editorial Calomino, 1947.
[2] Luis Enrique Erro, Carlos Graef y Manuel Sandoval Vallarta. Cuatro conferencias sobre ciencias exactas en la URSS. México, Instituto de Intercambio Cultural Mexicano-Ruso, 1945.
[3] Elena Poniatowska. El Universo o nada. Biografía del estrellero Guillermo Haro. México, Seix Barral, 2013. p. 60.
[4] vid. https://www.revistaciencias.unam.mx/es/106-revistas/revista-ciencias-53/922-manuel-sandoval-vallarta-y-la-fisica-en-mexico.html
[5] Al respecto cabe mencionar que en contra parte del Consejo Mundial de la Paz, impulsado por las fuerzas progresistas y liderado por los Partidos Comunistas y la URSS, los Estados Unidos impulsaron la organización denominada “Átomos por la paz”, que fue una careta para ocultar sus posiciones belicistas y de constante incremento de gasto en armas nucleares.
[6] Para una aproximación a las implicaciones de la obra de Lobachevski vid. Eli de Gortari, “Una revolución en la matemática”, en De Gortari. Siete ensayos sobre la ciencia moderna. México, Grijalbo, 1969. p. 127-156.
[7] Carlos Graef Fernández, “Las matemáticas en la URSS”, en Herro, Graef y Sandoval. op. cit. p. 25.