Contradicciones en el seno del grupo gobernante
Por: Héctor Ramírez Cuéllar
En las últimas semanas, se han presentado, con mayor nitidez, dos fenómenos en el seno del grupo gobernante encabezado por Morena, por un lado, el resurgimiento de contradicciones en su seno sobre las formas y modalidades que se deben observar para ejecutar el programa político vigente y, en segundo término, el reforzamiento del proceso de concentración del poder político en manos del Presidente de la República.
El afloramiento de estas pugnas se produjo a raíz de los resultados de las elecciones del pasado mes de junio, en los cuales si bien Morena siguió siendo el partido mayoritario, ya no tiene el mismo control del Congreso que tenía en el pasado inmediato y el avance inexorable del tiempo, pues se abriga el temor fundado de que algunas de las reformas proyectadas, no puedan ni siquiera presentarse en el Congreso de la Unión, en los términos en que fueron originalmente concebidas pues ahora Morena deberá negociar con las fracciones parlamentarias opositoras, si desea alcanzar la mayoría calificada que, necesariamente, requiere.
Además, se ha desatado una abierta disputa interna en el seno del partido oficial pues la lucha por la sucesión presidencial se adelantó demasiado y han surgido pugnas que ya son públicas, entre los aspirantes, en forma señalada entre Ricardo Monreal, Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, e incluso estos funcionarios ya están formando grupos de apoyo. Esta precipitación de las contradicciones internas obligó al Presidente a sustituir a Olga Sánchez Cordero por Adán Augusto López, en la Secretaria de Gobernación, con el objeto de introducir orden, disciplina, unidad entre los morenistas que están desesperados y preocupados pues los resultados concretos y específicos del gobierno son por lo menos insuficientes, si tomamos en cuenta las dramáticas condiciones de vida en las que vive por lo menos el 60% de la población, según se desprende de los últimos informes que ha presentado el Coneval.
El presidente es el principal responsable político de estos acontecimientos pues el mismo publicó los nombres de sus posibles sucesores, sin esperar a que hubiera un proceso de consolidación de los cambios políticos que están en marcha. Retiró del cargo a Olga Sánchez.
Cordero pues era demasiado débil y titubeante para meter en cintura a los partidos de oposición y a los disidentes de Morena y en su lugar nombró a un hombre de mano dura, subordinado absoluto, el ex gobernador de Tabasco y también despidió al licenciado Julio Sherer García, de la Consejería Jurídica, colocando en su lugar a un elemento incondicional, María Elena Ríos, con el objeto de que cumpla sus instrucciones de una manera inmediata y sin realizar ninguna acción política concreta que no esté específicamente indicada.
Al analizar estos cambios, ocurridos en el seno del gobierno, podemos y debemos concluir que Morena, como partido político o movimiento, es un elemento pasivo y decorativo, un mero instrumento, que el gabinete no existe en la realidad como cuerpo colegiado pues ninguno de sus miembros opera aunque fuera con una cierta autonomía, que se tratara de mantener el control de las Cámaras del Congreso de la Unión, sobre todo para asegurar la aprobación del Presupuesto de egresos y solo funcione como una in institución legitimadora de las decisiones políticas que se tomen en Palacio Nacional y que se aplicará un mayor rigor político contra los elementos opositores, contra los elementos discrepantes pues el Presidente no admite que ninguna fuerza política, ningún funcionario pueda tener la más mínima capacidad para plantear opiniones y objetivos diferentes a los que emanan del despacho de López Obrador quien se considera el depositario de la verdad política incontrovertible y el único que podría determinar el rumbo de la nación durante las elecciones del 2024.
Para obtener la mayoría calificada, en el Congreso, el Presidente necesita no el apoyo del Partido Verde pues siempre lo ha tenido y que ahora lo reconfirmó el nuevo Secretario de Gobernación, al obtener el respaldo incondicional de Manuel Velasco, líder de los senadores de ese partido, que se vende con si fuera una franquicia, sino el del PRI, respaldo político y numérico que sí es indispensable y por ello se designó a Rubén Moreira como Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y se le entregó a ese partido el control de la Junta de Coordinación Política, lo que permite concluir que con estas concesiones estaría peligrando la existencia de llamado bloque opositor.
El otro obstáculo al que se enfrenta el Presidente, es la actitud crecientemente heterodoxa que está observando el senador Ricardo Monreal quien ha declarado que él seria candidato presidencial con Morena o al margen de esa agrupación y por ello se ha asignado a Olga Sánchez Cordero la labor de neutralizar estas ambiciones pues para ello fue nombrada Presidenta de la Mesa Directiva, por lo que desempeñaría, desde ahora, una labor de contrapeso frente al monrealismo que está buscando aliados entre las organizaciones empresariales.
Mientras se intensifican las pugnas interburguesas en el seno de Morena y del gobierno, sigue su curso destructivo, la grave crisis económica y social, sanitaria, que sacude a la nación.