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Reactivación económica a costa de las y los trabajadores

 

Por Neftalí Ricardo

 

El 9 de noviembre, la gobernadora del estado de Campeche Layda Sansores declaró en su “martes del jaguar”, versión campechana de “la mañanera”, que Campeche es una zona “Covid free” y que si fuera su decisión eliminaría la sana distancia y haría del cubrebocas algo opcional.

Dos días después de estas declaraciones la gobernadora anunció que el horario de los bares en Campeche aumentaba hasta las 2:00 am, además con el permiso de estar al 100% de su capacidad. Ante este hecho Layda aseguró estar muy contenta con estas acciones que ayudarán a la reactivación económica, rematando con un “esto era lo que los empresarios querían”. Acto seguido Sansores San Román recorrió la 59, calle destinada a restaurantes y bares para el turismo, sin cubreboca y sin respetar la sana distancia.

Después de esto, las redes sociales de la gobernadora se llenaron del hashtag #EstamosEnVerdeYCampecheLoSabe.

No basta con señalar la irresponsabilidad en la que incurre por incitar a no respetar los protocolos de salud para reducir los contagios, sobre todo después de que la Organización Panamericana de la Salud declaró la posibilidad de una cuarta ola para diciembre del 2021 o enero del 2022.

Es evidente que de esta manera busca beneficiar a la burguesía restaurantera que es un sector que se ha visto afectado por las restricciones de horario y capacidad, pero a costa de las y los trabajadores. ¿Quiénes son si no las y los meseros, chefs, hostess y demás trabajadores del sector restaurantero, quienes estarán en contacto directo con personas? Esto aumenta el riesgo de contagio para las y los trabajadores.

Con la iniciativa de la gobernadora de Campeche no hay un plan que beneficie a la clase trabajadora, que le exija a la patronal restaurantera que provea de los medios para protegerse y reducir al mínimo la posibilidad de contagio. No hay en esta iniciativa nada que exija a la patronal aumentar el salario o las prestaciones de las y los trabajadores, incluyendo servicios de salud dignos. No hay en esta iniciativa nada que obligue a la burguesía restaurantera a brindar un salario digno a las y los trabajadores.

Hay que recalcar hasta el cansancio que esta iniciativa de reactivación económica, con capacidad al 100%, sin sana distancia y sin la obligación del cubrebocas beneficia a la burguesía restaurantera pero pone en grave riesgo la salud de las y los trabajadores y sus familias.

Esto deja al descubierto que para la burguesía la vida de las y los trabajadores es prescindible y que cuentan con el respaldo del gobierno para incrementar sus ganancias a costa de la salud y la vida de la clase trabajadora.

 

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