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Ucrania: la guerra se estacionó en Donbás

 

Por: Héctor Ramírez Cuéllar

 

A seis meses del inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, la guerra se ha concentrado básicamente en la región del Donbás, donde se ubican las repúblicas populares Donetsk y Lujansk.

Además, está la Península de Crimea y la Base de Sebastopol, en las cercanías del Mar Negro. La idea que se tenía originalmente de que los rusos pretendían tomar KIEV, la capital, y provocar la caída inmediata del gobierno de Zelenski, se ha abandonado por completo o probablemente jamás estuvo en los planes originales del Kremlin y ahora las hostilidades bélicas se suceden en las regiones del sur y sureste de ese país, indican claramente las verdaderas finalidades que tiene la incursión armada de Putin: tener asegurado el control y el dominio de las repúblicas populares, los puertos y por ende el acceso seguro de sus embarcaciones hacían el Mar de Azov y de ahí hacia el Mar Negro para después tener el paso libre hacia el Mediterráneo.

La guerra está impactada por la propaganda política, que impulsan, por un lado, los canales de televisión y los periódicos, controlados o influidos por los gobiernos de los Estados Unidos y los países europeos, y por el otro, los que siguen las orientaciones y las directrices de Rusia por lo que es necesario tomar con mucha cautela la información que se difunde todos los días y de la cual tenemos por lo menos dos versiones políticas absolutamente interesadas. A diferencia del pasado, en virtud del enorme desarrollo que han tenido los medios de comunicación de masas, la propaganda desempeña un papel muy importante a veces, quizá más que los hechos propiamente militares, en donde persiste la actitud de minimizar los acontecimientos cuando son adversos y maximizar oficialmente aquellos que son benéficos a la causa de los vencidos.

Por ejemplo, el gobierno de Ucrania acusa a Rusia de haber organizado los bombardeos en las zonas limítrofes de la estación nuclear de Zaporizia, la más grande de Europa, en la cual se puede provocar un grave accidente atómico, más grande y letal que el de Chernóbil y por el otro Rusia formula la misma acusación a Ucrania, en previsión de que pudiera surgir un hongo radiactivo que desde luego dañaría por lo menos a una amplísima región del continente europeo y ante esta grave eventualidad ninguno de los países desea asumir alguna responsabilidad.

Cada noticia importante es manipulada en función de los intereses que están en pugna y por, lo tanto, todos datos e informes deben ser asumidos con una total reserva. En este contexto de una clara tergiversación propagandística, el gobierno de Ucrania ha informado que se contabilizan 9 mil soldados muertos y que por parte de las tropas invasoras han sido abatidos 15 mil soldados, pero ninguna de las partes ha presentado una evaluación preliminar del número de los civiles que han sido heridos o muertos. Muchos menos se informan acerca del gran número de edificios de departamentos, escuelas, clínicas, hospitales, instalaciones civiles que han sido atacados por los aviones bombarderos y por los misiles y en este momento tampoco existe una valoración más menos documentada del número de medianas y de pequeñas poblaciones que han sido destruidas total o parcialmente.

Siendo Ucrania uno de los más grandes productores de granos del mundo y por supuesto un gran exportador, se han afectados cientos o miles de hectáreas, pero no se puede precisar todavía en qué medida o grado se afectará la producción el año próximo. En materia de ucranianos que han sido desplazados de sus domicilios y lugares de origen, se habla de 5 millones, de los cuales 2 millones han buscado refugio en los países vecinos, y se ha calculado con cierto rigor científico que los rusos controlan el 20 % del territorio de esa nación.

Al cumplirse los seis meses de la invasión, ninguna de las partes ha manifestado su deseo de sentarse en la mesa de las negociaciones, ya que gobierno de Ucrania está asumiendo una posición maximalista, la clásica actitud política de todo o nada, pues, exige que Rusia abandone los territorios de la región del Donbás, la Península de Crimea, el puerto de Sebastopol, que están manos de Rusia desde el año 2014, lo que representa una actitud inaceptable pues el gobierno de Putin jamás aceptaría una condición de ese tipo, ya que de hacerlo quedaría por completo aislada, cercada Rusia, por los países de la OTAN, ya que no tendría acceso a los que los especialistas llaman los mares calientes, vías de comunicación que son absolutamente indispensables para que siga adelante el desarrollo económico e industrial de esa nación y, por lo tanto, con esa esta actitud ultranacionalista, la guerra no terminaría en un plazo breve por lo que el gobierno de Zelenski debe asumir una actitud más racional y moderada, no olvidando que si su régimen se sostiene en pie de lucha es precisamente por la gran ayuda militar y económica que la han entregado los países capitalistas occidentales. Hoy mismo se anunció que el gobierno de los Estados Unidos le asignó 3.500 millones de dólares para seguir adquiriendo armas pesadas.

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