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La sobreoferta laboral en Quintana Roo como medio de explotación de la clase trabajadora

 

Por: Emiliano Zepeda

 

Recientemente la prensa en Quintana Roo ha dado a conocer que, en el estado, la sobreoferta laboral incrementó un 45% en el primer semestre del presente año 2022. Guadalupe Carmona, directora de la Asociación de Profesionales en Recursos Humanos, mencionó que el déficit de personal en las empresas va desde el 10% hasta un 30% en promedio, también explicó que, si bien hay muchas ferias de empleo, las empresas solo suelen contratar jóvenes y buscan brindar salarios más bajos incluso de los que había antes de la pandemia por COVID-19.

Ante este hecho, que supone una alarma para las empresas en el estado (mayormente empresas enfocadas a servicios como el turismo que es de lo que realmente depende Quintana Roo), ya que no logran tener su plantilla completa ante el aumento del turismo en la región, las mismas han manifestado mediante los distintos organismos empresariales, la intención de contratar mano de obra centroamericana. Sin embargo, en ningún momento se habló de aumentar los salarios de las vacantes disponibles para así atraer a más gente a laborar en este sector.

De entrada, resaltan 3 cuestiones a analizar:

1.- Salarios más bajos incluso que antes de la pandemia y a pesar de la sobreoferta laboral.

Siempre que sucede una crisis, la clase trabajadora se ve aún más precarizada. El ejemplo de la pandemia, misma que fue una agravante que impulsó más la crisis que de por sí ya se estaba gestando, lo confirma.

Tras la crisis económica que aún no ha terminado, el poder adquisitivo de los salarios se ha venido mermando, las prestaciones y derechos laborales han venido disminuyendo y los salarios ofrecidos por las empresas para las nuevas vacantes han venido disminuyendo nominalmente, lo que agrava aún más la disminución del poder adquisitivo del salario.

Ante un hecho en donde hay una sobreoferta laboral, donde las empresas tienen más vacantes disponibles que personas interesadas en ocuparlas, siguiendo el discurso liberal de que la ley de la oferta y la demanda es inviolable, que el mercado se autorregula y que los capitalistas no tienen ningún interés en contra de la clase trabajadora, podría pensarse que los capitalistas en Quintana Roo aumentarían los salarios de las vacantes para así lograr completar sus plantillas laborales, regular el mercado en el sector turístico y beneficiar también a los trabajadores. Sin embargo, ocurre todo lo contrario, los capitalistas del estado, a pesar de necesitar contratar lo antes posible ante el aumento del turismo, no han aumentado los salarios, ni se ha autorregulado el mercado ni se ha beneficiado a los trabajadores.

¿Por qué sucede esto? Marx decía que “los capitalistas, por mucho que se porten como falsos hermanos cuanto se hacen la competencia, constituyen una verdadera masonería frente al conjunto de la clase obrera”[1]. Para esto, los capitalistas usan todas las tácticas y estrategias posibles. Una de ellas es la formación de asociaciones o “cámaras patronales” cuya única función es coordinar en conjunto las acciones de los distintos empresarios de una región o sector con la finalidad de sortear determinadas situaciones y salir bien parados de ellas. Ejemplos de este tipo de asociaciones abundan, la más conocida en la región es el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

Lo que vemos en este caso es precisamente eso, los capitalistas, a través de estas asociaciones y/o cámaras patronales, se ponen de acuerdo para, a pesar de existir una sobreoferta laboral, no subir los salarios de las vacantes para no disminuir sus ganancias, incluso muchas centrales sindicales con líderes charros, que en lugar de defender a los trabajadores y exigir aumentos salariales, colaboran con los capitalistas para conseguir mano de obra que acepte sin rechistar los salarios paupérrimos que ofrecen, tal es el caso de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) cuyo caso ya dimos a conocer en un anterior artículo.

Todo esto nos lleva al siguiente punto a analizar.

2.- Las empresas buscan contratar de preferencia a jóvenes.

Derivado de la colaboración entre los distintos capitalistas, todos buscan contratar de preferencia a jóvenes. La excusa que se da a esto es que “se quieren captar nuevos talentos” o “dar oportunidades a los jóvenes”, pero en la realidad, lo hacen por el siguiente motivo.

La mayoría de la fuerza de trabajo juvenil carece de experiencia laboral, muchos apenas salen de las universidades y se introducen por primera vez en el mundo laboral. A los ojos de los capitalistas, esta falta de experiencia laboral implica que el valor de su fuerza de trabajo sea inferior a la media y, por ende, sean más susceptibles a una explotación y precarización más descarada por medio de la informalidad laboral, outsourcing, la llamada “flexibilidad” laboral, bajos salarios, falta de prestaciones y derechos, etc. Estas características de la juventud de clase trabajadora hacen que sean el blanco perfecto de la burguesía para precarizarlos y explotarlos aún más y así obtener mayores ganancias a costa de ellos. En pocas palabras, el contratar personal joven les garantiza a los capitalistas una mayor tasa de ganancias.

Sin embargo, la cosa no queda allí, ya que aún con todo esto, la sobreoferta laboral persiste, lo que nos lleva al tercer y último punto a analizar.

3.- Las empresas buscan contratar centroamericanos, mano de obra migrante.

Los comunistas no somos nacionalistas ni mucho menos chovinistas, somos internacionalistas, porque lo que sufre un trabajador en México es lo mismo que sufre un trabajador en cualquier país capitalista del mundo, la precarización y explotación a manos de la burguesía.

Por ende, no podemos dejar de lado esta cuestión, ya que nuestros hermanos de clase, la clase trabajadora centroamericana, que muchos de ellos buscan llegar a México o Estados Unidos, incluso de manera indocumentada en búsqueda de mejores oportunidades, será muchísimo más fácil de explotar por los capitalistas en Quintana Roo.

Si ya de por sí un trabajador local tiene problemas para defenderse de la explotación laboral en su propio país, un trabajador inmigrante lo tiene más complicado, ya que no suele conocer las leyes y derechos laborales en el país al que migró, las autoridades no prestan atención a este tipo de casos (sin hablar de la burocracia y negligencia característica de ellas) y si le sumamos la condición de indocumentado, la situación se agrava aún más, ya que un trabajador inmigrante, por su condición objetiva de estar en un país desconocido de manera indocumentada, es más probable que acepte trabajos rudos cuya remuneración no sea buena, cuyos derechos fundamentales sean violados y donde su fuerza de trabajo sea explotada aún más descaradamente en beneficio de la patronal. Pero aparte de estas condiciones objetivas, también existen condiciones subjetivas que hacen que un trabajador inmigrante sea también más propenso a ser explotado de peor manera, y es que, un trabajador migrante indocumentado, es muy poco probable que proteste ante las autoridades competentes para denunciar la terrible explotación de la cual es objeto sabiendo que es 100% seguro que lo identificarán como tal y lo deportarán al país del cual escapó, incluso muchas empresas se aprovechan de esto para chantajear a estos trabajadores amenazándoles de que, si protestan contra la empresa, se les informará a las autoridades para que los deporten (en general, esta situación de los trabajadores migrantes en México es la misma situación que padecen los trabajadores mexicanos en Estados Unidos).

Son precisamente estas cuestiones las que los capitalistas buscan utilizar para asegurar su plantilla con condiciones laborales precarias, porque saben que, por su condición de migrantes, muchos de ellos indocumentados, son más susceptibles a ser explotados en mayor medida.

En resumen, los capitalistas en Quintana Roo han colaborado en conjunto como la verdadera masonería que son, en palabras de Marx, no solo para mantener condiciones precarias de trabajo, sino también para buscar contratar de preferencia a jóvenes y trabajadores migrantes que, por lo anteriormente mencionado, serán fáciles de explotar y les asegurarán cuantiosas ganancias.

Ante esto, ¿qué podemos hacer? Los comunistas siempre hemos señalado que la unión de la clase trabajadora es vital, sin importar preferencias sexuales, edad, experiencia o condición de migrante documentado o indocumentado, al final todos nosotros somos la clase trabajadora explotada y precarizada por los capitalistas que se enriquecen a base de nuestro sufrimiento.

Una unión tal de trabajadores podría poner en jaque a los capitalistas, ya que por ejemplo, si con sólo un déficit de mano de obra que ronda entre el 10% y el 30% en el estado, la burguesía está desesperada por conseguir mano de obra para hacer funcionar su industria en óptimas condiciones, una unión de la clase trabajadora que presione para evitar una mayor explotación, una mayor precarización y una mayor violación a los derechos laborales fundamentales, podría provocar que, aunque se tenga toda la plantilla laboral en una empresa, con una sola protesta, movilización e inclusive una huelga que pare la producción, la burguesía se sienta aún más desesperada y esté dispuesta a hacer concesiones a los trabajadores.

Pero incluso, esta unión de la clase trabajadora podría no solo evitar una mayor explotación y precarización, sino también revertirla y no sólo a los nuevos, sino también a los antiguos trabajadores.

¿Por qué no luchar por un aumento salarial que permita una vida digna? ¿Por qué no luchar por más prestaciones y el cumplimiento de los derechos establecidos en la Ley Federal del Trabajo? O aún mejor, si se logra una unión de la clase trabajadora de todos los sectores económicos contra la patronal, ¿por qué no luchar por arrebatarles los medios de producción a los capitalistas y que sean los mismos trabajadores que producen la riqueza, quienes la vean reflejada en sus condiciones de vida? ¿Por qué no luchar contra la burguesía que se enriquece a costa de nuestra explotación, arrebatarles el poder y comenzar a construir una sociedad nueva en la que no haya lugar para parásitos que viven y se enriquecen a costa de nuestro trabajo y la riqueza que creamos? ¿Por qué no luchar para no solo hacerle jaque a la burguesía, sino directamente un jaque mate?

Si nosotros los trabajadores producimos la riqueza, debemos tener derecho a disponer de ella, pero para lograr eso es vital la unión de la clase trabajadora sin importar la nacionalidad. De ahí nuestro lema como comunistas: ¡Proletarios de todos los países, Uníos!

 

 

 

[1] El Capital – Libro III Tomo I. Capítulo X “Nivelación de la cuota general de ganancia por medio de la competencia. Precios de mercado y valores de mercado. Superganancia”. Página 257. Editorial AKAL.

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