Por: Héctor Ramírez Cuéllar

Las denuncias que presentara Marcelo Ebrard, relativas a las irregularidades que según su equipo de campaña se presentaron en el proceso interno de la elección de la candidatura presidencial de Morena y ahora expuestas ante el Tribunal Federal Electoral, no solo son importantes para los miembros de ese partido sino también para el resto de los partidos y los ciudadanos en términos generales, ya que si estos atropellos e imposiciones no se aclaran ni resuelven, entonces sin duda se repetirán en los comicios presidenciales del año 2024. Si los órganos electorales no actúan, no emiten su opinión jurídica a respecto, ello significa que se mantendrán en forma pasiva y contemplativa, como lo han hecho hasta hoy, frente al accidentado proceso electoral que se mantuvo en la ilegalidad desde el principio hasta el fin. Se estaría extendiendo una patente de impunidad total no solo al Presidente de la República, que funge como el principal operador de la campaña, sino a la dirección de Morena que manejarían las elecciones con absoluta libertad política, sin el temor de que pudiera sufrir alguna sanción política importante.

Las denuncias de Ebrard son relevantes y significativas porque parten del interior de Morena, de una personalidad burguesa sobresaliente en el seno del lópezobradorismo, porque están soportadas con pruebas documentales y porque hasta hoy Morena se mantiene en absoluto silencio por parte de sus órganos regulares. Con anterioridad ese tipo de anomalías las exhibían los partidos de oposición, es decir, quienes estaban al margen del partido gobernante pero ahora es un distinguido miembro de Morena quien lo hace. No se trata de acusaciones abstractas, como muchas que hemos conocido en el pasado, sino de imputaciones directas, fundamentadas en hechos, serias, desde el punto de vista legal y por lo tanto si no se atienden, estudian y resuelven se estaría sentado un grave precedente político que afectaría directamente a los comicios del año próximo.

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Para la dirección de Morena, las diferencias planteadas por Ebrard ya se finiquitaron y por lo tanto ya no deben revisarse: por el contrario, la doctora Sheiunbaum ya incorporó a su equipo de trabajo a Adán Augusto López y a Ricardo Monreal y se prepara para realizar otra gira por el territorio nacional. En el caso de Ebrard, lo siguen apoyando unos 38 diputados, 7 senadores, formó una estructura organizativa muy grande en el interior del partido gobernante sobre la cual descansa y también anunció un nuevo recorrido de trabajo con la finalidad de crear en las próximas semanas un Movimiento Progresista, tratando de repetir algunas de las experiencias del pasado no obstante que todas resultaron fallidas ya que no es lo mismo estar en el poder, disponer de muchos recursos económicos para financiar sus actividades, que no tener de estos dineros, sin los cuales es imposible pagar la propaganda mercantil, a los asesores y técnicos en esta materia que por cierto cobran sus emolumentos en dólares y la movilización de grandes sectores de la población.

Las denuncias de Marcelo Ebrard son los siguientes: la Secretaria de Bienestar, algunos gobernadores, distintos alcaldes, intervinieron directamente en el proceso, manchándolo desde un principio, la Comisión Nacional de Elecciones, que es un órgano interno de Morena, actuó en forma totalmente parcial, estableciendo una abierta colusión con esta dependencia del Poder ejecutivo, los denominados servidores de la nación, que son empleados públicos que se encargan del manejo y de las operaciones de los programas sociales, actuaron, desde luego obedeciendo instrucciones superiores, para influir en las decisiones de las personas encuestadas, hubo graves fallas en la cadena de transporte de los paquetes ya que algunos estaban violados, las empresas encuestadoras n o presentaron informes técnicos sobre los levantamientos realizados, sino que simplemente avalaron la encuesta oficial que hizo MORENA y que era la única que tenía valor, los resultados de la supuesta revisión de los paquetes y de las urnas jamás se dieron a conocer sino solo los datos cuantitativos generales últimos, dando como un hecho que la elección interna había sido perfectamente bien organizada, no se permitió a los representantes del grupo del ex canciller estar presente en la última etapa de revisión y por lo tanto no pudieron presentar sus impugnaciones.

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Se acompañan estos alegatos con informes particulares de algunos centros de votación, fotografías, notas de prensa ya que algunos de los involucrados, que estaban pagados por los gobernadores, han reconocido que operaron efectivamente, como los enviados por la gobernadora de Colima, Indira Vizcaíno, al estado de Jalisco.

En términos políticos, la elección de Sheiubaum fue realizada, en sus aspectos esenciales, por un dependencia del gobierno federal, la Secretaria de Bienestar, su personal directivo, sus delegados en los estados, sus empleados, por los gobernadores de los estados quienes pagaron a comisionados políticos a efecto de que, primero favorecieran las campañas, después impulsaran el levantamiento de la encuesta, visitaron los domicilios de los ciudadanos seleccionados, los cuales reforzaron y fortalecieron a los órganos internos de Morena para que se cumpliera con la finalidad política que ya se había tomado con anterioridad. Es conveniente recordar que esta colusión entre esa entidad de la administración pública, así como el respaldo proporcionado ostensiblemente por los gobernadores, 9 de ellos en total, fue denunciado por Monreal y por Fernández Noroña, durante las giras que realizaron, quienes ahora han callado ya que se les entregará un importante cargo político.

Esta combinación de esfuerzos y de acciones coordinadas demuestra que : existe una profunda relación de dependencia entre el gobierno, en todos los niveles y Morena, que carece esta ultima de autonomía política y que no está capacitada para realizar grandes acciones sino no cuenta con el apoyo económico y político de las dependencias federales y los gobernadores de los estados, que la colusión , especialmente, el levantamiento de la encuesta, en el marco de un plan, de un proyecto, no fue formulado por Morena sino por el Presidente quien lo presentó a los aspirantes a la candidatura presidencial y estos lo aceptaron, salvo algunos agregados que propuso Ebrard. Es decir, operó un gobierno-partido y no un partido-gobierno.