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Alumnos de nuevo ingreso en arqueología contra sistema de la UNICACH

 

 

Por: Célula Jesús Santrich. 

 

El pasado 1 de agosto del presente año en la licenciatura en arqueología perteneciente a la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, se llevó a cabo el reinicio semestral, donde se presentaría a los alumnos de nuevo ingreso, los cuales provienen de diferentes estados de la república y han llegado hasta Chiapas para cursar la carrera.

Sin embargo, los establecimientos de la escuela no estaban en óptimas condiciones, los alumnos presentaron quejas de los aires acondicionados, estos no funcionaban en su totalidad, así como de la falta de proyectores en las aulas y el nulo servicio de cafetería. 

Los alumnos habían llegado entusiasmados y con ganas de involucrarse en su carrera. Y el resto de la escuela iniciaba cotidianamente con el inicio del semestre, pero un hecho que dejó al descubierto los problemas de la universidad , es que en el mismo día del inicio de clases, los alumnos de nuevo ingreso se enteraron que la facultad de humanidades de la UNICACH quería cerrar el primer semestre, por el absurdo motivo de que no habían suficientes alumnos para abrir matrícula, a pesar que el alumnado ya había presentado examen y pagado la ficha para la licenciatura, así como trasladado desde su lugar de origen. Tiempo atrás ya había amenazas de cerrar la escuela y sin duda este intento de cerrar el curso responde a un notable interés de fondo, pues mientras los alumnos sin importar su condición económica y de accesibilidad tienen interés por preservar la carrera, los directivos y rectoría se mostraron prepotentes cuando los alumnos de primer semestre hicieron acto de presencia para defender su derecho al acceso a la educación.

Si ya la facultad de humanidades y la propia UNICACH sufre una crisis interna entre rectoría, directivos y administrativos llenos de segregaciones, abusos de poder, corrupción, no era extraño imaginarse que tarde o temprano quisieran aprovecharse de la situación vulnerable que tiene la escuela de arqueología y así beneficiarse con el cierre mandando a los alumnos a carreras que ellos no eligieron para comenzar el aniquilamiento de la licenciatura.

A pesar de la presión por parte de directivos, los alumnos se mantuvieron firmes en la defensa de su derecho a la educación. La respuesta de la facultad fue el enajenado argumento de que mantendrían abierto el semestre a cambio del compromiso de no salirse de la carrera, cuando bien sabemos que las condiciones materiales que ofrece el capitalismo, pueden orillar en cualquier momento a los jóvenes a abandonar sus estudios. Ante esta situación los estudiantes se mantienen alerta ante cualquier posible atropello orquestado por la universidad. 

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