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“Una ciudad para los trabajadores”. Segunda carta abierta a los trabajadores….

Segunda carta abierta a los trabajadores, los pueblos y barrios, la mujer y la juventud trabajadora de la Ciudad de México.


 

Estimados,
En la primera carta abierta que les presenté, hablé de la necesidad de conocer la alternativa de los comunistas para la ciudad, “Una ciudad para los trabajadores”.
Ahora me gustaría compartir el diagnóstico de distintas situaciones, en donde la esencia de la problemática se resume en que la Ciudad de México es de los empresarios, está a disposición de los monopolios y no de los trabajadores.
Prueba de esto es que la CDMX aporta el 15% del PIB del país, pero gran parte de su población vive en situaciones de precariedad, inseguridad, carencia de servicios como agua, alumbrado, pavimentación; la insuficiencia del transporte; falta de acceso a la vivienda; la centralización política, cultural, educativa y de servicios médicos, y una serie situaciones más que hacen pesada la vida diaria a la mayor parte de sus habitantes.
Este conjunto de problemáticas agrava los padecimientos derivados de los bajos salarios del país y la ciudad, pues mientras crece la economía de la CDMX (3.6% en 2022), en la ciudad existen gran cantidad de trabajadores informales con bajos salarios, ausencia de derechos laborales y de seguridad social.
La Ciudad de México no es de los trabajadores, es de los empresarios, y con esto nos referimos a la evidente apropiación de gran cantidad de edificios por parte de empresarios, como Carlos Slim que bajo el gobierno de López Obrador adquirió decenas de inmuebles. Además, los intereses empresariales son los que dictan la forma en que vivimos, los lugares, las condiciones y las posibilidades que tenemos de acceder, por ejemplo, la vivienda, salud y transporte.
Hasta ahora la capital del país crece y se transforma acorde a los proyectos de los monopolios de inmobiliarios y al movimiento del capital que invierte en ciertas ramas de industria, producción o servicios, que desplaza centros de trabajo y tipos de industria. De esta forma los monopolios imponen a los trabajadores determinadas condiciones de vida.
“Los comunistas proponemos un cambio radical, es decir, un cambio de raíz, que implica poner en manos de los trabajadores toda la riqueza que generan.”
Cuando los trabajadores que migraban del campo a la ciudad llegaron a establecerse en las zonas periféricas de la CDMX, para acceder a los corredores industriales y demás centros de trabajo décadas atrás, ni los empresarios ni los gobiernos que les beneficiaban, se interesaron por ellos. Fue la organización social de los barrios de trabajadores la que arrancó al gobierno los servicios, la urbanización y las condiciones dignas.
Sabemos que algunas figuras políticas de la Ciudad de México vienen de esos procesos de organización, pero al no tener una perspectiva de cambiar de raíz la vida de los trabajadores, han terminado integrándose a los gobiernos para seguir gestionando los intereses de los monopolios, esto mientras se dedican a maquillar la pobreza de las zonas marginadas con murales en las azoteas.

Por si te lo perdiste: “Primera carta abierta a los trabajadores…..

Las problemáticas que nos aquejan en la Ciudad de México no pueden ser resueltas atendiéndolas de forma aislada, enmendando superficialmente los síntomas, pero sin tocar el problema central. Los gobiernos de los distintos partidos que hasta ahora solo han beneficiado a los empresarios, aparentan atender las problemáticas de los trabajadores mientras que lo que hacen es decorar la pobreza con programas asistenciales.
Los comunistas proponemos un cambio radical, es decir, un cambio de raíz, que implica poner en manos de los trabajadores toda la riqueza que generan. Esto no es un proyecto utópico, sino algo posible que puede hacerse realidad poniendo a disposición de los la clase trabajadora la riqueza que genera y que hoy están secuestradas en por los monopolios.
¿Es racional que existan grandes empresas inmobiliarias que se enriquecen de construir viviendas que no son costeables para los trabajadores, y que al mismo tiempo existan miles de familias s  nn56ikopin casa que tienen que pagar rentas de lugares con espacio reducido? Nosotros creemos que no, pero la respuesta no es regular la especulación inmobiliaria, sino abolir la propiedad de las inmobiliarias que lucran con una necesidad básica.
Si estamos dispuestos a poner en manos de los trabajadores la riqueza de las inmobiliarias, se podría construir planificadamente vivienda digna, acorde a las necesidades de espacio y ubicación, y ya no acorde a los intereses del mercado inmobiliario o los beneficios de las empresas que sitúan los centros de trabajo en lugares distantes obligando a la población a hacer largos viajes, precarizando aún más la vida.
Para que la Ciudad de México pueda ser una ciudad para los trabajadores, no basta con regular, se tiene que abolir la gran propiedad sobre la vivienda. Actualmente hay trabajadores que viven aquí o que vienen de los municipios del Estado de México, y viajan dos horas o más de su casa al centro de trabajo, sin duda esta es otra forma de precariedad.
Una ciudad en favor de la clase obrera se organizaría para que los centros de trabajo estén conectados con las zonas de vivienda, estudio, servicios y recreación de los trabajadores.
Piensen ahora qué tan lógico es que exista una gran centralización de oficinas, centros de educación superior, espacios culturales, hospitales especializados y centros de investigación, en determinadas zonas de la Ciudad de México. Hasta ahora la lógica ha sido que los trabajadores de la periferia y demás lugares hagan largos viajes para llegar a donde requieren, a la Universidad, a un hospital para hacerse un estudio médico o para ser atendidos, a realizar un trámite, a un museo o evento cultural.
La centralización que se ha mantenido en la ciudad es posible revertirla si se planifica un desarrollo, y se utiliza la riqueza social para construir otras partes de la ciudad centros de trabajo, hospitales de tercer nivel, oficinas, centros de cultura, museos.
“Los comunistas proponemos la distribución de la población en el territorio enlazando la vivienda a centros de trabajo, servicios; además la distribución de la población en horarios de trabajo distintos”.
La gentrificación es una problemática que hemos denunciado los comunistas desde antes de que se usara esta categoría, hacíamos referencia a esto al hablar del despojo de los trabajadores, la pauperización que implica que no tengan acceso a los elementos esenciales para la vida.
La planificación de la ciudad así con la descentralización de servicios y centros de trabajo, permitiría resolver los problemas de transporte, de otra forma no es posible.
La reducción de la jornada de trabajo a 6 o menos horas, permitiría crear turnos distintos para distribuir los horarios en que la gente trabaja, eliminando la saturación en “horas pico”,
¿Es posible una reorganización tan radical de la ciudad? Es posible con la riqueza que producen los trabajadores que la habitan y transitan, aunque tienen pocos momentos para disfrutarla.
Si los monopolios tienen la posibilidad de crear polos de desarrollo, centros de trabajo, viviendas, ahora imaginen que la riqueza de los trabajadores hoy secuestrada por los mismos y los recursos del Estado, se pusiera en sus manos para resolver las problemáticas de vivienda, salud, descentralización, seguridad, servicios. Se podría hacer una ciudad que resuelva los problemas de los trabajadores.
“Para solucionar los grandes problemas que padecemos en la CDMX se requieren cambios radicales, pero camino a lograr estos cambios se requiere la organización política para resolver las carencias actuales de falta de agua, vivienda, seguridad, entre otras”.
Los comunistas proponemos la distribución de la población en el territorio enlazando la vivienda a centros de trabajo, servicios; además la distribución de la población en horarios de trabajo distintos.
Si los trabajadores, además de tener en sus manos la construcción de viviendas, tuvieran también el control de las empresas, se podría asegurar el pleno empleo, salarios que permitan una vida digna.
Para solucionar los grandes problemas que padecemos en la CDMX se requieren cambios radicales, pero camino a lograr estos cambios se requiere la organización política para resolver las carencias actuales de falta de agua, vivienda, seguridad, entre otras. La organización para resolver estos problemas y oponerse a los proyectos de los empresarios se debe realizar sabiendo que, mientras la ciudad no sea de los trabajadores, habrá límites a las mejoras que se puedan conseguir, y el gobierno estará de lado de los proyectos de los monopolios.
La organización social siempre será vista por los partidos políticos que administran la ciudad para los empresarios, como un botín político de votos con que legitiman su gobierno. Al elegir organizarse y luchar, debemos tener la mira puesta en cambiarlo todo.
Cambiarlo todo es la propuesta del Partido Comunista de México.
¡Por una Ciudad para los trabajadores!

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