Buscar por

Sobre la legítima protesta en Palacio Nacional.  Rumbo a los 10 años del caso Ayotzinapa

 

 

 

Por: Ángel Chávez Mancilla

 

  1. Lo que López Obrador le debe al movimiento por los 43 normalista de Ayotzinapa

 

López Obrados le debe al movimiento por los 43 normalistas de Ayotzinapa, el poder estar hoy en el gobierno.

Dentro de la sociedad capitalista la democracia es una fullería, pues son en realidad los monopolios los que deciden el tipo de gobierno que requieren para mantener la dictadura sobre los trabajadores, en ocasiones eligen en gobierno más reaccionario, y otras veces optan por usar la máscara del capitalismo humanizado y emprender políticas keynesianas.

La ilusión de que en la democracia de los países capitalistas los trabajadores elegimos a nuestros gobernantes, es evidente pensamos cómo fue que López Obrador llegó a la presidencia. Empecemos por decir que, considerando como izquierda a las fuerzas políticas anti capitalistas, López Obrador nunca representó un proyecto de izquierda, su propuesta política siempre ha sido darle continuidad al capitalismo, en este sentido solo guardaba diferencias de matíz frente al PRI y al PAN, parte de esta discrepancia era su oposición al “neoliberalismo”.

Pero ante los trabajadores el proyecto de López Obrador se presentaba como “el mal menor”, proponiendo regresar a la política del nacionalismo revolucionario del PRI que existía en las décadas previas al neoliberalismo, como si en ese entonces las cosas estuvieran sustancialmente mejor para los trabajadores de México.

Así pues, López Obrador representaba un proyecto capitalista con el que no coincidía la mayoría de los grupos monopolistas de México, quienes son los verdaderos electores dentro de la democracia burguesa. Esto se hizo evidente cuando en 2006 la burguesía decidió no entregarle la presidencia a López Obrador aún y cuando la votación le favoreció. Lo que llamamos la caída del sistema en “1988” y “fraude electoral del 2006”, es en realidad el funcionamiento común de la democracia burguesa, pues los verdaderos electores son los grandes empresarios.

¿Por qué en 2018 sí logró llegar a la presidencia López Obrador? Sin negar que López Obrador llegó a la presidencia con alrededor de 30 millones de votos, es necesario explicar que fue la burguesía la que lo eligió como presidente aún antes de las elecciones, veamos porqué:

La situación de pauperización, violencia y explotación que vivieron los trabajadores y pueblos durante los gobiernos del PAN y del PRI, el redoblamiento de las medidas anti obreras y populares que los gobiernos que buscaron hacer que los trabajadores cargáramos con las pérdidas de la crisis económica del 2008-9, generaron un alto nivel de descontento social que se reflejó en protesta el día de la toma de posesión presidencial de Peña Nieto en 2012.

La burguesía deseaba imponer más medidas anti obreras y anti populares por medio de una política represiva, por ejemplo, continuar con la reforma laboral, energética, educativa, y la militarización del país, y demás elementos incluidos en el llamado “Pacto por México”. El sexenio de Peña Nieto estuvo marcado por una constante movilización de distintos sectores de trabajadores, un breve recuento:

 

  1. Toma de posesión de Peña Nieto. Fuertes protestas en San Lázaro, con episodios opresivos en el centro de la Ciudad de México y lugares aledaños.

  2. Movimiento contra la Reforma educativa en septiembre del 2013, el campamento de la CNTE en el Zócalo y la represión de la llamada “la batalla por el zócalo”.

  3. En diciembre 2013 la CDMX tuvo manifestaciones de sectores estudiantiles y de trabajadores contra el aumento del costo del boleto del metro de $3 a $5.

  4. El caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014, que implicó una movilización masiva en todo el país, manifestaciones multitudinarias en el zócalo, la insumisión en Guerrero, donde se tomaron cabeceras municipales, y bajo la consigna de “Fue el Estado” se exigía la renuncia de Peña Nieto, llegando a generarse una “crisis en las alturas” que hizo tambalear el mantenimiento de Peña Nieto como presidente.

  5. En 2016 nuevamente los trabajadores de la educación agrupados en la CNTE impulsaron la lucha contra la reforma educativa, de forma más fuerte en Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Michoacán y se hizo una concentración de fuerzas en CDMX. Los episodios de represión no se hicieron esperar, como el caso del asesinato y brutal represión contra el poblado de Nochixtlán en Oaxaca.

  6. En enero del 2017 el aumento de los combustibles generó el estallido social contra el “gasolinazo”, en el que participaron miles de personas por todo el país usando las más distintas formas de protesta, la satisfacción inmediata de las necesidades básicas, tomando carreteras, gasolineras, bloqueando instalaciones de PEMEX, tomando universidades, recuperando víveres de almacenes, cadenas comerciales, protestas políticas en plazas, en el zócalo.

En resumen, el sexenio de Peña Nieto estuvo marcado por constantes protesta, producto en ultima instancia de la pauperización de la vida de los trabajadores, y esto generó una clara tendencia a la insumisión con una creciente participación de trabajadores por todo el país, también aumentaron los conflictos laborales y las protestas fueron cada vez más violentas.

El Estado mexicano estaba desprestigiado, era cuestionado y cada vez más parte de la población descubrió el verdadero carácter del Estado: el aparato garante de los intereses de los monopolios, y derivado de esto se función no como mediador entre las clases sociales, sino el actor de la represión, asesinato y desaparición de estudiantes, maestros, luchadores sociales y ambientales.

Hacia el final del gobierno de Peña Nieto fue evidente para los explotadores que, de continuar el camino de la represión para imponer sus reformas anti obreras y anti populares, se daría una escalada mayor de insumisión y por tanto se tendría que responder con una mayor represión, más cuando los trabajadores contaban ya con recientes experiencias de confrontación contra el los aparatos represivos del Estado.

Ante tal situación el conjunto de la burguesía como clase social debía decidió probar un camino distinto, así fue como los monopolios consensaron que se debía usar otro rostro para continuar con su dictadura sobre los trabajadores, el rostro del “capitalismo humanizado” que les permitiera recomponer su dominio sobre los trabajadores. Ahí es donde la figura de López Obrador cobró relevancia para los grandes empresarios, pues él podría ser la figura que permitiera a los monopolios seguir dominando y reducir las protestas sociales, dar estabilidad política al país.

Es decir, López Obrador llegó a la presidencia por interés de los monopolios, como el apaga fuegos de la explosividad social, como el desmovilizador de la insumisión. En este sentido López Obrador capitalizó el descontento social que se expresó bajo el gobierno de Peña Nieto, y con el apoyo popular que tenía entre los trabajadores los trabajadores que deseaban un cambio y que lo veían como el “mal menor”, al llegar a la presidencia López Obrador pudo recomponer la hegemonía de la burguesía, volver a darle legitimidad al Estado burgués.

Obrador fue la figura perfecta para la burguesía, pues permitiría volver a afirmar la ilusión de que en la democracia burguesa el pueblo es quien decide a sus gobernantes. No obstante, al programa de por sí reformista de López Obrador, los monopolios le solicitaron que lo ablandara aún más, que no tocara las concepciones ya entregadas en petróleo y minería, que no se metiera con el sistema bancario, y en general que no afectara a la burguesía como clase social.

Así pues, López Obrados le debe al movimiento por los 43 normalistas de Ayotzinapa, que fue el que más hondamente marcó a la sociedad mexicana durante el sexenio de Peña Nieto, el poder estar hoy en el gobierno. López Obrador sabía la relevancia de este caso, tanto así que fue uno de sus 100 compromiso “89. Investigar a fondo la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa; se conocerá la verdad y se castigará a los responsables”. Hoy es evidente que se está lejos de haberse cumplido ese compromiso, así que se puede decir que López Obrador utilizó al movimiento por los 43, para llegar al gobierno.

Los deseos de cambio del pueblo trabajador dieron su confianza al gobierno que hoy a seis años, hace evidente que está al servicio de los monopolios pues ha duplicado la fortuna de grandes empresarios mientras que no hay una mejora substancial en la vida de los trabajadores. Y respecto al caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa,  no pudo resolver el dar justicia, pues esto  implicaba tocar a mandos políticos y militares, cuestión a la que no está dispuesto.

El camino que ahora ha emprendido es el de deslegitimar las protestas de los normalistas y los padres de familia de los 43, hacer oídos sordos y desgastar una lucha que está por cumplir 10 años. La impunidad es lo único que este estado puede ofrecer para el caso de los 43.

Como hace 10 años, podemos decir, ¡Fue el Estado! Y es el mismo Estado que hoy tenemos, y que sirve a los monopolios, el Estado del que forman parte las fuerzas armadas antes y después del 2018 en que llegó a la presidencia López Obrador. El culpable de la desaparición de los 43 fue el Estado burgués que, bajo la forma de “democracia”, usó a López Obrador para desmovilizar a los trabajadores prometiendo algo imposible: humanizar al capitalismo y dar justicia a los oprimidos.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *