Buscar por

El imperialismo: una época de revolución social

Ángel Chávez
Responsable de la Comisión de Ideología del CC del PCM
Artículo publicado en El Machete, no.8, pp. 40-58.

El imperialismo es el preludio de la revolución social del proletariado. Esto ha sido confirmado, en una escala mundial desde 1917.    Lenin

 

Introducción

Ya son cien años de la publicación del folleto de Lenin, El imperialismo fase superior del capitalismo, texto cuyo conocimiento es obligatorio para los militantes comunistas que bajo la tesis “sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria” se forman en el marxismo-leninismo para trasformar la realidad.

El texto es en realidad un folleto en que Lenin busca sintetizar su colosal estudio, por lo que está acompañado del subtítulo Ensayo popular. Para aquellos que no han profundizado más en la obra de Lenin y menosprecian el mencionado folleto por supuestamente no contar con rigurosidad, deben enterarse que la realidad sigue demostrando la justeza del trabajo de Lenin. Detrás del folleto hay un estudio pormenorizado de la dinámica del capitalismo entre finales del siglo XIX e inicios del XX, la consulta de datos de cientos de artículos y libros, información económica de las principales potencias imperialistas y un debate con autores de gran talla como Hobson, Kautsky.[1] Por tanto, El imperialismo fase superior del capitalismo implicó además un gigante esfuerzo de síntesis para hacer accesible a las masas la aportación teórica de que el capitalismo ha llegado a una nueva fase.

El estudio de Lenin sobre el imperialismo es una aportación teórica al marxismo, pero en muchas ocasiones dado que no se ha estudiado de manera rigurosa la obra de Marx, es complicado alcanza a comprender cabalmente que “El leninismo es el marxismo de la época el imperialismo y las revoluciones proletarias”.[2]

Por tanto, el interés del presente artículo es poner en relación el estudio del imperialismo que elaboró Lenin con la obra de Marx, recuperando una categoría empleada por Marx que pese a ser parte central de la teoría del materialismo histórico no ha sido suficientemente trabajada y ha caído en el olvido: época de revolución social.[3] Se busca demostrar que Lenin era consciente de la implicación de esta categoría y la tuvo presente en la elaboración de su estudio sobre el imperialismo.  De manera secundaria, este texto también aportará argumentos para contrarrestar la tendencia a divorciar a Lenin de Marx que rechaza el marxismo-leninismo. Como se demostrará, Lenin es en realidad una fiel continuación de la teoría fundada por Marx y Engels, que demuestra la asimilación del materialismo histórico y dialéctico, a punto tal que presenta una contribución al marxismo al destacar las particularidades que caracterizan al capitalismo de nuestra época.

 

La afirmación del materialismo histórico

Aún antes del triunfo de la contrarrevolución en la URSS hacia la década de los 90, el movimiento comunista a nivel mundial ya padecía un debilitamiento ideológico que se expresaba en la renuncia a tesis centrales del marxismo leninismo como la dictadura del proletariado, el socialismo como una época de transición entre al comunismo, la importancia del Partido de nuevo tipo, de la centralidad de la clase obrera; y llegaba hasta a la renuncia de la lucha por el socialismo argumentando que sólo la lucha por las reformas podría traer beneficios a la clase obrera.

Detrás de estas posiciones políticas una de las carencias que se delataba era la de la aceptación y estudio del materialismo histórico y dialéctico en relación con la economía política. Esta tendencia se fue desarrollando desde los años 60, adquirido mayor fuerza a finales de los 70, cuando múltiples teóricos que habían pasado por las filas de Partidos Comunistas o por el estudio del marxismo se alejaban acusando un anquilosamiento de la teoría marxista. Así surgió la utilización del término “dia-mat”, para referirse despectivamente al materialismo histórico y el materialismo dialéctico, que era identificado como la teoría impuesta –durante la llamada época “staliniana”— en la URSS y a nivel mundial en los Partidos Comunistas, y que representó la instauración del dogmatismo.[4] Esto demuestra que la relación dialéctica entre teoría y práctica tiene momentos en que el reblandecimiento ideológico, afectado por condiciones materiales, repercute en la práctica política al permitir el surgimiento de posiciones políticas alejadas de las bases teóricas del marxismo-leninismo.

Quienes actualmente enarbolan la crítica al materialismo histórico y dialéctico son en su mayoría intelectuales que están alejados de la lucha revolucionaria y próximos a los programas políticos de la socialdemocracia o el oportunismo. Pero la relación entre la tergiversación de la teoría marxista y la reavivación de posiciones políticas no revolucionarias no es algo nuevo, al mismo fenómeno se enfrentó Lenin, y una de las huellas que nos quedan es el libro Quiénes son los “amigos del pueblo” y como luchan contra los socialdemócratas[5], en que presenta una defensa de la concepción materialista de la historia, es decir, del materialismo histórico[6].

En Quiénes son los amigos del pueblo… Lenin demuestra una profunda asimilación del estudio de El capital y del Prólogo a la contribución de la crítica de la economía política[7]. De ambos textos extrae las premisas de la concepción materialista de la historia, particularmente del Prólogo recupera una extensa cita, la misma que diversos textos sobre materialismo histórico es recuperada y es la siguiente:

El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica, se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. […]A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso, en la formación económica de la sociedad, el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal, y el moderno burgués.  Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción social de producción […][8]

Antes de pasar a abordar el concepto época de revolución social, hay que aclarar que reconocer la existencia de diversos modos de producción, que se sucedieron uno a otro mediados por una época de revolución social, no es afirmar un esquema teórico abstracto[9], no hay nada más alejado de la concepción de Marx que trocar el análisis concreto y científico por postulaciones filosóficas o mesiánicas[10] que aspiran a explicar el desarrollo general de la historia sin apelar a las leyes del materialismo histórico.[11]

 

Época de revolución social

Es relevante la cita anterior pues es la misma en que Marx presenta el concepto época de revolución social, y expone las características esenciales que determinan su surgimiento: la contradicción entre el grado de desarrollo alcanzado por fuerzas productivas y su no coincidencia con las relaciones de producción que han quedado a la zaga y han pasado a ser una traba de las fuerzas productivas. Analicemos detenidamente esta idea.

Las fuerzas productivas de un determinado modo de producción se desarrollan de manera constante hasta gestar las condiciones para la sustitución de dicho modo de producción. Este desarrollo de las fuerzas productivas implica cambios constantes en el modo de producción, pero que mantienen la esencia del mismo. Así, por ejemplo, el desarrollo del  odo de producción esclavista tuvo cambios que no le quitaron su esencia sino que afianzaron las relaciones de producción esclavistas y por algún tiempo desarrollaron las fuerzas productivas; piénsese en los cambios radicales que tuvo el esclavismo desde su fase insipiente en la Grecia del siglo V a.c., hasta su esplendor en la época del Imperio Romano.

De igual forma el capitalismo cursó por diversas fases de desarrollo, del insipiente capitalismo en su fase mercantil pasó a la fase manufacturara y posteriormente al capitalismo industrial. Estos cambios acentuaban la dinámica del modo de producción capitalista, hacían más efectivo su funcionamiento, expandían geográficamente sus fronteras y le consolidaban como el modo de producción global y dominante (pese a la pervivencia de resgosos de modos de producción anteriores), que tenía su correlato político en el acenso de la burguesía como clase dominante.

Así como la burguesía en algún momento fue revolucionaria ante las anquilosadas fuerzas del feudalismo, las relaciones de producción burguesas fueron revolucionarias ante las ya caducas relaciones de producción feudales. En los primeros siglos del capitalismo, las relaciones burguesas de producción lograron coadyuvar al desarrollo de las fuerzas productivas, y hasta la revolución industrial aún estas relaciones de producción respondían o eran marco de desarrollo para las fuerzas productivas surgidas del modo de producción capitalista.

Pero como menciona Marx en el Prólogo a la contribución…, hay un momento en que las fuerzas productivas se desarrollan de manera tal que las relaciones de producción se vuelven una traba para que continúe su desarrollo. Entonces se abre la época de revolución social, que es el periodo en que se da la sustitución de un modo de producción por otro en que las relaciones de producción correspondan al desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas. Este postulado de Marx se ha sintetizado en la llamada “ley de la tendencia a la concordancia entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción”.[12]

Marx desarrollará la teoría de la sustitución de un modo de producción por otro de manera temprana, aunque tendrá continuidad y se perfeccionará en su obra de madurez El Capital. Una obra en que se presenta ya esta tesis es El Manifiesto del Partido Comunista en que Marx y Engels mencionan:

Las relaciones burguesas de producción y de cambio, las relaciones burguesas de propiedad, toda esta sociedad burguesa moderna, que ha hecho surgir como por encanto tan potentes medios de producción y de cambio, se asemeja al mago que ya no es capaz de dominar las potencias infernales que ha desencadenado con sus conjuros. Desde hace algunas décadas, la historia de la industria y del comercio no es más que la historia de la rebelión de las fuerzas productivas modernas contra las actuales relaciones de producción, contra las relaciones de propiedad que condicionan la existencia de la burguesía y su dominación.[13]

En este extracto Marx y Engels advierten que dentro del capitalismo ya existe la contradicción entre fuerzas productivas y relaciones de producción, y explican que esto se demuestra en la existencia de las crisis que se presentan de manera cíclica y que llevan a la destrucción de fuerzas productivas ya creadas:

Las relaciones burguesas resultan demasiado estrechas para contener las riquezas creadas en su seno. ¿Cómo vence esta crisis la burguesía? De una parte, por la destrucción obligada de una masa de fuerzas productivas; de otra por la conquista de nuevos mercados y la explotación más intensa de los antiguos. ¿De qué modo lo hace pues? Preparando crisis más extensas y más violentas y disminuyendo los medios de prevenirlas.[14]

Tenemos pues que una vez que las relaciones de producción burguesas ya no corresponden al desarrollo de las fuerzas productivas surgidas del capitalismo, se han convertido en traba del desarrollo de las fuerzas productivas a grado tal que se genera la destrucción de las fuerzas productivas. La aparente salida es que la burguesía conquiste nuevos mercados e intensifique su explotación, es decir ampliar cuantitativa y cualitativamente la explotación. Al respecto Marx y Engels advierten que ésta es una falsa salida en cuanto que genera nuevas crisis más violentas que serán inevitables. Esta tesis es la misma que se encuentra en los Grundrisse donde Marx menciona que “la conservación de la vieja comunidad lleva consigo la destrucción de las condiciones sobre que descansa, se transforma en lo contrario”[15]

Entonces es evidente que ya desde la época en que Marx escribe se hacía presente, de manera incipiente, la contradicción entre las fuerzas productivas desarrolladas por el capitalismo y las relaciones sociales de producción burguesas; es decir, que ya arribaba la época de revolución social entre el capitalismo y el comunismo. Pero la aparición de dicha época de revolución social es justamente la que estudia Lenin cuando analiza la situación del capitalismo a finales del siglo XIX e inicios del XX.

La fase imperialista del capital es aquella en la que la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción entran en contradicción. Que Lenin es consciente de esto se puede rastrear en el capítulo X, “El lugar histórico del imperialismo” en que menciona: “Todo el mundo conoce hasta qué punto el capitalismo monopolista ha agudizada todas las contradicciones del capitalismo. Basta indicar la carestía de la vida y el yugo de los carteles. Esta agudización de las contradicciones es la fuerza motriz más potente del periodo histórico de transición iniciado con la victoria definitiva del capital financiero mundial”.[16]

Lenin reconoce que nos encontramos en un periodo histórico de transición, que bien se puede comprender como la época de revolución social que es el periodo del paso del capitalismo al comunismo. Otro indicio de esto es que Lenin caracteriza al imperialismo como: “capitalismo parasitario o en estado de descomposición”; “capitalismo de transición o, más propiamente, agonizante”.

 

De El Capital a El imperialismo…

La concepción materialista de la historia se encuentra a lo largo de toda la obra de Marx, desde sus obras tempranas como El Manifiesto… y La Ideología alemana. Pero la tesis de la sustitución de un modo de producción por otro, mediado por una época de revolución social,  se presenta también en su obra más desarrollada El Capital.[17] Lenin, profundo conocedor de la obra de Marx, además de haber asimilado el Prólogo… y El Manifiesto, asimiló El Capital, y es justo en éste donde encontró de manera más desarrollada que en los otros dos textos las determinantes que tenía que estudiar para comprender la situación del capitalismo de su tiempo y los fenómenos que apuntaban a la destrucción del capitalismo acorde a la ley de la tendencia a la concordancia entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción.

Es en el Capítulo XXIV de El Capital “La llamada acumulación originaria” en que Marx expone una vez más la tesis de la sustitución del capitalismo por el socialismo debido a que las relaciones de producción ya no responden al desarrollo de las fuerzas productivas. En el texto menciona que una vez que se ha desarrollado el capitalismo que implicó la expropiación de los propietarios privados y el divorcio entre el trabajador y sus medios de producción, “La expropiación de los propietarios privados, cobra una forma nueva. Ahora, ya o se trata de expropiar al trabajador independiente, sino de expropiar al capitalista explotador de numerosos trabajadores.”[18]

Adelante se menciona:

[…] esta expropiación la lleva a cabo el juego de las leyes inmanentes de la propia producción capitalista, la centralización de los capitales. Cada capital desplaza a otros muchos. Paralelamente con esta centralización del capital o expropiación de muchos capitalistas por unos pocos se desarrolla en una escala cada vez mayor la forma cooperativa del proceso de trabajo, la aplicación técnica consciente de la ciencia, la explotación sistemática y organizada de la tierra, la trasformación de los medios de trabajo utilizables solo colectivamente, la economía de todos los medios de producción al ser empleados como medios de producción de un trabajo combinado, social, la absorción de todos los países por la red del mercado mundial y, como consecuencia de esto, el carácter internacional del régimen capitalista. Conforme disminuye progresivamente el número de magnates capitalistas que usurpan y monopolizan este proceso de transformación, crece la masa de miseria, de la opresión, del esclavizamiento, de la degeneración, de la explotación; pero crece también la rebeldía de la clase obrera, cada vez más numerosa y más disciplinada, más unida y más organizada por el mecanismo del mismo proceso capitalista de producción. El monopolio del capital se convierte en grillete del régimen de producción que ha crecido con él y bajo él. La centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo llegan a un punto en que se hacen incompatibles con su envoltura capitalista. Éstas saltan hechas añicos. Ha sonado la hora final de la propiedad privada capitalista. Los expropiadores son expropiados.[19]

En este texto Marx condensa múltiples premisas, resumámoslas: centralización de los capitales que lleva a la expropiación de muchos capitalistas por unos pocos (disminuye el número de magnates capitalistas); desarrollo de la forma cooperativa del proceso de trabajo (medios de trabajo utilizables sólo colectivamente)  o socialización del trabajo; absorción de todos los países por la red del mercado mundial (como consecuencia de esto el carácter internacional del régimen capitalista); crecimiento de la miseria y la explotación; el monopolio del capital como grillete de la producción; la contradicción entre la centralización de medios de producción y la socialización del trabajo.

Pongamos atención estas premisas, pues no otra cosa hace Lenin en su estudio de El imperialismo fase superior del capitalismo, sino desarrollarlas. Por ejemplo Lenin, en el capítulo I del mencionado libro titulado “La concentración de la producción y los monopolios”, demuestra que se ha desarrollado la concentración de la producción de manera tal que, para su tiempo en Estados Unidos: “¡Casi la mitad de la producción global de todas las empresas del país está en las manos de la centésima parte del número total de las empresas!”[20] Este fenómeno Marx lo indica advirtiendo la expropiación de muchos capitalistas por unos pocos, fenómeno que, destaca Lenin, pasa a ser central en el capitalismo y es el monopolio. El engendramiento del monopolio por la concentración de la producción, dice Lenin, “es una ley general y fundamental de la fase actual de desarrollo del capitalismo.

Lenin también demuestra que los grandes monopolios agrupan cada vez más ramas industriales por medio de “la llamada combinación, o sea la reunión, en una sola empresa, de distintas ramas de la industria que representan en sí o bien fase sucesivas de la elaboración de una materia prima (por ejemplo, la fundición del mineral del hierro, la transformación del hierro en acero y, en ciertos casos la elaboración de tales o cuales productos de acero)…”[21]. Este fenómeno Marx lo anuncia al hablar de la centralización de los medios de producción.

Otra aportación de Lenin es exponer el nuevo papel de los bancos dentro de la fase imperialista, en los cuales también se da la eliminación de los pequeños bancos por los más grandes que los absorben. Descubre que al llevar las cuentas de capitalistas dispersos hace más que una operación puramente técnica, sino que “intensifican y aceleran enormemente el proceso de concentración del capital y de constitución de monopolios”[22]. Además, la fusión del capital bancario con el capital industrial da paso al capital financiero.

A propósito de la tesis de Marx respecto al carácter internacional que adquiere el régimen capitalista por la absorción de todos los países en el mercado mundial, también es sencillo apreciar de qué manera Lenin estudia este fenómeno en desarrollo, baste revisar el capítulo IV de El imperialismo… titulado “La exportación de capital”. La exportación de capital que impera en el capitalismo monopolista desplazando a la exportación de mercancías, implica un avance cuantitativo y cualitativo en la internacional del capital, pues al exportar capital se desarrollan de manera más acelerada las fuerzas productivas y las relaciones de producción, aún con la existencia del desarrollo desigual. Aunque el desarrollo del capitalismo a nivel mundial es una tendencia desde su desarrollo, en el imperialismo este fenómeno alcanzó un nuevo nivel. Además de la exportación de capital, otras de las dinámicas que adquiere el capital al desarrollarse la red del marcado mundial son el reparto del mundo entre las asociaciones de capitalistas y el reparto del mundo entre las grandes potencias.[23]

Marx alcanza a descifrar la senda del desarrollo del capitalismo advirtiendo las características que le llevarán a su fase última, “La centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo llegan a un punto en que se hacen incompatibles con su envoltura capitalista. Ésta salta hecha añicos. Ha sonado la hora final de la propiedad privada capitalista. Los expropiadores son expropiados.”[24]

Respecto a la contradicción entre la centralización de medios de producción y la socialización del trabajo que es posible destacar del fragmento citado de El capital, podemos decir que también esta idea es retomada por Lenin. El fragmento del capital al que nos referimos es el final del capítulo sobre la acumulación originaria que dice: La centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo llegan a un punto en que se hacen incompatibles con su envoltura capitalista. Éstas saltan hechas añicos.[25]

La centralización de los medios de producción a la que se refiere Marx Lenin la expone como el fenómeno que lleva al surgimiento del monopolio, es decir es consciente de este fenómeno y lo toma como el rasgo más importante dentro de la fase imperialista del capital al decir que el imperialismo es el dominio de los monopolios, y que estos surgen como consecuencia de la concentración de la producción.[26]

Ahora la segunda parte. Lenin capta el fenómeno que Marx menciona, respecto a la socialización de la producción o del trabajo, y menciona: “El capitalismo, en su fase imperialista conduce de lleno a la socialización de la producción en sus más variados aspectos; arrastra, por decirlo así, a pesar de su voluntad y conciencia, a los capitalistas a un cierto nuevo régimen social, de transición entre la plena libertad de concurrencia y la socialización completa.”[27] La socialización de la producción está ligado a lo que Lenin llama el paso de los capitalistas dispersos a un capitalista colectivo, es decir, surge dentro del mismo capital la socialización de la producción, el capital privado conlleva la socialización.

Un ejemplo más claro de la socialización de la producción la expone de la siguiente forma:

Cuando una gran empresa se convierte en gigantesca y organiza sistemáticamente, sobre la base de un cálculo exacto de múltiples datos, el abastecimiento en la proporción de los 2/3 o de los ¾ de la materia prima de todo lo necesario para una población de varias decenas de millones; cuando se organiza sistemáticamente el trasporte de dichas materias primas a los puntos de producción más cómodos, que se hallan a veces a una distancia de centenares y de miles de kilómetros uno de otro; cuando desde un centro se dirige la elaboración del material en todas sus diversas fases hasta la obtención de una serie de productos diversos terminados; cuando la distribución de dichos productos se efectúa según un solo plan entre decenas y centenares de millones de consumidores… aparece entonces que nos hallamos ante una socialización de la producción y no ante un simple “entrelazamiento”…[28]

La contradicción entre socialización del trabajo y la centralización de la producción que menciona Marx, Lenin la estudia en su fase desarrollada dentro del imperialismo y menciona: “La producción pasa a ser social, pero la apropiación continúa siendo privada. Los medios sociales de producción siguen siendo propiedad privada de un número reducido de individuos”.[29]

Respecto a la envoltura capitalista a la que se refiere Marx que salta hecha añicos, que son las relaciones sociales de producción existentes en el capitalismo, Lenin casi de manera similar describe el fenómeno al decir “…aparece entonces con evidencia que nos hallamos ante una socialización de la producción y no ante un simple “entrelazamiento”; que las relaciones de economía y propiedad privada constituyen una envoltura que no corresponde ya al contenido.”[30]

En otras palabras, es evidente que Lenin recupera la teoría marxista de la época de revolución social, y la ley de la tendencia a la concordancia entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, lo que le lleva a considerar al imperialismo como la fase del capitalismo que marca el inicio de la época de revolución social transitoria a una formación social superior. Esto se comprueba en que afirma: “Se comprende la razón de que el imperialismo sea un capitalismo agonizante, en transición hacia el socialismo; el monopolio, que nace del capitalismo, es ya su agonía, el comienzo de su tránsito al socialismo.”[31]

¿Pero es posible que el capitalismo se salve de su agonía? Habíamos mencionado en El manifiesto del Partido Comunista, en los Grundrisse y en El Capital Marx destaca que el intento de salvar el viejo régimen de producción hace que se profundice su crisis. Esta idea también se encuentra en la obra de Lenin El Imperialismo…, en la cual afirma que: “Las crisis –las crisis de toda clase, sobre todo las crisis económicas, pero no sólo éstas— aumentan a su vez en proporciones enormes la tendencia a la concentración y al monopolio”[32].

Entonces ni  para para Marx ni para Lenin es posible que el capitalismo se salve de su agonía; la transición el socialismo es una necesidad histórica social. Por tanto, en el marxismo-leninismo se hace presente la tesis de Marx según la cual: “la conservación de la vieja comunidad lleva consigo la destrucción de las condiciones sobre que descansa, se transforma en lo contrario”[33].

Con todos estos ejemplos se demuestra que contrario a la idea que ha difundido la burguesía sobre el marxismo-leninismo como una teoría dogmática que fomenta el anquilosamiento del “marxismo puro”, e impide que la teoría marxista responda a los nuevos fenómenos sociales que surgen por el desarrollo del capitalismo, el leninismo es la teoría marxista de la época del imperialismo tal como señala Stalin.

Marx vislumbró qué contradicciones llevarían al capitalismo a su destrucción, y el análisis concreto del fenómeno en su desarrollo lo brinda Lenin en El imperialismo fase superior del capitalismo en que estudia la realidad concreta del capitalismo en las últimas décadas del siglo XIX y los primeros años del siglo XX en que el imperialismo se muestra en su desarrollo.[34] Es decir, Lenin detalla el modo en que el capitalismo ha llegado a su fase de descomposición que al mismo tiempo marca el inicio de la época de revolución social, mostrándose así como un auténtico continuador de la teoría marxista.

 

La época de revolución social y las revoluciones proletarias

La contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción está acompañada de otras contradicciones que son mediaciones para el establecimiento de la concordancia entre las relaciones sociales de producción y el desarrollo de las fuerzas productivas. Al respecto Marx y Engels en La ideología alemana establecían que:

Esta contradicción entre las fuerzas productivas y las formas de intercambio, que, como veíamos, se ha producido ya repetidas veces en la historia anterior, más sin llegar a poner en peligro la base de la misma, tenía que traducirse necesariamente, cada vez que esto ocurría, en una revolución, pero adoptando al mismo tiempo diversas formas accesorias, como una totalidad de colisiones, colisiones entre diversas clases, contradicción de la conciencia, lucha de ideas, etc. lucha política, etc.[35]

Es decir, en la época del imperialismo, actual época de revolución social en que vivimos, el desarrollo de las contradicciones que menciona Marx y Engels generan el cambio en distintos aspectos de la sociedad.[36] Así pues, el conocimiento dichas contradicciones es necesario, en especial la lucha de clases a la que declaran motor de la historia, para la transformación del caduco modo de producción y la instauración del nuevo.

De igual manera, la teoría leninista insiste en que no basta con la existencia de la contradicción estructural (fuerzas productivas/relaciones de producción) para la desaparición del capitalismo y recalca la importancia de las contradicciones de clase y la labor comunista para potenciar y guiar la lucha de clases. Esto Lenin lo expresa al hablar de factores objetivos y subjetivos para una revolución social, dejando los subjetivos en manos de los comunistas cuya labor que implica la organización y preparación de la clase obrera para la revolución y toma del poder.

Dentro del imperialismo la agudización de la lucha de clases entre burgueses y proletarios se expresa en el surgimiento de las revoluciones proletarias. Estas revoluciones son necesarias para el surgimiento del nuevo modo de producción, para empezar porque el capitalismo aunque se encuentra en su fase de descomposición no se derrumbará, sino que debe ser derrocado; luego, porque por medio de éstas la clase obrera toma el poder del Estado y ejerce la dictadura del proletariado, con la cual genera la supresión de la burguesía y las relaciones burguesas de producción para la creación de unas nuevas que estén en concordancia con el desarrollo de las fuerzas productivas, es decir, las relaciones de producción socialistas.

Es decir, la lucha de clases y las revoluciones proletarias son mediaciones imprescindibles para el ajuste entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. La primera de estas revoluciones fue la de octubre de 1917, con la cual se abre el ciclo de revoluciones proletarias y cuyo triunfo de paso a la primera experiencia de construcción socialista dentro de la actual época de revolución social.

Dentro de la lucha de clases Lenin contempla no solo la lucha política contra elementos burgueses, sino también contra posiciones políticas oportunistas que se hacen pasar por revolucionarias. A tal lucha le asigna una gran importancia pues de ésta depende que se dé la destrucción del capitalismo o que se retrase la transformación revolucionaria extendiéndose la agonía del que significa el imperialismo. Esto es visible en la siguiente cita:

… las relaciones de economía y propiedad privada constituyen una envoltura que no corresponde ya al contenido, que debe inevitablemente descomponerse si se aplaza artificialmente su supresión, que puede permanecer en un estado de descomposición durante un periodo relativamente largo (en el peor de los casos, si la curación del tumor oportunista se prolonga), pero que, sin embargo será ineluctablemente suprimida.[37]

No se debe confundir una revolución política social con la época de revolución social. Hablar de época de revolución social implica un periodo de tiempo relativamente largo, en el cuál se han de dar distintas revoluciones político-sociales[38], que en nuestra época adquieren la característica de ser revoluciones proletarias. Por esto mismo no se puede deducir de triunfo de la contrarrevolución que hizo desapareciera la URSS, que es inviable el socialismo. Esto es sólo un retroceso parcial dentro de la época de revolución social en que vivimos.

Del proceso de construcción socialista de la URSS hemos obtenido enseñanzas, de las cuales una de carácter político es que la violencia revolucionaria no debe ser usada sólo para la toma del poder, sino que se debe seguir ejerciendo durante la dictadura del proletariado, pues en las épocas de transición las contradicciones se agudizan. Es decir, la lucha de lo viejo contra lo nuevo se hace más violenta cuanto más avanza la instauración de lo nuevo. Al respecto recordemos la tesis de Stalin sobre la agudización de la lucha de clases durante el socialismo y la existencia de la dictadura del proletariado.[39]

 

Conclusiones

A lo largo del texto hemos podido apreciar la forma en que Lenin retoma la teoría marxista para desarrollar en El Imperialismo fase superior del capitalismo la demostración de que el imperialismo es la fase última del capitalismo en medida que las fuerzas productivas desarrolladas en él ya no son compatibles con las relaciones burguesas de producción y se abre la época de revolución social que media entre el capitalismo y el socialismo-comunismo.

Así como la fase imperialista del capitalismo inaugura la época de revolución social, la Gran Revolución Socialista de Octubre, como la primera dentro de dicha época, inaugura el ciclo de revoluciones proletarias. El triunfo de la contra-revolución en la URSS es en realidad la derrota de una experiencia de construcción socialista y no la derrota del socialismo, es un retroceso en la implementación de las nuevas relaciones sociales de producción, fenómeno que se presentó en el proceso de consolidación de los pasados modos de producción; por tanto, no demuestra la inviabilidad del socialismo.

Es necesario conocer el funcionamiento concreto de la dinámica imperialista, no sólo porque comprueba que estamos ante el capitalismo en descomposición, sino también para la práctica política, pues conocer las contradicciones interimperialistas permitirá al movimiento comunista aprovecharlas para el avance del socialismo, tal como hicieron los bolcheviques. El estudio de la experiencia de construcción socialista en la URSS es necesario en medida que arrojará enseñanzas para las futuras revoluciones proletarias, la construcción del socialismo y la implementación de las nuevas relaciones de producción (como son la planificación económica, la desaparición del mercado, la socialización de la producción, etc.).

En otras palabras, camaradas, vivimos en la época del imperialismo y las revoluciones proletarias, y para los Partidos comunistas es necesario el estudio de la dinámica del imperialismo y la asimilación de la experiencia dela construcción socialista durante el siglo XX, esto para poder ejercer nuestra tarea de motores del cambio revolucionario.

 

 

Bibliografía

Lenin. El imperialismo fase superior del capitalismo. Pekín, Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1975.

Lenin. El imperialismo y los imperialistas. Moscú, Progreso, s/f.

Lenin. Quiénes son los “amigos del pueblo” y cómo luchan contra los socialdemócratas. Pekín, Ediciones de Lenguas Extranjeras, 1978.

Marx, Carlos y Engels, Federico. La ideología alemana. Traducción de Wenceslao Roces, México, Ediciones de Cultura Popular, 1977.

Marx y Engels, Obras escogidas. Moscú, Editorial Progreso, S/F.

Marx y Engels. Manifiesto del Partido Comunista. Moscú, Progreso, S/F.

Marx, Carlos. Grundrisse. Lineamientos para la crítica de la economía política 1857-1858. Traducción de Wenceslao Roces. México, Fondo de Cultura Económica, 1985. Tomo I.

Marx. El Capital. Crítica de la economía política. Traducción de Wenceslao Roces. México, Fondo de Cultura Económica, 1975. Tomo. I

José Stalin. Cuestiones del Leninismo. Pekín, Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1977.

[1] Esto se puede apreciar los llamados Cuadernos del imperialista, que recogen algunos de los materiales consultados y apuntados por Lenin, y su elaboración teórica.

[2] José, Stalin. Los fundamentos del Leninismo. Pekín, Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1977. p. 3

[3] El único trabajo que conozco está destinado a trabajar de manera específica la categoría “época de revolución social” es el de Ernesto Schettino Maimone, “El sentido teórico del concepto época de revolución social”, texto inédito que el autor me permitió conocer y que estimuló mi interés en el tema. En dicho texto se exponen características generales de las épocas de revolución social y se esbozan elementos para el estudio de las pasadas épocas de revolución social; estos dos temas no serán tratados aquí.

[4] Gabriel Vargas Lozano, por ejemplo, concibe al dia-mat como una de las cuatro grandes corrientes filosóficas del marxismo (las otras son la filosofía de la praxis, la epistemológica y la concepción humanista) y menciona que “El dia-mat surgió, como concepción filosófica única, durante el periodo ‘stalinista’” vid. Gabriel Vargas Lozano, “Los sentidos de la filosofía de la praxis” en Gabriel Vargas lozano editor. En torno a la obra de Adolfo Sánchez Vázquez. México, FFyL- UNAM, 1995.  p. 269. En el mismo sentido Néstor Kohan menciona que Roger Garaudy “criticaba explícitamente el “dogmatismo” –eufemismo para referirse al stalinismo- desde el humanismo marxista” vid. Néstor Kohan. Marx en su (tercer) mundo. Hacia un socialismo no colonizado. Buenos Aires, Biblos, 1998.  p. 49  y en general el capítulo “La consolidación del dia-mat y la batalla de los manuales”; de Adolfo Sánchez Vázquez Filosofía dela Praxis. México, Siglo XXI, 2003. p. 62, en que se refiere al dia-mat como versión stalinista del marxismo contrapuesta a filosofía de la praxis.

[5] Lenin. Quiénes son los “amigos del pueblo” y cómo luchan contra los socialdemócratas. Pekín, Ediciones de Lenguas Extranjeras, 1978. El libro fue preparado por Lenin desde 1892 y escrito en 1894. La obra fue editada por partes, de las cuales únicamente se cuanta con la primera y la tercera parte.

[6] Lenin. Quiénes son los amigos del pueblo… “desde la aparición de El capital, la concepción materialista de la historia no es ya una hipótesis, sino una tesis científicamente demostrada” o “El materialismo no es ‘una concepción preferentemente científica de la historia’, como lo cree el señor Mijailovski, sino la única concepción científica de la historia” p. 19.

[7] Pp. 13-14.

[8] Marx “Prólogo a la contribución de la crítica de la economía política”, en Marx y Engels, Obras escogidas. Moscú, Editorial Progreso, S/F. p.183. La misma idea sostienen Marx y Engels en La ideología alemana. Traducción de Wenceslao Roces, México, Ediciones de Cultura Popular, 1977. p. 83-86. De hecho esa parte de la Ideología alemana se puede considerar borrador del prólogo a la contribución, recordemos que en dicho prólogo Marx y Engels mencionan la escritura de La ideología alemana como un texto que le sirvió a él y a Engels para aclarar sus ideas, y que no fue publicado sino dejada a la crítica de los ratones.

[9] En Quiénes son los amigos del pueblo… Lenin responde a las siguientes acusación del señor Mijailovski: que los marxistas “creen y profesan fe en la inmutabilidad del esquema histórico abstracto” y que “en virtud de las leyes inmanentes de la necesidad histórica” pueden predecir el desarrollo del capitalismo en Rusia, la proletarización del campesino y luego la socialización de los medios de producción. Ante tales acusaciones Lenin responde “Ningún marxista ha visto jamás en la teoría de Marx una especia de esquema filosófico histórico obligatorio para todos, algo más que la explicación de determina formación económicosocial. […] Jamás marxista alguno basó sus concepciones socialdemócratas en algo que no fuera la conformidad de la teoría con la realidad y con la historia de determinadas relaciones económicosociales, esto es, de las relaciones rusas. Y no podía proceder de otro modo porque el propio fundador del “marxismo”, Marx, lo exige de la teoría y lo declara con toda precisión y nitidez, haciendo de esa exigencia la piedra angular de toda su doctrina.” p. 83-84.

[10] Esto incluye las producciones de autores como Ernest Bloch en Principio de esperanza, a Walter Benjamín en sus Tesis sobre la historia. vid. La mirada del Ángel. En torno a las Tesis sobre la historia de Walter Benjamín. México, UNAM-ERA, 2005. Otros autores ven en la concepción materialista de la historia la formulación de una filosofa de la historia (o “meta relato”), en ocasiones argumentando un predominio del hegelianismo en la obra de Marx

[11] La errónea idea de que Marx elaboró una filosofía de la historia posee una fuerza tal que además de autores que se reivindican dentro del marxismo, autores no marxistas retoman esta idea para analizar y criticar al marxismo. Por ejemplo, Hayden White sostiene que Marx postulaba una filosofía de la historia y lo sitúa en la tercera parte de su libro denominada “El repudio del ‘realismo’ en la filosofía de la historia de fines del siglo IX” (vid. Meta historia. La imaginación histórica en la Europa del siglo XIX. México, FCE, 2010 p. 263-315); de igual forma Keith Jenkins (¿Por qué la historia?, México, FCE, 2006 p. 214-215) sostienen que el Marxismo es una filosofía de la historia. Autores de mayor capacidad, aunque igualmente reaccionarios, como Karl Popper sostienen que es imposible la predicción del desarrollo histórico, lo que es contrario al marxismo que dicha predicción no es producto de la especulación sino de un análisis científico vid. Miseria del historicismo. Ya sea negando la calidad de ciencia de la historia (y por tanto su capacidad de predicción), afirmando que la concepción materialista de la historia es filosofía o especulación,  o afirmando que la historia ha llegado a su fin, como hizo Fukuyama, la aspiración ideológica de la burguesía es una misma: invalidar la tesis de que el sistema capitalista ya está caduco y que su sustitución por el socialismo es inevitable.

[12] También se le conoce como “La ley de la obligada correspondencia de las relaciones de producción con el carácter de las fuerzas productivas”. Konstantinov, El materialismo histórico. Traducción de Wenceslao Roces y Adolfo Sánchez Vázquez. México, Grijalbo, 1956. p. 60.

[13] Marx y Engels. Manifiesto del Partido Comunista. Moscú, Progreso, S/F. p. 36.

[14] Ibíd. p.37. El subrayado es mío.

[15] Marx, Carlos. Grundrisse. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política 1857-1858. Traducción de Wenceslao Roces. México, Fondo de Cultura Económica, 1985. p. 351.

[16] Lenin. El imperialismo fase superior del capitalismo. Pekín, Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1975. p.160. el subrayado es mío.

[17] Marx. El Capital. Crítica de la economía política. Traducción de Wenceslao Roces. México, Fondo de Cultura Económica, 1975. p. 649.

[18] Ibíd. p. 648.

[19] Ibíd. p.648-649.

[20] Lenin. El imperialismo… p. 14.

[21] Ibíd. p. 15.

[22]Ibíd. p. 42.

[23] Vid. Cap. V. “El reparto del mundo entre las asociaciones de capitalistas” y VI “El reparto del mundo entre las grandes potencias” respectivamente. Aquí no hay que olvidar que Lenin destaca la existencia de las pugnas interimperialistas, descartando la teoría del “ultra imperialismo” de Kautsky según la cual podía llegar un momento en que las potencias imperialistas a nivel mundial establecerían relaciones pacíficas enlazadas en un gran trust mundial.

[24] Carlos, Marx. El Capital… p. 648-649.

[25] Ibíd. p. 649.

[26] La concentración y centralización de la producción son fenómenos que están unidos.

[27] Lenin. El imperialismo… p. 26.

[28] Ibíd. p. 164. El subrayado es mío. Consideremos que estas capacidades de la organización de la producción y distribución de mercancías han aumentado sobre manera en las últimas décadas, por lo que se reafirma la tendencia a la socialización de la producción. Lenin menciona que el “entrelazamiento” era la palabra con que los economistas burgueses de su tiempo se referían al fenómeno de la socavación de la producción, es decir, esto es un fenómeno objetivo cuya existencia los economistas burgueses no podían dejar de notar.

[29] Ibíd. p. 26.

[30] Ibíd. p.164.

[31] Lenin. “El imperialismo y las escisión del socialismo” en el compendio Lenin. El imperialismo y los imperialistas. Moscú, Progreso, s/f. p. 109.

[32] Lenin. El imperialismo… p.31.

[33] Marx. Grundrisse… p.352.

[34] Lenin presenta en El imperialismo… p. 21. una síntesis del desarrollo del imperialismo a través de una historia de los monopolios que abarca 3 etapas: 1. De 1860-1880gérmen de los monopolios, 2. Después de 1873, desarrollo de los cartels, 3.Fines del siglo XIX y crisis de 1900-19903, el capitalismo se ha transformado en imperialismo.

[35] Marx y Engels. La ideología alemán. op. cit.  p. 86. Subrayado mío.

[36] Por ejemplo las contradicciones interimperialistas, las crisis económicas y la lucha de clases. Durante una época de revolución social no sólo se encuentra en crisis el caduco modo de producción, sino también, como  reflejo de la base material, los fenómenos culturales y sociales que pertenecen a la superestructura padecen cambios y contradicciones determinados por factores económicos y políticos.

[37] Lenin. El imperialismo…p. 164.

[38] Consideremos que la burguesía como clase ascendente sostuvo entre los siglos XVI-XVIII múltiples revoluciones hasta alcanzar a conquistar el poder político.

[39] vid. José, Stalin “Sobre la desviación derechista en el P.C. (b) de la URSS. Discurso en el Pleno del CC y de la CCC del P.C. (b) de la URSS en abril de 1927.” en Cuestiones del Leninismo. Pekín, Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1977.  En que menciona: “¿Y qué significa la resistencia de los elementos capitalistas de la ciudad y el campo a la ofensiva del socialismo? Significa la reagrupación de las fuerzas de los enemigos de clase del proletariado con objetivo de defender lo viejo contra lo nuevo. Fácil es comprender que esto tiene que recrudecer forzosamente la lucha de clases. Mas, para aplastar la resistencia de los enemigos de clase y despejar el camino para los avances del socialismo, hace falta, aparte de otras cosas, aguzar el filo de todas nuestras organizaciones, limpiarlas de burocratismo, mejorar sus cuadros y movilizar masas de millones de hombres de la clase obrera y de las capas trabajadoras rurales contra los elementos capitalistas de la ciudad y el campo.” p. 342. También véase “Sobre El Peligro de derecha e el P.C. (b) de la URSS. Discurso en el Pleno del Comité de Moscú y de la Comisión de Control de Moscú del P.C. (b) de la URSS. 19 de octubre de 1928” p. 311-327 Ibíd. Cuestiones del Leninismo.

2 comentario en “El imperialismo: una época de revolución social”

  1. Pingback: Red News | Protestation
  2. Trackback: Red News | Protestation
  3. Pingback: Ciencia y capitalismo – El Machete
  4. Trackback: Ciencia y capitalismo – El Machete

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *