Por: Juan Recabarren

En la Ciudad de México 12 empresas inmobiliarias gastan 5 mil millones de litros de agua al año, es decir, 13 millones por día, con ello denunciaron organizaciones en defensa del agua recientemente que la mitad del agua de la capital está en manos de monopolios inmobiliarios los cuales han sido concesionados por SACMEX. Mientras grandes complejos habitacionales y comerciales se levantan en toda la ciudad, con lujo de usar ilimitadamente agua, colonias, barrios y pueblos de la metrópoli padecen del servicio con cortes, tandeo y más problemáticas. A pesar de que el gobierno capitalino asegura que las concesiones cumplen con obras de mitigación en los lugares donde se construyen nuevos complejos, se despoja a las zonas que los rodea. Cómo hoy pasa en Santa Fe al poniente de la ciudad, donde nunca falta agua, pero en las colonias de alrededor de las alcaldías Álvaro Obregón y Cuajimalpa tienen que lidiar con el tandeo o recortes del preciado líquido por semanas.

Si bien, las resistencias por la defensa del agua han insistido en la necesidad de organización, sobre todo en los barrios y pueblos de la ciudad, el grueso de colonias proletarias y populares aún no hay mayor respuesta que la espontaneidad. Bloqueos ante el desabasto de agua son comunes, y no faltan los políticos de uno y otro color que lo toman como bandera para su beneficio, sin embargo. ¿Qué hacer ante esto?, La organización, en cada colonia, de hacer ver la problemática como una cuestión de clase, pues mientras los grandes complejos habitacionales de lujo, plazas comerciales tienen diario agua, nuestras colonias padecen. Y es a partir de las concesiones, del despojo permitido y que continúo la socialdemocracia que, si bien dice defender el agua como derecho humano, condena en la realidad a los trabajadores y sus familias.

Por qué si bien el derecho al agua está manifestado en papel y tinta como un derecho, en la realidad dista mucho, el lector incluso sabe lo que es padecer del desabasto de agua donde vive.

Se puede resistir, se puede luchar e incluso tener una mejor propuesta en las leyes a favor de la defensa del agua y los recursos naturales, sin embargo, mientras exista un sistema basado en la explotación y en la acumulación, el agua seguirá siendo de unos pocos, aún cuando haya gobiernos que se dicen progresistas, pero mantengan concesiones a grandes monopolios. A ello la necesidad de luchar por un proyecto a largo plazo donde la planificación y uso de los recursos naturales sea para toda la población.